En el marco de la denominada operación conjunta ‘Tabacu Tormo’, Guardia Civil y Policía Nacional de Cuenca han localizado una extensa plantación de marihuana en un paraje de complicado acceso próximo al río Guadazaón y situado entre las localidades de Cardenete y Enguídanos. En el transcurso de la investigación, que sigue abierta, se han localizado 2.300 plantas de 'Cannabis Sativa' y varias sacas con cogollos ya recolectados, y se ha procedido a la detención de tres personas de origen serbio y albanés.
Los detalles de la operación, una de las más importantes contra el cultivo de marihuana en la provincia de Cuenca de los últimos años, han sido desvelados este viernes en una rueda de prensa en la que han participado la subdelegada del Gobierno en Cuenca, Mari Luz Fernández; el jefe provincial de la Comisaría de la Policía Nacional, José Luis Serrano; y el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, Fernando Montes.
La operación se inició a finales de julio tras sorprender un cazador a dos individuos desconocidos en la zona en un paraje poco transitado. Sospechando que pudieran estar realizando alguna actividad ilícita, lo puso en conocimiento de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. La investigación dio sus frutos el 1 de septiembre.
Tras localizar en esa zona –un monte de utilidad pública que es un coto de caza– una plantación de cannabis en un lugar abrupto en un cañón del río Guadazaón rodeado de cortados de rocas, se estableció un dispositivo de vigilancia durante varias semanas para controlar a las personas que estaban a cargo del cultivo.
Durante la investigación se encontraron cuatro balsas artificiales que llenaban con agua del río y que utilizaban para regar mediante una red de cientos de metros de mangueras de amplio grosor, secaderos ocultos entre la vegetación, una carpa en la que cocinaban y realizaban diversos trabajos, escaleras excavadas en los márgenes del río y varios puentes de piedra y madera, entre otras infraestructuras.
Al margen de la plantación, en un lugar más elevado al que accedían por un complicado paso entre las rocas, se encontró un campamento en el que pernoctaban y guardaban los cogollos de marihuana, listos para su traslado fuera de la plantación. Este espacio también les servía como atalaya desde la que vigilaban el cultivo.
Finalmente, el 1 de septiembre se estableció un operativo con personal de ambos cuerpos con el objetivo de proceder a la detención de los miembros de esta red criminal dedicada al cultivo y distribución de este estupefaciente, así como de intervenir dicha plantación. Al verse sorprendidos por los agentes, los ahora detenidos comenzaron una huida campo a través desencadenando una persecución "de película" por la difícil orografía del terreno, siendo interceptados minutos después.
Los guardias civiles y policías localizaron alrededor de 2.300 plantas de entre dos y tres metros de altura que estaban distribuidas en diez parcelas, observando que ya se habían recolectado varios miles de ellas. Los efectivos calculan que la plantación tiene una capacidad de producción de unas 5.000 unidades.
La sustancia intervenida puede alcanzar en el mercado ilícito un valor de entre siete y veinte millones de euros, dependiendo de si su distribución se realiza a otro intermediario o a consumidores finales.
Guardia Civil y Policía Nacional dan por desmantelada esta plantación perteneciente a una organización delicitiva a escala internacional aunque la investigación continúa abierta.
Los detenidos pasaron a disposición del Juzgado de Guardia de Motilla del Palancar, quien determinó su ingreso en prisión.
La subdelegada del Gobierno en Cuenca ha hecho hincapié en que esta operación es un ejemplo más de la colaboración cotidiana de ambos cuerpos.
El jefe de la Comandancia de la Guardia Civil reconocía que la provincia de Cuenca, con zonas despobladas y de complicado acceso, es propicia para este tipo de actividades ilícitas.