La palabra griega “apnea” significa “sin aliento”. Pues bien, a partir de esta definición se puede entender qué son las apneas obstructivas del sueño, una enfermedad cuya característica principal son las paradas respiratorias de entre diez segundos y dos minutos de duración que afecta a 3.234 personas de la provincia de Cuenca, tal y como ha revelado María Casado, neumóloga de la consulta monográfica de sueño del Hospital Virgen de la Luz, a Las Noticias de Cuenca.
Eso sí, es necesario hacer matizaciones ya que todos sufrimos apneas, pero lo importante es medir cuántas se producen a la hora y si hay o no síntomas previos. En este sentido, es necesario tener en cuenta que la sintomatología habitual de esta patología incluye somnolencia diurna, cansancio y hasta desaturaciones de oxígeno.
En cuanto al número, si sufrimos cuatro apneas cada sesenta minutos es normal, pero si se dan más de 15 se diagnostica al paciente automáticamente, tenga o no síntomas previos. Sin embargo, si se producen alrededor de diez es fundamental realizar un estudio médico que incluye una poligrafía, la prueba que permite registrar el número de paradas respiratorias, así como los movimientos nocturnos del tórax y el abdomen e incluso la postura en la que dormimos, aspectos fundamentales para detectar esta enfermedad.
Y es que, es fundamental tener un diagnóstico ya que estas personas padecen somnolencia diurna y, por ejemplo, en conductores profesionales puede ser un gran detonante de accidentes de tráfico, aunque también puede afectar a la hora de rendir en cualquier otro trabajo. Por otro lado, las apneas obstructivas del sueño son un factor de riesgo cardiovascular y estas personas si no se tratan corren mayor riesgo de sufrir un ictus, tal y como recalca la doctora Casado.
Por ello, desde el Virgen de la Luz aconsejan a todo aquel que tenga sospechas a acudir a consulta para encontrar una solución, que en la mayoría de casos pasa por hacer uso de una máquina CEPAP, un dispositivo que administra aire a presión a través de una mascarilla y que permite abrir las vías respiratorias. Si bien, no es la única solución ya que hay personas obesas que al perder peso ven como remite este problema y además, a modo de recomendación, el equipo aconseja no ingerir alcohol, ni tabaco a partir de las 18:00 horas porque actúan como relajante muscular para los músculos de la garganta. A ello hay que sumar tratamientos experimentales como dispositivos de avance mandibular que hace el odontólogo o intervenciones quirúrgicas, aunque son más complicadas. Incluso hay ocasiones en la que desde la consulta del sueño trabajan de forma conjunta con Neurofisología, la unidad que se encarga de estudiar a pacientes que padece insomnio, sonambulismo o el síndrme de las piernas inquietas.
PERFIL DEL PACIENTE
Las personas que padecen apneas obstructivas del sueño son más de 3.200 en la provincia de Cuenca, tal y como hemos indicado anteriormente. Pues bien, de ellas 2.375 son hombres, una cifra que viene a poner de manifiesto que esta enfermedad afecta a muchos más varones que mujeres. Si bien, según un estudio poblacional llevado a cabo a nivel nacional entre personas de 30 y 70 años, un 62,2% de los varones preguntados sufrían más de 5 apneas frente al 28% de las mujeres. Eso sí, a partir de los sesenta las cifras se igualan con un 12,4% de hombres y un 7% de mujeres que padecen apneas.
Con todo, la doctora Casado hace hincapié en tener en cuenta los síntomas y mejorar la higiene de sueño ya que, si una persona se acuesta con el teléfono móvil, duerme menos de siete horas y duerme siestas largas no sufre apneas del sueño, simplemente debe mejorar sus hábitos. Algo muy común en nuestro país ya que, tal y como explica la neumóloga, los españoles generalmente dormimos muy mal.
“Me diagnosticaron hace 12 años y mi vida ha mejorado mucho”José Luis Marco fue consciente de que padecía apnea obstructiva del sueño gracias a su mujer ya que fue ella quien dio la voz de alerta hace doce años al ver como su marido se quedaba sin respiración mientras dormía. Alertados por esta situación acudieron al Hospital Virgen de la Luz y allí le realizaron diferentes pruebas. Entre ellas recuerda el estudio de sueño para el que tuvo que estar una noche en el complejo hospitalario, algo que ya ha cambiado pues en la actualidad esos niveles se miden de manera remota y el afectado puede dormir en su domicilio.
Desde entonces Marco utiliza un dispositivo CEPAP para dormir, que no es otra cosa que una máquina cuya función es proporcionar aire a presión a través de una mascarilla que le obliga a respirar por la nariz. Eso sí, es fundamental utilizarla a diario.
Gracias a ello José Luis Marco ha conseguido dormir más y mejor ya que antes de ser diagnosticado se levantaba cansado. Además, es consciente de que ahora rinde más en su trabajo y se despierta con más energía. “Mi calidad de vida ha mejorado mucho”, sentencia.
Por ello, recomienda a toda aquella persona que tenga estos síntomas acudir al médico porque “esto puede afectar a todo el mundo independientemente de su peso, su condición física o su edad”, señala.
Además, a lo largo de estos años ha conocido a mucha gente que utiliza este dispositivo para dormir y es cada vez más común entre la sociedad.