Gran parte del castillo de la antigua ciudad medieval de Moya permanece oculto desde hace décadas bajo los escombros del Palacio de los Marqueses de Moya. Edificio en el que se transformó esta fortaleza durante la Edad Moderna, entre los siglos XVI y XVIII, y que se derrumbó entre los años 20 y 30 del siglo pasado, dejando al descubierto las torres medievales originales y, por ende, su actual aspecto.
Toneladas y toneladas de escombros esconden gran parte de la historia de esta fortaleza y su evolución a lo largo de los siglos, que ha comenzado a desvelarse ligeramente con las excavaciones arqueológicas que se vienen desarrollando desde el pasado 10 de febrero por encargo del Ayuntamiento de Moya ante el inicio de las obras de rehabilitación y remodelación de la torre del homenaje, que financia la Diputación.
Trabajos arqueológicos coordinados y dirigidos por Michel Muñoz, de M&M Arqueología y Patrimonio Cultural, y Santiago David Domínguez Solera, de Heroica Arqueología y Patrimonio Cultural, que ya están dando sus frutos desde hace unas semanas. Algo que para estos arqueólogos viene a demostrar la relevancia de este tipo de trabajos previos a la rehabilitación y consolidación de la torre del homenaje. Y es que, en su opinión, este castillo aún tiene mucho que mostrar de su pasado y de la historia de esta provincia, de ahí que crean que sea imprescindible continuar en un futuro con las excavaciones a lo largo y ancho de esta fortaleza.
Las excavaciones se están centrando en la torre del homenaje y su perímetro, que fue construida por Andrés de Cabrera, primer marqués de Moya, a finales del siglo XV, junto a dos barreras artilleras.
Torre del homenaje que cuenta con dos entradas, una a través de una torre que conecta con el adarve de la muralla y desde allí por una pasarela metálica, donde antaño había un paso levadizo, se accede al interior de la torre, y otra lateral en la base por la que se accede a la planta baja. En ambos puntos se han llevado a cabo trabajos arqueológicos, destacando el descubrimiento del pavimento original de una estancia anexa a la entrada lateral, que, según Muñoz, podría tratarse de un almacén, que “desconocemos, por ahora, si se construyó a finales del siglo XV con la torre del homenaje o es de la época moderna cuando se transformó el castillo en palacio”.
Otro de los hallazgos ha sido un nivel de incendio potentísimo de entre 30 y 50 centímetros de espesor; es decir, escombros resultantes de un incendio que se utilizaron para rellenar un paso en la torre. A ello hay que sumar el hecho de que bajo el enlucido del interior de la torre, en la estancia de la planta baja, las paredes están ennegrecidas, lo que constata que hubo un incendio importante en el castillo. Falta por corroborar, según Muñoz, si ese suceso fue el causante de la importante transformación del castillo a palacio, que parece lo más probable.
Los trabajos de excavación también se han acometido en la torre de acceso al adarve y a la pasarela a la torre, sacando a la luz dos cámaras de tiro con las esquinas laterales rebajadas y limadas, con el fin de ser utilizadas por una sola pieza de artillería.
Otro hallazgo interesante se circunscribe a la estancia principal de la torre del homenaje, que fue dividida en dos plantas con la construcción del palacio, de ahí que se haya descubierto en la parte superior una decoración en almagra muy simple representando motivos florales. Pero, sin duda, a juicio del arqueólogo Michel Muñoz, una cuestión bastante interesante y sorprendente es el hecho de que en Moya se produjo un fenómeno inusual a tenor de lo que estaba ocurriendo en el resto del país en el siglo XVII. Y es que con la nobleza venida a menos, muchos tendieron a irse a Madrid vendiendo sus posesiones a la Iglesia, que se dedicó a construir conventos en ellas. En Moya, sin embargo, el Marquesado –en esa época ya en manos de la Casa de Villena– no solo no se marchó sino que decidió construir en el castillo un magnífico palacio con la clara intención de hacer la competencia a la Iglesia, que había erigido en la ciudad el Convento de las Concepcionistas.
REHABILITACIÓN
Estas excavaciones responden al inicio de la rehabilitación de la torre del homenaje, que se produjo a finales de diciembre, aunque hubo que paralizar los trabajos con la llegada de la borrasca Filomena, reanudándose posteriormente en febrero. Una intervención, bajo la dirección técnica de los arquitectos Fernando Olmedilla y Yanira Huertas, que conlleva una inversión de 200.000 euros, financiada por la Diputación.
Ejecutados por la empresa Lorquimur Restauración, los trabajos van a consistir en la consolidación de las fachadas de la torre del homenaje, salvo una esquina rehabilitada hace unos años por el Gobierno regional, y el adecentamiento de su interior, así como de la coronación de los muros. La intervención, que cuenta con un plazo de ejecución de 9 meses, se completará con la instalación de los elementos de protección necesarios para garantizar la seguridad del visitante.
Así, se colocarán desde cordones de protección y petos de vidrio a una escalera interior en la planta baja de acceso a unos miradores y otra desde el adarve a la pasarela de acceso a la torre del homenaje.
Esta intervención no se reducirá a la rehabilitación de la torre del homenaje, sino que, gracias a las mejoras incluidas por la adjudicataria Lorquimur Restauración, también se va a actuar en otros puntos del complejo histórico de Moya. Así, se procederá a la reparación puntual de la muralla en una zona próxima a la antigua iglesia de San Bartolomé, según ha detallado uno de los dos arquitectos de la actuación, Fernando Olmedilla. De la misma manera, se intervendrá en la fachada del antiguo Convento de las Concepcionistas, concretamente, en un muro próximo a la antigua iglesia de la Trinidad, ahora hospedería.
También se ejecutará la limpieza de hierbas y adecuación del firme con grava de una parcela, así como la mejora del firme con gravilla del camino existente entre la puerta de entrada a la ciudad hasta la Puerta de Carros. Una zona que habitualmente sufre problemas con las torrenteras de agua que lo deterioran.
Por otro lado, dentro del proyecto de rehabilitación de la torre del homenaje se ha incluido el acondicionamiento del camino interior de intramuros hasta la iglesia de la Trinidad, dejando el firme preparado para el futuro adoquinado.