Once placas que se van a instalar en el cementerio de Ucles recogerán los nombres de las 316 personas a las que la dictadura arrebató la vida en la Prisión Central Monasterio de Uclés entre enero de 1940 y enero de 1943. La inauguración de estas -que han sido financiadas gracias a una donación de Leocadio de la Torre, de Torrubia del Campo- tendrá lugar este domingo, a las 11:30 horas.
Un panteón alberga los restos de víctimas exhumados entre 2005 y 2007 en el improvisado cementerio de la Tahona, situado junto al monasterio de Uclés. Donaciones y trabajo voluntario han permitido mantener este panteón, que ahora contará con unas placas en señal de recuerdo a estas personas.
Según cuenta Juan Gelmán, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Cuenca, el padre de Leocadio, Juan de la Torre, fue fusilado en Uclés en febrero de 1941 junto con otros once compañeros. “Leocadio, como tantísimos otros, llevaba toda la vida intentando recuperar sus restos y, cuando comenzamos a trabajar en Uclés, solicitó su identificación y recuperación”, relata.
Un duelo 71 años después
Juan fue uno de los identificados en la primera fase de pruebas de ADN de los exhumados de Uclés. Cuando les entregaron en marzo de 2012, los restos reconocidos hasta el momento, Leocadio decidió que su progenitor reposara con sus compañeros en el panteón. “Pudo tener su duelo por el padre perdido 71 años después”, apunta Gelmán.
Leocadio murió en el verano de 2016 y sus hijas decidieron depositar sus cenizas en el panteón, junto a los restos de su padre. Antes de morir, dejó dicho que costearía las placas para recordar a todos los que tuvieron el mismo final que Juan, una voluntad que ahora se va a cumplir.
A Leocadio también se le pondrá una placa, cuenta Máximo Molina, presidente de ARMH Cuenca, que explica que todavía “hay mucho que hacer” en el terreno de la memoria histórica. “El trabajo de identificación de los restos de la cárcel de Uclés sigue inconcluso gracias a la política de cero euros presupuestados desde 2011”, critica Gelmán por su parte.
Además, también se exhumaron cerca de 150 personas que murieron en la clínica militar número uno de la Agrupación de Hospitales de Tarancón del Ejército Popular de la República Española.
"Hay gente que se ha muerto esperando la identificación de los restos de sus seres queridos”, lamentan desde ARMH CuencaDesde la ARMH Cuenca indican que hay gente que se pone en contacto con la asociación para preguntar por sus familiares. Es el caso de la hija de Cipriano García Serrano, de un pueblo de Jaén y teniente de la 68 brigada, que buscaba datos de su padre, muerto en Uclés tras ser herido en Teruel. La semana pasada, también se dirigió al colectivo la sobrina del soldado de la 231 brigada Diego Casado Peralbo, de un municipio cordobés.
Para identificar a estos dos hombres, habría que contrastar el ADN con el de los 150 exhumados, un proceso que no resulta barato. “Ya en 2009-10 cada muestra de los restos de Uclés costaba 350 euros”, recuerdan desde la ARMH.
“Hay gente que se ha muerto esperando la identificación de los restos de sus seres queridos”, denuncia Molina, algo que define como “crueldad” y un “insulto” para las víctimas.
Molina reconoce que, a la espera de que se forme Gobierno en el país y se vea si se incluye una partida en los presupuestos para la Ley de Memoria Histórica, no son “muy optimistas”. Desde la asociación también lamentan que desde el Gobierno de Castilla-La Mancha no se hayan implicado con esta causa.
En cuanto a los que les acusan de sembrar el odio y reabrir heridas, defiende que cuidan bastante su discurso y son respetuosos mientras “el fascismo se pasea de una manera abierta” siendo “bastante ofensivos” y “muy humillantes” con los familares.
Ruta turística
Precisamente el Monasterio de Uclés, que funcionó como hospital y prisión durante la guerra y la posguerra, es uno de los lugares que se incluyen en la ruta turística diseñada por la ARMH Cuenca y que recorre enclaves significativos en la comarca de Tarancón durante aquella época.
Molina detalla que están muy satisfechos con la acogida que ha tenido esta iniciativa y ya tienen las plazas cubiertas hasta principios de 2020.
La ARMH Cuenca ya se ha reunido con el Ayuntamiento de Tarancón para solicitarle que se incluya esta ruta en la oferta turística de la localidad. “Nuestra intención es atraer gente a los pueblos”, recalca el presidente de la asociación, que detalla que el perfil de este tipo de turista es variado y están viniendo tanto conquenses como personas de otros lugares del país.