Desarrollo rural
Más de 4.000 personas han visitado este año la mina ‘La Condenada’ de Osa de la Vega
El director general de Desarrollo Rural, José Juan Fernández Zarco, ha visitado este domingo la mina ‘La Condenada’, en la localidad conquense de Osa de la Vega, un proyecto puesto en valor gracias a los fondos de cooperación de dos grupos LEADER, Alcarria Conquense y ADI El Záncara.
Éste es un ejemplo “que demuestra cómo el apoyo del Gobierno de Emiliano García-Page al desarrollo rural a través de los Grupos de Acción Local es un éxito”, ha explicado el director general, ya que los municipios y comarcas pueden decidir en qué proyectos invertir los fondos, acorde a los intereses de sus ciudadanos.
En el actual periodo de programación 2014-2020, el Ejecutivo de Castilla-La Mancha ha destinado 178 millones de euros a los Grupos de Acción Local, garantizando su autonomía: “son los propios grupos los que deciden dónde quieren invertir”, ha dicho Fernández Zarco. Precisamente, gracias a la aplicación de la metodología LEADER “los territorios son capaces de poner en valor sus recursos endógenos, de aprovechar aquello que tienen y les caracteriza para generar desarrollo en su tierra”.
En la visita, han acompañado al director general, el delegado provincial de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural en Cuenca, Joaquín Cuadrado; y la presidenta del Grupo de Acción Local ADI El Záncara, Delfina Carrasco.
Proyecto Cristal de Hispania
El proyecto Cristal de Hispania, de los Grupos de Acción Local Alcarria Conquense y ADI El Záncara, promueve la valorización de las minas romanas de la provincia de Cuenca, un recurso patrimonial singular y muy atractivo, que ayuda a impulsar el turismo.
En concreto, la mina ‘La Condenada’ ya ha sido visitada por más de 4.000 personas en lo que va de año, atrayendo turismo a esta comarca conquense. Visitantes nacionales e internacionales que también acuden a la hostelería y restauración y que dejan recursos y generan empleo en el medio rural, tal y como ha recordado el director general.
Ésta es una de las minas conquenses de lapis specularis o espejuelo, que constituyen uno de los conjuntos mineros más grandes y mejor conservados de la antigüedad. De ellas se extraía yeso especular, un mineral traslúcido se usaba para cerrar vanos en ventanas. Desde esta zona de Cuenca se distribuía por vía marítima a todo el Imperio Romano.