Atrevidos y con visión futurista pero sin perder la esencia de la historia y las raíces manchegas. Así son los vinos de Bodegas PedroHeras, de la cooperativa San Isidro Labrador de Las Pedroñeras, que no dejan de cosechar premios y reconocimientos en una carrera por el posicionamiento comercial que ha lanzado a esta cooperativa a las primeras líneas de mercado.
Calidad de las uvas, buena elaboración del producto, promoción y un importe esfuerzo en el plan de marketing comercial ha situado a los vinos pedroñeros en unos de los más destacados de la provincia, como así lo avala su abultado palmarés.
Los últimos galardones, además del tercer premio para el Tempranillo crianza 2016, con el que se alzaba en el concurso provincial, los conseguía en los XXXII Premios a la Calidad de los Vinos Embotellados Denominación de Origen La Mancha, una edición que se celebraba a principios de marzo en Alcázar de San Juan, en la que tomaron parte 400 vinos de toda la región, y en la que los vinos pedroñeros hicieron triplete. Concretamente fueron reconocidos con un oro para el ‘Aique’ macabeo, plata para el PedroHeras syrah y bronce para el verdejo.
Pero además de los galardones, importantes por lo que suponen de estímulo para las bodegas y que, sin duda, aportan una visibilidad extra de cara al consumidor, lo más satisfactorio para Bodegas PedroHeras es la buena aceptación que están teniendo sus caldos.
La añada en este sentido está resultando excelente, especialmente para el vino galardonado en esta XXVII edición de los Vinos de Cuenca. Las cotas de mercado se han disparado para el tinto crianza 2016 de la variedad estrella de la bodega pedroñera, hasta el momento el que más está destacando de la gama PedroHeras, dice la responsable de marketing, Henar Bacete, pero no es el único. La gama de gasificados ‘Aique, en sus dos variedades, blanco macabeo, y rosado tempranillo tienen además el valor añadido de ser vinos que están entrando muy bien entre los jóvenes, una segmento de la población que la bodega pedroñera está consiguiendo acercar poco a poco a la cultura del vino.
Con todo, desde que los vinos de la cooperaativa de Las Pedroñeras se han puesto ‘guapos’ con la nueva imagen de marca, logo y un innovador packaging que cumple con las exigentes parámetros de los nuevos ‘winelovers’ –que además de calidad, por supuesto, buscan vinos con un diseño atractivo, moderno, expresivo, y que ademas de información sobre la variedad de uva, elaboración, etc… les muestre también su historia– las ventas han mejorado en general.
Hace tres años comenzaron con un ambicioso proyecto de mejora en la comercialización, imagen corporativa y marketing de ventas y ahora “hemos querido arriesgar para mostrar realmente la filosofía que tienenuestra bodega, que represente todo lo que somos y que al mismo tiempo llame la atención visual del consumidor”, objetivo último de esta estrategia comercial con la que los vinos pedroñeros se ponen al día. Y desde luego, los resultados no pueden ser mejores. Prácticamente acaban de estrenar nueva cara con la que se ha querido unificar y a la vez diferenciar marcas y “la verdad es que se están notando los resultados”.
Un galgo de diferentes colores y diseño de hojas de parra, que cuenta una historia muy apegada al terruño y que trae a la mente el inicio del inmortal Don Quijote de La Mancha, es la nueva imagen que pasean los vinos de la bodega que preside Agustín Plaza, quien destaca la importancia que tiene el diseño y la imagen corporativa para llegar al consumidor.
Una línea en la que apuesta fuerte esta bodega que, además, según destaca su recién elegido presidente ha aumentado considerablemente el embotellado de su caldos. “La cantidad aún es pequeñas pero lo significativo es que hemos aumentado en un 60 por ciento el número de botellas. No podemos volvernos locos embotellando, el mercado en este terreno es difícil pero es el camino que, poco a poco tenemos que seguir para dejar el valor añadido en nuestros socios”.
Otra de las novedades de este año que destaca Plaza es el primer vino ecológico de la bodega pedroñera. Se trata de un airén que se comercializa con la que hace dos décadas fuera la marca estrella de la bodega: Viña Recreo. Un vino fresco, con un intenso aroma frutal y floral, de buen paso y fácil beber que está teniendo muy buena aceptación.