Un menú para mayores y para personas con discapacidad
Los pueblos con menos de 1.000 habitantes ya cuentan con el primer servicio de comida a domicilio. A partir de ahora las personas con más de 65 años y con diversidad funcional podrán disfrutar de un menú completo sin salir del hogar.
La Diputación provincial, en colaboración con la Junta, puso en marcha este servicio el pasado 25 de mayo para brindar una prestación que antes no existía en estas localidades. 'Tu comida en casa' tiene por objetivo mejorar la calidad de vida de estos conquenses y a su vez reforzar la permanencia de estos grupos de población en los municipios en los que viven.
El proyecto cuenta con un presupuesto de cerca de 2,2 millones de euros por parte de la Diputación para su arranque en 2023.
Un total de 1,7 millones del presupuesto corresponden al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por la Unión Europea con los fondos NextGeneration EU, una inversión transferida por la Junta de Comunidades. La inciativa contempla un coste total de más de 6 millones y medio de euros en un periodo de 4 años
El servicio traza un mapa compuesto por once áreas geográficas y un total de 228 poblaciones con 26 rutas de reparto. A cada una de las once zonas del territorio le corresponde un lote. Solo están activos, de momento, cuatro de ellos.
La Diputación actualmente está en proceso de finalizar el contrato que adjudique a los siete restantes. Tres platos, ensalada, pan y postre. Este es el contenido de la bolsa que reciben ya los 63 primeros beneficiarios del programa. Aún están por resolver 150 solicitudes. Los vecinos de los pequeños núcleos de población reciben entregas que suplen las comidas de una semana basadas en una dieta completa, equilibrada y adaptada a sus necesidades. La empresa con la que se ha iniciado este servcio es Boymacatering. Bonifacio Olmo, gerente de este negocio, explica que los menús están elaborados mes a mes por un nutricionista.Los perfiles con más necesidadees, como aquellos con alguna alergia, reciben platos totalmente personalizados. El proyecto les supone como empresa un reto que les da “mucha alegría” al llevar a cabo un servicio para mayores y discapacitados.
El servicio, que ya ha registrado 150 solicitudes, cubrirá a 228 localidades de la provinciaEl requisito fundamental para recibir la prestación es estar empadronado en un municipio con menos de 1.000 habitantes o en una de las localidades incluidas de forma extraordinaria. No solo está digirida a las personas mayores de 65 años, también comprende ciertas excepciones. Se trata, en concreto, de vecinos con un grado de discapacidad igual o superior a 65% o en situación de dependencia, de aquellos en exclusión social; de quienes se considere pertinente tras una valoración de los Servicios Sociales o de uno de los familiares que convivan con un solicitante con dependencia. La petición puede hacerse en los ayuntamientos, en la web de Diputación o en los centros de Servicios Sociales. Tiene un coste de 4, 6 u 8 euros, un precio que depende de la capacidad económica del usuario y de la localidad en el que se ofrezca.
UNA RUTA
El rugido de una furgoneta irrumpe en La Almarcha, donde transcurre una mañana silenciosa. Mauro, sonriente y con energía, baja del vehículo con una bolsa cargada de alimentos. El joven cuenta que este nuevo trabajo es “muy buena” experiencia. “Nunca he trabajado en algo así”, detalla. Piensa que la iniciativa es bastante positiva para estas personas y que “si la familia no tiene como ayudarlos pues estamos nosotros”.
A cada una de las once áreas geográficas le corresponde un lote, de los que solo están activos cuatroTres vecinos lo reciben cálidamente. Ya están familiarizados con este repartidor que recorre una ruta de seis pueblos conquenses. Esta es la segunda parada en su trayecto tras pasar por Belmontejo.
El interior de la camioneta está repleto de los menús de las 63 personas que atiende Mauro. Los lunes, los miércoles y los viernes lleva a estos usuarios la comida de dos días.
La primera en abrir la puerta es Josefa, a la que todos llaman con cariño Pepi. Ella lo reconoce rápidamente y lo atiende con calma. Esta madrileña afincada en el municipio asegura que la prestación le es muy necesaria dados sus graves problemas de salud y el estado de movilidad de su marido, que “no anda nada”. La ayuda supone para ellos “mucho”, ya que cobran “muy poquito” de pensión. “El muchacho no falta. Todo bien. No tengo queja”, expresa Josefa.
Mauro se despide y continúa su recorrido hasta dar el alto en una fachada amarilla. Le abre la puerta Juan Pablo, un vecino muy simpático y sociable diagnosticado con discapacidad. El repartidor conversa con él y hablan sobre montar en bicicleta, una de las aficiones del almarcheño. Fue su tutor el que le sugirió pedir el servicio y él, sin dudarlo, aceptó. Ahora se muestra muy satisfecho con esta ayuda e incluso comenta que la comida que le traen está “muy sabrosa”. Juan Pablo no tiene hijos y vive solo, por lo que el servicio aporta un granito de arena en su a día a día.
Modesto es el último en recibirle. Sale a su pequeño patio para recoger la bolsa. Este almarcheño “ve bien” la iniciativa y comenta que lleva pocos días con la prestación. Al rato, el vecino desaparece entre las cortinas de su casa. Mauro no pierde ni un solo minuto y vuelve rápidamente a la furgoneta rumbo a Villalgordo del Marquesado, a Villarejo-Periesteban, a Montalbo y a Almonacid del Marquesado.