Condiciones del terreno y del clima como la altitud, la humedad y los vientos que llegan del Mediterráneo favorecen que más del 80% del vino de la Denominación de Origen Manchuela tenga un carácter ecológico de forma natural, sin necesidad de trabajar ningún proceso específico.
De hecho, en la marca aparecen matices verdes con los que buscan transmitir ese espíritu ecológico, según explican Ana María Jiménez y Manoli Santiago, técnicos de la Denominación de Origen Manchuela.
El sello engloba a 37 bodegas de las provincias de Cuenca y Albacete, que abarcan 9.100 hectáreas de viñedo y suponen una producción de 2,2 millones de botellas de vino. La zona que abarca está delimitada por los ríos Júcar y Cabriel.
Es por ello que desde la entidad celebran que las Hoces del Cabriel vayan a ser consideradas reserva de la biosfera, algo que esperan que ocurra en breve. “Es un hito que nos puede ayudar bastante a la hora de transmitir el concepto de territorio”, indican.
Uno de los logros del sello es que las exportaciones están creciendo, habiendo alcanzado los 12 millones de hectolitros vendidos al exterior. Los vinos están llegando a mercados como el estadounidense, que busca calidad. Variedades como el bobal y el albillo están muy bien valoradas.
Y es que precisamente la gran apuesta de este sello es priorizar la calidad frente a la cantidad. En esta tarea también cuidan hasta el lenguaje. Así, hablan de Denominación de Origen y no de DO para darle más entidad a este sello.
Además, se refieren al vino en singular en vez de a ‘los vinos’ para transmitir la idea de calidad en lugar de producción y cantidad.
La entidad ha diseñado un plan de crecimiento en tres fases. Para este año, se trabajará para posicionarse en Castilla-La Mancha mientras que en 2020 y 2021 se pretende dar a la Denominación de Origen una proyección nacional e internacional, respectivamente.
En ese camino de crecimiento, a lo largo del pasado año se ha trabajado en un plan estratégico donde se ha definido la nueva identidad de la marca, bajo el lema de ‘vino de influencia’ y con un icono nuevo que muestra una hoja con cinco puntas de bobal, la variedad distintiva por excelencia de esta zona.
La imagen muestra cinco hojas que pretenden representar las variables estratégicas que se han trabajado: la historia, el clima, la tierra, la tradición y la tecnología, y las variedades autóctonas.
La comunicación se va a reforzar este año para dar a conocer una Denominación de Origen “pequeña y humilde” pero que apuesta por la calidad. Concursos en redes sociales como Instagram, presencia en varias ferias, participación en varios eventos, acciones con influencers durante la campaña de vendimia y en colegios son algunas de las iniciativas que van a desarrollar.
Otro de los proyectos es la Ruta del Vino de La Manchuela, que ayudará a este sello a posicionarse en primer lugar en el ámbito más cercano, el de las propias provincias de Cuenca y Albacete y de la región. “Hay que difundir nuestro vino de influencia”, señalan desde la Denominación de Origen.
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