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Luchar contra la despoblación desde la juventud

El joven valeroso Pablo Calvo Martínez expone en un trabajo académico tres posibles medidas que contribuyan a frenar el reto demográfico
Luchar contra la despoblación desde la juventud
Foto: R. Marco
17/09/2023 - Rubén M. Checa

Pablo Calvo Martínez (Las Valeras, 2003) siempre ha vivido en su pueblo, Valera de Abajo, y desde muy pequeñito ha estado concienciado de que tanto en su localidad como en la provincia había un problema grave: la despoblación. Siempre le ha gustado el derecho, y aunque tuviera sus miedos iniciales de cursar dicha carrera, hace dos años empezó el grado en el campus dels Tarongers de la Universidad de Valencia. Juntando estos dos aspectos, hace escasos meses y aprovechando la asignatura de Técnicas y Habilidades Jurídicas, el joven valeroso ya hizo su primera inmersión en la investigación contra la despoblación, siendo así uno de los pocos jóvenes que, con apenas 20 años, ya están poniendo su granito de arena para revertir la situación demográfica de la provincia. 

“Es un problema que llevo viendo toda mi vida, cuando tanto tu pueblo como los que están alrededor se van quedando sin población, con cada vez menos servicios, y en cuanto he tenido la primera oportunidad para investigar al respecto, no he dudado en empezar a tratar ya el tema desde el punto de vista legal”, asegura Calvo. De este modo, cogiendo como apoyo la legislación que hay al respecto en Castilla-La Mancha así como en otras regiones del país, elaboró un extenso trabajo viendo cómo se podría frenar la despoblación en provincias muy afectadas como la conquense. 

Así, el valeroso centra su trabajo en tres ejes. El primero se plantea en cómo hacer una legislación que favorezca la liberalización del suelo, del medio rural, de los montes, previo a un estudio ecológico para conservar los ecosistemas de forma correcta y que así, las empresas energéticas puedan tener más facilidades para instalar parques de renovables, que a través de diferentes impuestos y licencias, dan bastantes recursos económicos a los ayuntamientos y, además, esos pueblos puedan tener unos precios de la luz más baratos. Esto conseguiría atraer industria y fomentar la economía, y por lo tanto, mayores oportunidades de empleo en el medio rural. 

En segundo lugar, Calvo ve favorable hacer una discriminación fiscal hacia los habitantes de los pueblos de la provincia, algo que Europa ya permite en Cuenca, ya que si al final los vecinos no tienen acceso a los mismos derechos que una persona que pueda vivir en una ciudad o capital de provincia, como puedan ser urgencias sanitarias o diferentes niveles en el sistema educativo, “no sería justo que se pague lo mismo”, cree el joven. Como tercer eje del trabajo, el estudiante aúna los dos anteriores porque ve necesario fomentar un ecosistema que favorezca la inversión en el medio rural y que poco a poco se vaya solucionando el problema originario de la despoblación para también mejorar los servicios sociales, los sanitarios, los educativos y los culturales de las localidades. 

En su primera investigación centrada en despoblación, Calvo también ve acorde como solución al problema que desde los diferentes gobiernos dieran subvenciones y ayudas complementarias a estas medidas para que el medio rural pueda acelerar el proceso de repoblación, pero el asunto que considera más importante es fomentar una ley nacional contra la despoblación. 

Calvo tiene como referente al alcalde de su pueblo, Daniel Pérez Osma, una persona que cree “siempre ha trabajado por su pueblo, por las localidades más pequeñas y por la provincia desde sus diferentes puestos de responsabilidad”. Y ahora, aprovechando que es diputado en el Congreso, ya ha ofrecido su ayuda al parlamentario por si se llevara a cabo la redacción de una ley nacional en la cámara baja de las Cortes Generales. Al valeroso le gustaría que estuviera presente en ese texto el punto de vista de la gente joven, “porque al fin y al cabo, nosotros los veinteañeros, somos el futuro de localidades de menos de 2.000 habitantes como Valera de Abajo y nos queremos quedar a vivir aquí”. 

Pero independientemente, Calvo tiene claro que investigar, trabajar y aportar soluciones a los problemas de los vecinos de su pueblo y de su provincia va a ser lo que marque su futuro, primero en el ámbito de la carrera que está cursando y, después, quien sabe si continuará en el ámbito académico o saltará al político. “La despoblación es una situación que nos afecta a todos, queremos cambiarla, y seguro que al final conseguiremos dar con la tecla correcta”, concluye.