Alfredo tenía 19 años cuando volviendo un fin de semana de fiesta se quedó dormido al volante, se salió de la carretera y, por no llevar cinturón salió disparado del vehículo. El choque contra el suelo lo dejó en una silla de ruedas.
David Culebras ni siquiera recuerda lo que le pasó. El 9 de enero de 2000 le cambió la vida al chocar varios vehículos en cadena. Él si llevaba el cinturón, pero el destino quiso que quedara atrapado y sufriera una lesión medular.
Son dos de los voluntarios conquenses de la Asociación de personas con Lesión Medular y otras discapacidades físicas (Aspaym), que este martes han vuelto a las carreteras, como cada año, para colaborar con la DGT en la campaña de control y vigilancia sobre distracciones al volante.
Junto a otros compañeros, se han colocado en el kilómetro 10 de la carretera de Villalba para informar a los conductores de los graves riegos que para la conducción supone un simple móvil, el alcohol o las drogas. Ellos son la prueba de que en un segundo todo puede cambiar.
“Pedimos a la gente que tenga cuidado, que vea lo que es esto. Esto es la realidad, no es un anuncio ni somos actores”, señala David.
“Es muy duro cuando te dicen que no vas a volver a caminar. Hay que asimilarlo y tirar para delante con lo que tienes, pero tu vida cambia y también la de tu familia, la carretera no es ninguna broma”, añade Alfredo.
Visualizar y poner cara a estas historias es muy efectivo para los conductores. David, que conduce una furgoneta, agradece la campaña. “Creo que ayuda a concienciarte porque no es lo mismo que te lo diga uno que anda a uno que está en silla de ruedas por un accidente”.
NO MÁS SOCIOS
Una efectividad a la que pone cifras el presidente de Aspaym en Cuenca, José Luis Mota. Gracias a esta campaña, en la once Comunidades Autónomas en las que tiene presencia la Asociación, la cifra de lesionados medulares por caídas supera ya a la de accidentes de tráfico, cuando en 1998 morían en la carretera unas 7.000 personas y unas 1.500 se quedaban en silla de rueda. “Ahora estaremos en un promedio de 500 o 600 gracias a esta campaña y al carnet por puntos”, señala Mota.
El presidente de Aspaym insiste en lo peligroso que se ha vuelto el móvil, junto al alcohol y las drogas. “Programar el GPS, atender una llamada… es mejor apartarse porque una lesión de estas es muy dura. Yo ya llevo 33 años en silla de ruedas y adaptarse a la vida diaria no es fácil. Hay que vivir más calmados, cumplir las normas de seguridad. Cada día vemos barbaridades, conductores mandando Whatsapp, cada vez tenemos nuevos socios que no queremos tener, nuevos ingresos en Parapléjicos por el dichoso móvil”, cuenta con dureza.
Por eso, añade, “aquí estamos cinco lesionados medulares en Cuenca a pie de carretera, uno por no llevar el cinturón, otro porque fue a coger las gafas y en segundos te cambia la vida. Pedimos que la gente al volante se lo piense mejor y no cambie las ruedas del coche por las de una silla de ruedas, que es el lema de este año”.
RIESGO DEL MÓVIL
Al inicio de esta campaña han asistido el subdelegado del Gobierno en Cuenca, Juan Rodríguez, y el director provincial de Tráfico, Jacinto Vicente, quien ha informado que en lo que va de año se han producido en la provincia 13 accidentes mortales, 11 interurbanos y dos urbanos.
El responsable de la DGT ha ratificado que el uso del móvil se ha posicionado casi al mismo nivel que el alcohol y las drogas en cuanto a riesgo de accidente.
“Empleamos excesivamente las redes sociales y sobre todo el whatsapp. A pesar de que los vehículos ya están muy preparado para lo que son conversaciones de voz, lo que es el manejo de las redes sociales está dando lugar a muchos problemas que si bien no están cuantificados todavía, multiplican por cuatro el riesgo de sufrir un accidente “, ha explicado.
En esta misma línea, el subdelegado ha recordado que un tercio de los accidentes se deben a distracciones en la conducción. “Un dato que hay que tener muy en cuenta para que los conductores no caigamos en estos errores tan recurrentes”.
Conducir con el teléfono móvil está tipificado como una sanción grave que implica una sanción pecuniaria de 200 euros y la detracción de 3 puntos.