Conocido y apreciado desde hace siglos, el pistacho ya tiene su hueco de honor en la pirámide de la Dieta Mediterránea, donde aparecerá, por méritos propios, como uno de los alimentos necesarios en cualquier dieta sana. No en vano, es uno de los frutos secos que más fibra y energía aportan, además de otros muchos beneficios.
Así lo anunciaba recientemente el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, en el transcurso del XII Congreso Dieta Mediterránea celebrado en Barcelona, donde resaltó que la región produce el 90 por ciento del pistacho a nivel nacional. El auge de este fruto, que se cultiva desde hace más de 10.000 años y originario de Asia occidental, se ha hecho más patente en la provincia de Cuenca, donde se ha multiplicado por cuatro su producción desde 2014.
Como ha informado a Las Noticias el director provincial de Agricultura y Medio Ambiente, Joaquín Cuadrado, hace cuatro años el número de hectáreas dedicadas al pistacho era de 487 mientras que en 2017 ascendía a 1.740.
“Este fruto plantea oportunidades muy interesantes dentro de los cultivos con futuro”, ha dicho Cuadrado, quien ha resaltado el desarrollo en general de todos los leñosos, como ocurre también con la almendra.
El hecho de que ahora aparezca en la gráfica nutricional que es referencia en todo el mundo, “es una gran suerte porque supone dar visibilidad a nuestros productos, y será un aliciente y un empuje para el sector”.
Según ha indicado el responsable de Agricultura, en nuestra provincia se están generando grandes expectativas en torno al pistacho debido a que cada vez hay más demanda y se están viendo nuevas aplicaciones.
En Cuenca se ha adaptado muy bien la variedad Pistacia Terebinthus, una planta que soporta la sequía estival y las heladas más intensas y de gran valor ecológicoAdemás, Cuenca reúne las condiciones idóneas para la adaptación de la Pistacia Terebinthus o Cornicabra, que prefiere zonas relativamente húmedas y soporta muy bien la sequía estival mediterránea y las heladas más intensas. Asimismo, esta planta silvestre tiene un gran valor ecológico al ser una especie pionera y resistente que fija y enriquece los suelos facilitando su colonización por otras.
“En nuestro caso el cambio climático nos ha afectado en sentido positivo ya que hay menos meses con helada, lo que beneficia a la floración”, ha precisado el director provincial.
Para evitar precisamente los daños de las heladas en primavera se está trabajando con variedades de floración tardía.
Como explica Cuadrado, a finales de los años 90 se plantaron pistachos en el Centro de Investigación Agraria de Albaladejito y se helaron. Ahora sin embargo, las nuevas variedades están funcionando en lugares cercanos.
En este Centro se imparten con regularidad charlas sobre este cultivo que centraliza el Centro Agroambiental ‘El Chaparrillo’, en Ciudad Real, donde está adscrito uno de los mejores equipos de investigación que existen sobre este cultivo.
MARCA DIFERENCIADA
Las bondades del pistacho de Castilla-La Mancha ha llevado a la Consejería de Agricultura a dar los primeros pasos para conseguir una marca diferenciada para el fruto que se recoge en la región. Hace unos días tenía lugar la primera reunión con las empresas del sector implicadas con el fin de darles asesoramiento sobre los pasos a seguir. “Nos consta que ya se están moviendo. No sabemos si sería en forma de una especie de Indicación Geográfica Protegida o de una marca comercial, pero lo que importa es que el pistacho de Castilla-La Mancha esté diferenciado”, ha destacado Cuadrado.
Un pistacho castellano-manchego que se caracteriza por su calidad bacteriológica y, sobre todo, por su producción ecológica, ya que se cultiva sin abonos químicos ni fitosanitarios.
El primer vivero de pistachos de la provincia abrirá sus puertas el año que viene en la localidad conquense de Villar de OlallaA pesar de que la producción de pistacho se ha disparado en la provincia de Cuenca, no existe hasta la fecha ningún vivero que surta de semillas o portainjertos a las explotaciones provinciales, que en la actualidad se abastecen de Toledo, Albacete, o de la zona de Granada.
Consciente de esta gran demanda, Álvaro Águeda, ingeniero agrónomo, ha lanzado una iniciativa empresarial que le ha valido uno de los primeros premios Lanzadera 2017 que concede la Diputación Provincial, dotado con 20.000 euros para poner en marcha su proyecto.
Se trata de ‘Pistagén’, una empresa que incluye un vivero de pistachos además de un servicio de asesoramiento para los agricultores.
El vivero, que se pondrá en marcha en 2019 en Villar de Olalla coincidiendo con el comienzo de la campaña del pistacho, criará plantas clonadas para vender a las plantaciones de la zona de La Mancha, que es la de mayor producción debido a las condiciones más favorables para este fruto, que necesita de climas extremos, muy fríos en invierno y muy calurosos en verano.
En concreto, venderá semillas procedentes de California, uno de los grandes productores mundiales junto a Irán, y portainjertos para optimizar la producción. La reproducción vegetal del portainjerto se hace a partir de semillas de árboles seleccionados previamente y, además, con selección vegetal exigente, a partir de la plántula. Este portainjerto se desarrolla en el vivero para recibir el injerto de la variedad seleccionada entre julio y septiembre. La planta ya injertada se cultiva para desarrollar después la variedad comercial.
Las previsiones de este emprendedor es llegar a las 200.000 plantas al año y surtir a la provincia de Cuenca y también a otras limítrofes.
En su opinión, en estos momentos no hay ningún cultivo que dé la rentabilidad que el pistacho. “Una hectárea de cereal puede tener una rentabilidad de 1.000 euros, mientras que en el secano la rentabilidad por hectárea alcanza los 4.000 o 5.000 euros”, señala Águeda.
El único inconveniente es que las primeras producciones en superficies de secano no se dan hasta los 5 o 7 años, mientras que en regadío hay que esperar un poco menos, hasta el cuarto año. La poda, muy característica, es una de las operaciones más delicadas del cultivo.
“Actualmente España produce muy poco en comparación con países como Irán o California, pero Castilla-La Mancha está a la cabeza en el conjunto nacional”, dice el impulsor de Pistagén, que señala que los usos del fruto ya en el mercado son fundamentalmente para consumo, elaboración de aceite y, sobre todo, es muy apreciado para la fabricación de helados italianos por su color.
LOS DIEZ MOTIVOS POR LOS QUE DEBEMOS COMER 49 PISTACHOS AL DÍA
La American Pistachio Growers y la American Heart Association han elaborado un decálogo que muestra los beneficios de tomar unos 30 gramos diarios de pistachos sin cáscara, lo que equivale a unas 49 unidades.
1. Reduce el riesgo de sufrir enfermedades del corazón.
2. Es el mejor fruto seco contra la diabetes (Tipo II).
3. Mejora la vida sexual, la función orgásmica y el deseo sexual por su alto contenido en grasas saludables, esteroles naturales de las plantas, proteínas, fibra y antioxidantes.
4. Ayuda a controlar el peso y reduce la tendencia a la obesidad.
5. Favorece la vista, con nutrientes como la riboflavina, la luteína y la zeaxantina, que actúan como antioxidantes y la protegen del daño solar.
6. Mejora y regula el tránsito intestinal, ya que una ración de pistachos aporta 3 gramos de fibra, lo que equivale a más del 10% de la cantidad diaria recomendada.
7. Mantiene los dientes fuertes gracias al aporte de fósforo, un nutriente imprescindible para la buena salud dental.
8. Fortalece los huesos y músculos proporcionando proteínas vegetales, fósforo, magnesio y potasio.
9. Reduce el estrés.
10. Ayuda a mantenerse joven combatiendo el envejecimiento de la piel y protegiendo al cuerpo de los agentes oxidantes. Esto se debe a su alto contenido en antioxidantes como la luteína, gama-tocoferol o zeaxantina y a las vitaminas B2 y E.
