Más de 6.000 niños y jóvenes tienen la oportunidad de empezar el curso escolar. Las ayudas al material de texto suponen este año un 75% de solicitudes del total de peticiones emitidas, en concreto, 8.607.
Detrás de esta cifra, se benefician numerosos padres y madres en situación vulnerable que tienen dificultades para costear los libros de sus hijos. Gustavo Martínez, delegado provincial de Educación, Cultura y Deportes, asegura que estas ayudas son esenciales. “Se trata de facilitar a las familias con menos medios una enseñanza universal y que no solo sean las que tienen rentas más altas las que puedan acceder a una educación de calidad”, señala.
Desde el Gobierno regional no solo se impulsan subvenciones que permitan a los estudiantes tener material de texto para su formación. Estas ayudas abarcan otras áreas para que la enseñanza llegue a todos los hogares de Cuenca. Desde la Junta de Comunidades se han convocado también ayudas para el servicio de comedor para alumnos de Infantil y Primaria, así como el uso de transporte gratuito para asistir a los centros educativos.
“Una educación de calidad se consigue con ayudas a comedor, al transporte y, sobre todo, disminuyendo ratios”Asimismo, 61 niños que viven en zonas rurales reciben una beca individual para facilitar su llegada a la escuela día a día. A sus padres se les dota de un apoyo económico para cubrir el gasto de combustible empleado para llevar al alumno desde su casa hasta el centro educativo rural correspondiente o una de las paradas dentro de la ruta escolar de transporte.
Es, esta la razón, por la que Martínez destaca que Castilla-La Mancha “es una comunidad autónoma que aboca al reto demográfico”. “Una educación de calidad se consigue con ayudas a comedor al transporte y, sobre todo, disminuyendo ratios, que es lo que también se está haciendo desde la Junta de Comunidades”, destaca. De hecho, este año, se ha reducido en la etapa de cuatros años de 25 a 22 alumnos y en bachillerato, que pasa de 35 a 32. Las ayudas concedidas para los libros de texto a escuelas de Primaria e Institutos, 6.304, suponen 424 subvenciones más que el año pasado. Sin embargo, la cifra podría engrosarse ya que se establece un periodo de solicitud extraordinario que se prolonga durante todo el curso para atender, por ejemplo, a familias que por razones laborales llegan a Cuenca en una fecha posterior al inicio del curso escolar. El Gobierno regional concede estas ayudas a los colegios e institutos. A partir de ahí, las instituciones educativas son las encargadas de repartir los lotes de libros. Cada año, se sortean los bloques de texto adquiridos en cursos anteriores y los nuevos, una adquisición que se lleva a cabo en función del número de solicitudes existentes en cada centro.
Estos libros deben ser entregados de nuevo al colegio o instituto una vez finalizado el curso. De hecho, una comisión se encarga de revisar si estos han sido cuidados o si, por el contrario, se han generado desperfectos que no se corresponden con el uso de los mismos. Normalmente, no ocurren este tipo de incidentes. Martíñez señala que existe una “leyenda negra” en torno a estos niños y jóvenes que reciben estas ayudas. “Provengo del ambiente educativo. Los niños son conscientes de que hay que cuidar el material”, recalca.
A estas se suman los 1.388 alumnos de Infantil y Primaria que acceden al comedor a través de una beca, un 46% del total de usuarios de este servicio, en concreto, 3.025 estudiantes.
Las rutas al transporte son otros de los pilares que facilitan el desarrollo de un curso óptimo para los alumnos que cursan su formación en la provincia. Los autobuses, que no suponen coste alguno a las familias, serpentean a lo largo y ancho de 125 rutas establecidas, que trasladan a 2.600 alumnos desde sus casas hasta sus centros educativos.
NUEVAS TECNOLOGÍAS
Los paquetes de ayudas promovidos por el Gobierno regional también incluyen un apartado adaptado a aquellos centros que utilizan de forma exclusiva dispositivos digitales para impartir las clases. A estos becados se les concede tablets para poder realizar sus tareas. Los centros, a su vez, se encargan de incorporar las licencias necesarias. “Son materiales que en las editoriales se trabajan muy concienciadamente”. Los nuevos tiempos no solo llegan en forma de libros interactivos, también, se han instalado pizarras digitales “en las que se desarrolla la enseñanza del siglo XXI”, remarca Martínez. “Son paneles en los que el profesor trabaja como si se tratara de una tablet y donde puede colgar actividades digitales”.
Este año se han matriculado 4.071 niños y niñas en Educación Infantil, 10.175 en Primaria, 7.457 y 2.360 en Bachillerato. Dentro de este amplio abanico de alumnos, hay más de 6.000 niños, niñas y jóvenes en situación vulnerable que, a través de las ayudas, comienzan sin dificultad el nuevo curso.