El grueso de la campaña de vendimia, con la recolección de las variedades autóctonas, se ha generalizado en la provincia de Cuenca. Este año, además de con retraso, la campaña está siendo muy irregular tanto en maduración como en producción, y aunque todo apunta a un aumento que rondaría el 25% respecto a la cosecha anterior aún es difícil poder hablar de porcentajes.
Los varietales ya se han cosechado y en general han resultado mejor de lo que se esperaba tanto en cantidad como en calidad en todas las zonas productoras de la provincia. El tiempo, después de las tormentas iniciales que amenazaban con podredumbre, se mantiene estable y el aumento de las temperaturas de las últimas semanas ha subido el grado en variedades tan significativas en volumen de cosecha como el airén. Eso sí, aunque hay buen equilibrio entre azúcar y acidez, la graduación media es inferior a la habitual.
“El grado está más bajo que el año pasado. Pero desde que comenzó la vendimia las cosas van mejorando y aunque se están cogiendo las uvas que están más avanzadas, lo que sí hemos podido constatar en los muestreos que hacemos es que el aumento es progresivo, de eso no cabe duda”, señala el gerente de la Cooperativa Nuestra Señora de Manjavacas, Juan Fuentes.
Con todo, el también portavoz de la sectorial vitivinícola de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, señala que aunque la viña poco a poco se va recuperando, a nivel general probablemente este año se registre un grado menos que en la pasada campaña y por ello se ha planteado la posibilidad de utilizar mostos concentrados para mejorar los vinos de la añada.
En este caso, la bodega moteña está sacando una media de unos 10,7 grados en airén, casi un grado y medio menos que en otras zonas de la comarca. Por el contrario, el tinto está en una media de 13 grados, un nivel de azúcar en este caso “que está bien”.
La cosecha está resultando mejor de lo que se esperaba y la meteorología está mejorando la graduación de la uvaCon todo, las cooperativas están satisfechas con la evolución. “Estábamos preocupados porque de seguir las lluvias de septiembre hubiera sido un desastre pero el tiempo es bueno y la calidad de la uva estupenda”, señala Fuentes. Extremo este último que igualmente corroboran desde las cooperativas de Las Pedroñeras, San Clemente o Iniesta.
Desde bodegas PedroHeras, de la cooperativa pedroñera “San Isidro Labrador’, su presidente, Augusto Mesas, destaca que la campaña que se generalizaba este fin de semana, está transcurriendo con normalidad. La entrada en bodega ronda una media de 700.000 kilos diarios. La calidad es buena, no se está detectando podredumbre y el grado en el airén es de una media de 12 grados, “con lo que ya puede salir buen vino”.
En este caso, y teniendo en cuenta el rendimiento que han tenido los varietales, las previsión es alcanzar un volumen de cosecha de unos 11 millones de kilos de uva, casi un 40% más que la pasada cosecha, “aunque hay que tener en cuenta que la del año pasado fue muy baja, por lo que ese aumento nos deja en una producción normal”.
En San Clemente sucede lo contrario, el porcentaje del 40% que se estima en la cooperativa Nuestra Señora de Rus no es al alza, sino a la baja. Las tormentas de granizo de la primavera causaron estragos por lo que las previsiones no son tan buenas. Con todo, la campaña acaba de empezar y aún no se puede decir la última palabra.
Según señala el director técnico de la Bodega Puente de Rus, Luis Fernández, los tintos emparrados que aún están por cosechar tiene más producción que el airén, pero también un mayor retraso en la maduración. En este sentido apunta que las primeras uvas que se están cogiendo entán en torno a lo 13 grados. “No es muy alto, pero con la fermentación se obtienen vinos con un grado alcohólico de 13,5, que no está mal”, añade.
La cooperativa Nuestra Señora de Manjavacas, de Mota del Cuervo es una de las más adelantadas de la provincia. Mientras que la mayoría iniciaba esta segunda fase de recolección de variedades autóctonas a mediados o finales de la semana pasada, en la moteña (que recibe uva de municipios de La Mancha conquense, toledana y ciudadrealeña) la recolección alcanza ya el 55% . “Con el airén estamos en torno al 50% y con el tempranillo a un 40%”, cuenta su gerente.
En este sentido, Juan Fuentes señala que las primeras estimaciones apuntan a que la cosecha de este año se acercarían a los 60 millones de kilos, lo que supone un incremento del 35% respecto a la campaña anterior. Con todo habrá que esperar a ver la evolución de la campaña. Entre otras cosas, tanto en este como en el resto de municipios de la provincia los tintos, como el tempranillo o cencibel de regadío en espaldera llevan un mayor retraso. De hecho, en su mayoría aún no han comenzado a cogerse. La meteorología que ha acompañado el año agrario ha retrasado todas las cosechas, pero además Fuentes señala que la reestructuración ha cambiado muchas cosas y en la “vendimia ya no se siguen unos parámetros tradicionales, porque hay una diversidad en la viticultura impresionante”.
"Una vez que sepamos producciones y tipologías de los vinos será cuando se puedan determinar los precios"Con todo, ante las previsiones iniciales, los ánimos de los viticultores han mejorado. El problema es el precio. “Hubo un descenso ya con los últimos vinos de la campaña anterior y ahora está en una situación que no sabemos exactamente hacia donde van a tirar porque hay mucha incertidumbre en el mercado por parte de los compradores pero también por parte nuestra que aún no sabemos a qué atenernos, depende de cómo manejemos la situación los precios se podrán mantener mejor o peor ”, añade.
A estas alturas ya se deberían haber hecho al menos el 50% de las operaciones, pero sin embargo el mercado está totalmente paralizado. De momento, las primeras tablillas de las empresas privadas de referencia en el mercado del vino marcan casi un 20% menos que la campaña pasada. Cotizaciones que tanto las organizaciones agrarias, como los productores y las cooperativas consideran que no se ajustan a la realidad. Y es que a su juicio no hay indicadores para que la uva baje de precio ni para forzar la bajada de los precios del vino.
El stock en bodega es mucho menor que en la pasada campaña y la producción de esta campaña no deja de estar dentro de la normalidad. Y aunque lo que se oye es que los principales países productores como Francia e Italia tendrán un incremento significativo, son muchos los aspectos que entran en juego. “Hasta que los vinos no estén hechos no se puede valorar la tipología de precios que tendrá. La tablillas son más baratas que el año pasado y es el único referente de mercado que tenemos, pero esto es un juego de ajedrez y la psicología hace mucho”, apunta el gerente de la UCI de Iniesta, Diego Paños, quien insiste en la necesidad de controlar el alarmismo porque es una situación “que lleva al pánico”, y en estos momentos no se dan circunstancias para ello.
De la misma forma Fuentes llama a la calma. “Ahora no hay movimiento porque el precio va a la baja y si entramos en pánico lo que hace es ir más aún. No hay que perder los nervios porque nos cabe la uva, por tanto tranquilidad, ya veremos por donde va la cosa.
“Una vez que sepamos producciones y tipologías de los vinos será cuando se puedan determinar los precios. Si hay mayor producción serán más bajos, claro, pero al final los determinará el tipo de vino y la calidad”, añade el gerente de la UCI.
La de Iniesta es una de las bodegas que más tarde ha comenzado la vendimia por lo que de momento no tiene datos para hacer estimaciones de cosecha. La producción media de esta bodega se mueve en una horquilla entre los 30 y 40 millones de kilos de uva, pero de momento lo único que se sabe es que la entrada en bodega de los tintos bobal y garnacha tintorera es buena (al tempranillo aún le queda una semana) y también lo es la calidad que, en un año de incertidumbres como este es la clave en el mercado.
“En los varietales estamos por encima de los 13,30 grados y en la bobal en 12,30, una graduación perfecta”, concluye Paños.