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La lluvia da un respiro pero "llega tarde" a la zona sur de la provincia

La cebada ya estaba espigando en las comarcas de La Manchuela y Mancha Baja, aunque aún no se pueden valorar los daños
La lluvia da un respiro pero "llega tarde" a la zona sur de la provincia
06/04/2019 - Dolo Cambronero

Las lluvias de los últimos días han dado un pequeño respiro después de un seco invierno que hacía peligrar, sobre todo, los cultivos de cereal. Pero no son suficientes. Desde las organizaciones agrarias advierten de que todavía hacen falta más precipitaciones para asegurar las cosechas. Y en algunas comarcas, la situación es más complicada: “En algunas zonas de la provincia, en la sur sobre todo, llegan un poco tarde porque la cebada ya estaba espigando”, advierte el secretario general de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Cuenca, Manuel Torrero.

“Hay que valorar los daños que se han producido”, señala. De todas formas, apunta que hasta que no llegue el tiempo de recolectar no se conocerán realmente las repercusiones que ha tenido la sequía de este invierno en el cereal, principalmente en las zonas de La Manchuela y Mancha Baja, donde la cebada había adelantado su ciclo debido a las altas temperaturas de estos meses.

No obstante, las últimas lluvias han sido irregulares en la provincia. “En la zona de Tarancón, las precipitaciones han sido menores. En Cuenca y en la Serranía Media y Alta ha llovido más. Y en la Alcarria, menos que en la sierra pero más que en Tarancón. Esperamos que llegue más agua porque también hace falta para los cultivos leñosos como el olivar y el viñedo y, sobre todo, para el girasol, que es tan importante en la provincia”, detalla el representante de Asaja Cuenca.

En la misma línea se pronuncia el presidente provincial de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Cuenca, Miguel Esponera, que indica que la situación era especialmente preocupante para la cebada, que se recolecta en junio. Según señala, “se estaba secando, no crecía y ya se estaba espigando”. “Esperamos que siga lloviendo más”, añade.

Además de por la falta de precipitaciones, Esponera también muestra su preocupación por el descenso de las temperaturas y la posibilidad de nieve y las consecuencias que las bajas temperaturas podrían tener en cultivos como el almendro, que ha florecido este año antes de tiempo y ya está muy avanzado, y en la viña.

Sin embargo, el secretario provincial de Asaja señala que, “en principio”, no están especialmente preocupados por el descenso de las temperaturas y los avisos de nieve. Torrero explica que han estado revisando las previsiones meteorológicas y no parece que vaya a haber “picos de mínima excesivamente bajos que pongan en peligro algún cultivo”. Torrero destaca que “este tiempo suele ser normal dentro del histórico”.

“Lo más importante es que continúen entrando borrascas y siga lloviendo en toda la provincia y en la región para que los cultivos, sobre todo los cereales de invierno como el trigo, la cebada y la avena, salgan adelante con éxito, y que los cultivos leñosos y el girasol, también”, insiste.

Además de por la falta de lluvias, UPA muestra su preocupación por la bajada de temperaturas, que podría afectar al almendro y al viñedo

Según las estimaciones de Asaja, en la provincia de Cuenca hay unas 285.000 hectáreas destinadas a cebada y unas 36.200 a trigo, cereales de secano que dependen exclusivamente de la climatología.

Por su parte, Miguel Ángel Casero, presidente de la Cooperativa El Campichuelo, en Ribatajada, explica que aunque esta zona es más tardía que otras regiones, la falta de lluvias de este invierno “ha perjudicado bastante” al cereal. Si bien apunta que “no es catastrófico” aún y “se puede salvar la cosecha”, sí detalla que la sequía ha dejado algunos terrenos “estropeados”, sobre todo en los cultivos que iban más adelantados. “Hay rodales que ya han espigado”, concreta.

Las precipitaciones de los últimos días han supuesto un pequeño alivio pero dice que no se pueden lanzar campanas al vuelo aún. “Hace falta que llueva más”, asegura. Eso sí, subraya que si hubiera seguido sin llover, “hubiera sido muy complicado” para los cultivos de cereal.

Cultivo de girasol

En el caso del girasol, que empezará a sembrarse en mayo, el cultivo también necesita que el suelo haya cogido reserva de agua durante el invierno para desarrollarse durante la primavera y el verano con ciertas garantías de éxito, explican los secretarios provinciales de Asaja y UPA. Unas 150.000 hectáreas están destinadas en la provincia a esta planta.

El presidente de la Cooperativa El Campichuelo también destaca la importancia de la reserva hídrica para que el girasol pueda salir adelante aunque Casero señala que todavía es pronto para hacer previsiones. Todo depende de lo que ocurra en las próximas semanas.

El año se presenta “complicado” para el regadío: mayores costes y dotaciones de agua escasas

La falta de lluvias no solo afecta a las tierras de secano. Cultivos de regadío como el ajo también están sufriendo ya la escasez de precipitaciones de este invierno. Julio Bacete, presidente de la Mesa Nacional del Ajo y de Coopaman, empresa dedicada a la comercialización de ajos, con sede en Las Pedroñeras y formada por seis cooperativas de la provincia conquense y una planta de envasado en Albacete, detalla que, a pesar de que las últimas lluvias han dado un pequeño respiro, la sequía invernal repercutirá en el precio dado que subirá el coste del riego.

Además, también alerta de que, si no llegan más lluvias en los próximos meses, “va a ser un año complicado” en relación con las dotaciones de agua asignadas para regar, cifradas en alrededor de unos 2.000 metros cúbicos. “Si seguimos así, van a ser insuficientes”, advierte.

No obstante, el presidente de Coopaman señala que, a nivel sanitario, de momento todo marcha bien en los cultivos de ajo. De todas formas, Bacete prefiere ser prudente y dice que todavía es demasiado pronto para aventurarse a hacer previsiones de cómo irá la campaña.

Por su parte, desde Asaja reclaman a la administración que se ponga a trabajar para ofrecer recursos hídricos suficientes a los agricultores para que se puedan afrontar años de sequía como el actual con garantías. Piden asimismo un cambio de las políticas de regadío.