Mira ha vivido este miércoles las horas más duras de su historia. “Tengo 85 años y nunca he visto nada como esto”, ha señalado Valentín Sánchez Fuentes, vecino de la localidad, ante las fuertes riadas que han asolado la parte baja de la localidad, fundamentalmente el Barrio de la huerta de abajo. La planta baja de la casa de sus hijos ha quedado anegada y afortunadamente les dio tiempo a trasladarse a un piso que tienen en la parte alta del pueblo. Además, una de sus hijas que tiene una ganadería no ha podido acceder, por lo que no sabe en qué estado estarán sus animales.
Una de las vecinas afectadas es P.P.V., que vive en lo que ella ha denominado como “el pozo negro" de Mira, a escasos 40 metros del Centro de Salud. Su vivienda es una de las afectadas y ella ha sido una de las 40 personas rescatadas por la Unidad Militar de Emergencia (UME). “Han tenido que bordear parte del pueblo para poder llegar a mi casa, aunque he preferido que sacaran antes a personas mayores y personas con movilidad reducida”, relata. Para ella las últimas horas han sido de “pánico” porque contra su vivienda chocaron coches que terminaron por amontonarse. “Esto hizo tapón”, subraya. Para ella fueron horas críticas, pero estaba relativamente tranquila al ser una vivienda de dos plantas. “Me subí a lo más alto y aguanté”, recuerda.
Tanto el Ayuntamiento como el dispositivo de emergencia que integran el Consorcio Provincial de Bomberos de Cuenca, Bomberos Forestales, Bomberos de Requena (Valencia), un helicóptero de la Guardia Civil, efectivos de la Benemérita y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) han prestado especial atención a aquellos vecinos incomunicados que necesitaban de atención médica. Este es el caso de la madre de María José Sánchez, una mujer diabética que necesitaba de su medicación. “Mis hermanos intentaron llegar hasta la casa pero el agua se los llevaba, avisamos a mis padres para que se subieran la parte alta de la casa y allí han estado toda la noche, sin luz y sin agua”, comenta.