De “insostenible” califica el alcalde de Buendía, Gregorio Martínez Escribano, la situación que están viviendo los vecinos de su municipio, en especial los más mayores, con el “progresivo” deterioro del único servicio bancario que se presta de manera itinerante en esta localidad conquense.
Y es que, tal y como asegura a Las Noticias de Cuenca, “en los últimos tres meses tan solo han venido en dos ocasiones y la última fue hace más de 15 días”. Y eso, tal y como subraya, que “desde hace una década la entidad bancaria está prestando este servicio, hasta ahora más o menos periódicamente en un local cedido gratuitamente por el Ayuntamiento”.
El primer edil buendiero ve con preocupación la actual situación, porque el municipio tiene una población bastante envejecida y muchos vecinos no tienen ni coche, por lo que bien se organizan entre ellos para conseguir un transporte o, incluso, a veces se les ha llegado a acercar al banco con el vehículo del Ayuntamiento.
Y es que la entidad bancaria más cercana se encuentra a 17 kilómetros, en Sacedón (Guadalajara), aunque la mayoría de los vecinos tienen su cuenta en el municipio conquense de Huete, a 30 kilómetros.
PETICIÓN
De ahí que desde el Ayuntamiento se considere “necesario e indispensable” que Buendía disponga de un cajero automático, donde poder realizar operaciones básicas, como sacar dinero, pagar recibos, etc., además de contar con un servicio itinerante, al menos una vez por semana, para que las personas mayores puedan hacer sus gestiones.
Asegura que desde 2019, cuando accedió a la Alcaldía, muchas han sido las reuniones mantenidas con directivos de distintas entidades financieras para poder contar con estos servicios en el municipio, pero “la respuesta siempre ha sido la misma, no”, señala.
En su opinión, “nadie tiene por qué soportar esta situación en los tiempos que corren, pero muchísimo menos las personas mayores, para las cuales esta situación se está convirtiendo en un auténtico calvario”.
TURISMO
A ello se suma, además, el hecho de que Buendía es un pueblo bastante turístico, que cuenta incluso con tres campings abiertos todo el año, por lo que esta ausencia de servicios bancarios no solo está perjudicando a los vecinos, sino también a los visitantes, que acuden a disfrutar del rico patrimonio cultural, histórico y medioambiental de la localidad, pero no pueden contar con todos los servicios.
Un problema que, tal y como subraya Martínez Escribano, se ha convertido en algo desgraciadamente cada vez más habitual en el medio rural y, en especial, en los pueblos pequeños, donde las entidades financieras no paran de cerrar oficinas, dejando a sus habitantes sin un servicio a todas luces “fundamental y básico”.
De ahí que sea de la opinión de que, ahora, que tanto se habla de combatir la despoblación, sea el momento de tomar cartas en el asunto y, sin duda, mantener servicios básicos en el medio rural, como, por ejemplo, los bancarios.
