La espadaña de la iglesia de Santa María la Mayor, de la villa medieval de Moya, se encuentra desde hace unos días sin sus dos campanas. Su avanzado estado de deterioro obligaba a una intervención urgente.
Y así lo entendía el Ayuntamiento de la localidad conquense que ha encargado su restauración a la empresa especializada ‘Relojes & Campanas Monumentales’, cuyos operarios las retiraban para su traslado a la localidad valenciana de Rafelbuñol, donde tienen su taller.
Para el alcalde de Moya, Fernando Igual, se trata de “una actuación muy necesaria y que había que hacer, porque estaban muy mal”. De ahí que no se haya dudado en emprender esta restauración integral, que conllevará una inversión de 15.000 euros, sufragada en su totalidad con fondos municipales.
Unas campanas de un alto valor histórico, ya que, según explica el restaurador y propietario de la empresa encargada de esta recuperación, Francisco Gómez, “una de ellas, la mayor, con un peso de 670 kilos, data del 1749, mientras que la otra, de 545 kilos de peso, es del 1815”.
Pero, eso sí, su deterioro, según subraya, es más que notorio. La campana grande, por ejemplo, tiene rota una de sus asas, así como la badajera, elemento de donde está supendido el badajo, a lo que se suma el mal estado de los tirantes.
Y, en el caso de la campana de 545 kilos, Gómez detalla que tiene rotos tres de sus tirantes, que son los que aguantan la campana al yugo, de ahí que estuviera apoyada sobre una plataforma de ladrillos en la espadaña y, por lo tanto, inutilizada.
INTERVENCIÓN
El grueso de la restauración, en el caso de la campana del siglo XVIII, se va a centrar en la soldadura del asa partida y de una badajera de acero inoxidable, lo que, tal y como puntualiza el restaurador levantino, obligará a enviar la campana a un taller de la ciudad austriaca de Innsbruck, que están especializados en este tipo de soldaduras en campanas antiguas. Y es que, según detalla, “garantizan que su trabajo no afecta al sonido y el timbre de la campana”.
Asimismo, se le sustituirán los tirantes y se restaurará el yugo de madera, por cierto, bastante deteriorado.
En la campana del siglo XIX, por su parte, además de renovar los tirantes rotos, se sustituirá el badajo por uno nuevo. Al igual que en la otra campana, también se restaurará el yugo de madera.
En ambos casos, se acometerá una limpieza integral con silicato de aluminio a baja presión, que permitirá no solo recuperar su color y aspecto originales, sino también su sonido. Esta técnica a baja presión elimina la costra originada por el paso de los años, aunque no daña ni los ornamentos ni inscripciones.
Se completará la intervención con el barnizado del yugo de una tercera campana de esta iglesia de la villa de Moya, mucho más pequeña, con un peso de unos 70 kilos, que data del año 1757.
Los trabajos de restauración variarán dependiendo de la campana, si bien la de 545 kilos está previsto que sea devuelta a su lugar original a finales del próximo mes de abril, tal y como confirman desde la empresa levantina.
Y es que, según explica el alcalde moyano, debe de estar lista para la fiesta grande de la localidad en honor del Cristo de la Caída, que se celebra anualmente el tercer domingo de mayo.
La campana grande, por su parte, conllevará más tiempo, en torno a tres meses, por lo que no estará lista hasta finales de mayo.