La falta de lluvias está poniendo en jaque al sector agrario. La preocupación crece entre los agricultores que en plena sementera más que nunca miran al cielo. Si en los próximos días no llueve y lo hace además con abundancia la situación puede ser más que crítica “desastrosa”. La nascencia de cultivos como el cereal o el ajo es irregular. La escasez de agua en la pasada primavera y verano unido a la sequía que ya se arrastraba el pasado año ha debilitado las plantas, el subsuelo no tiene humedad suficiente para garantizar una floración adecuada. Los cultivos de secano lo tienen mal, pero el regadío tampoco se ve con optimismo. Si las cosas siguen así llegarán las temidas restricciones.
De hecho, la ministra Isabel García Tejerina, ya avisaba de que si que si en noviembre y diciembre no llovía de forma excepcional habría que limitar el agua para el regadío con el fin de poder garantizar las necesidades de la población. Y de momento, no parece que haya buenas perspectivas.
Se están arrendando tierras con 3.000 metros cúbicos de agua por hectárea porque los propietarios no se arriesgan y se curan en salud"“La gente está muy preocupada, señala el presidente de la Mesa Nacional del Ajo, Julio Bacete, que confirma que la siembra del ajo Ajo Morado se está retrasando ante la incertidumbre de los agricultores. Pero es que señala que el mayor problema con el que se están encontrando es con el límite de agua.
“Se están arrendando tierras con 3.000 metros cúbicos de agua por hectárea porque los propietarios no se arriesgan y se curan en salud”.
Si se tiene en cuenta que en el caso del cultivo del ajo se está regando hasta mediados de junio, la única estrategia que le queda a los ajeros es retrasar la siembra y esperar que la tierra pueda tener la humedad suficiente como para que la nascencia sea más rápida y no necesite riegos de inicio, como está ocurriendo con las variedades tempranas “en las que algunos agricultores ya se han gastado la mitad del agua”, más aún con las altas temperaturas que siguen registrándose.
Bacete lamenta la situación de restricciones en las que se encuentra La Mancha, cuando, dice, es la zona en la que “el regadío está más preparado que en ninguna parte de España para aguantar la sequía”.
Y es que, recuerda que a diferencia de otras zonas en las que se utilizan aguas superficiales, en esta se riega con agua subterránea. “Los agricultores nos hemos gastado el dinero en hacer pozos para sacar el agua del subsuelo para producir alimentos. Tenemos riegos eficientes y sin embargo somos los más castigados”.
En la Mancha Oriental el agua se ha reducido en un 15 por ciento pero las concesiones alcanzan los 6.000 metros cúbicos por hectárea , por lo que el arrendatario tiene margen para ampliar el contrato, aunque ante el panorama que se avecina son cautos.
La situación en el acuífero 23 es muy distinta “aquí estamos con la espada de Damocles en la cabeza y si las cosas no cambian mucho será la ruina de muchos”, señalan los agricultores que recuerdan que se ha pasado de 4.220 metros cúbicos a 2.000, es decir casi un 50%, por lo que esperan que, al menos no se apliquen más recortes. Eso sí, son conscientes de que deben apretarse el cinturón.
En el caso del ajo, hasta que no se siembre el morado es difícil poder hacer una estimación de superficie de siembra, pero los porcentajes que baraja la Mesa Nacional del Ajo es que estaría entorno a un 15 por ciento menos.
LA SIEMBRA DEL CEREAL, AL 85 POR CIENTO
A estas alturas todo el cereal de la provincia debería estar sembrado, sin embargo los agricultores han esperado al máximo, algunos siguen haciéndolo aunque la mayoría se han arriesgado a sembrar en seco “aún a sabiendas de los problemas que podría conllevar si las cosas siguen así. En estas fechas el agua es fundamental para que nazca la semilla, si no, se está sembrando para nada”, señala el secretario provincial de UPA, Miguel Esponera, quien destaca la preocupación existente ante una sequía que es la peor desde hace 22 años, y por ello, desde la organización agraria piden al Gobierno central que pongan en marcha medidas eficaces que “de verdad ayuden a los agricultores”, en un año en el que, además, los costes de producción se van a disparar,
La superficie de cereal en la provincia de Cuenca se eleva por encima de las 300.000 hectáreas, el sector se juega mucho y la desesperación cunde entre los agricultores. De momento a la espera de ver el desarrollo de la nascencia. De momento hay pocas previsiones de lluvias, pero el miedo también está en que si aparecen no sean continuas y abundantes. Si la semilla se mueve y no hay suficiente agua después, morirá. Aunque de momento el secretario general de ASAJA Cuenca, Manuel Torrero , señala que no parece que las previsiones de lluvia “lleguen a causar ningún efecto”.
De la misma forma preocupa la situación del cultivo del girasol.
En la provincia de Cuenca la superficie supera las 150.000 hectáreas, y aunque la siembra no llegará hasta la primavera, las perspectivas “son malas”, dice Torrero. Como también para la cebolla o la viña, cuya planta está agotada y necesitará que llueva mucho para que llegue a la raíz. De otra forma, añade el presidente de la cooperativa San Isidro Labrador’, de las Pedroñeras, Augusto Mesas, “Tememos que incluso algunas lleguen a morir”.
Seguros agrarios
Ante estas perspectivas, tanto desde UPA como desde ASAJA recomiendan a todos los agricultores que protejan sus cosechas con la contratación de seguros agrarios.
En este sentido, el secretario general de ASAJA Cuenca recuerda que hasta el próximo día 20 de diciembre estará abierto el plazo de contratación de cultivos herbáceos que incluye los cereales de invierno, las leguminosas y las oleaginosas (cártamo y girasol).
Hasta esa fecha también se podrá suscribir el seguro de viñedo para los módulos 1,2 A, 2 B y 3 (contratación de otoño). Y para olivar y almendro el plazo de suscripción de seguros concluye el 30 de noviembre.
Por lo que se refiere a los cultivos de almendro y olivar, el periodo de contratación del seguro agrario finaliza el próximo 30 de noviembre.