Después del paso de la borrasca Filomena la preocupación crece en el campo por los efectos de las bajas temperaturas que ya han causado serios destrozos en naves, vehículos y maquinaria agrícola. Además, a falta de evaluar daños, las fuertes heladas hacen temer por cultivos como el olivar o la vid.
Así lo ponen de manifiesto desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Castilla-La Mancha desde donde, además, llaman la atención sobre los problemas que se están registrando por la dificultad de acceso a las explotaciones ganaderas para alimentar a los animales.
"Si la situación persiste, los daños podrían agravarse, los perjuicios en el corto plazo se incrementarían, un agravante más para el sector", señalan en un comunicado.
Asimismo apuntan que las bajas temperaturas que se están registrando en numerosos pueblos de la provincia de Cuenca y, en muchos otros de la región, puede ser beneficiosa en algunos casos, pero en el olivar pueden provocar hasta tres años sin cosecha.
Respecto al viñedo, preocupa que se puedan quemar las yemas, debido a que el sol refleja en la nieve, las yemas se queman y se mueren sin necesidad de haberse helado.
La Unión de Agricultores y Ganaderos de Castilla-La Mancha ha pedido a los agricultores y ganaderos que contacten con los técnicos y técnicas en caso de que sufran desperfectos. Asimismo, que reciban asesoramiento en todas aquellas explotaciones que necesiten peritaciones correspondientes o el apoyo que consideren.