Ligero respiro, casi inapreciable, el que ha dado la inflación a los conquenses en el mes de agosto. Y es que los precios han caído un 0,3 por ciento con respecto al mes de julio, aunque eso no deja de situar a la provincia de Cuenca entre las más inflacionistas del país con una subida anual del 12,4 por ciento, casi dos puntos por encima de la media nacional cifrada en el 10,5%, según los datos del último Índice de Precios al Consumo (IPC) correspondiente al mes de agosto publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Un comportamiento éste de los precios que ha colocado la inflación en Cuenca en el 7 por ciento en lo que llevamos de año, la segunda más baja de la comunidad autónoma, solo superada por el 6,8 por ciento de la provincia de Albacete. Este ranking de los ocho primeros meses del año está liderado por Toledo, con un incremento de los precios desde enero del 7,8 por ciento. Le siguen Ciudad Real, con el 7,3%; y lo completa Guadalajara, con el 7,2%.
Detrás de este descenso de 3 décimas de los precios en Cuenca se encuentra, en especial, el transporte que en este mes ha caído un 4 por ciento, aunque también han contribuido a esta caída vestido y calzado, con un -0,7%, y medicina, con un -0,2%. Disminuciones que han venido a contrarrestar el comportamiento inflacionista de sectores como vivienda, sobre todo por la evolución de la electricidad y el gas, cuyos precios han experimentado un crecimiento del 2 por ciento, y al que se han sumado el resto de sectores, aunque con subidas comprendidas entre el 0,2% de hoteles, cafeterías y restaurantes y el 0,8% de ocio y cultura.
En Castilla-La Mancha, por su parte, los precios se han elevado en agosto al 12,6% en tasa anual, la más alta de las comunidades autónomas y por encima de la media nacional del 10,5. Por provincias, indicar que la mayor inflación anual se encuentra en Toledo, con un 13,3 por ciento. Le siguen Ciudad Real, con un 12,9; Cuenca, con un 12,4; Albacete, con un 12; y Guadalajara, con un 11,9.
REACCIONES
La Confederación de Empresarios de Cuenca, tras conocer los datos del IPC, alerta de la elevada inflación de la provincia de Cuenca, que sigue poniendo en riesgo a muchas empresas y endureciendo la situación de muchas familias.
Para CEOE CEPYME Cuenca la inflación sigue siendo el mayor problema que sufre nuestra economía en este momento, que está afectando a las empresas por el alto coste de las energías, arrastrando a otros sectores en gran medida y entrando en una espiral muy peligrosa que también pone en peligro el consumo privado.
La secretaria de Empleo y Política Sindical de UGT CLM, Isabel Carrascosa, por su parte, apunta la necesidad de reforzar el escudo social, con una línea de crédito que actúe como fondo de protección y ayude a los hogares más empobrecidos; y la apuesta por políticas que realmente incidan sobre el todavía elevado precio de los productos energéticos, aumentando la competencia y reduciendo los beneficios extraordinarios. Todo ello unido a una subida urgente de los salarios para evitar el empobrecimiento de las familias.
Carrascosa considera fundamental adoptar medidas que moderen el desorbitado precio al que están llegando muchos productos de primera necesidad, tal y como se hiciera en el pasado con otros sanitarios como las mascarillas o los tests de antígenos y más recientemente con el precio del gas. Además, sostiene que la subida de los tipos de interés confirmada por el Banco Central Europeo es “una mala estrategia para contener el incremento de los precios”.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), por otro lado, reclama al Ministerio de Hacienda y Función Pública la apertura inmediata de la negociación salarial, tras conocerse el dato de Índice de Precios de Consumo (IPC) de agosto.
CSIF advierte de que la situación empieza a ser insostenible después de varios meses de inflación consecutiva, que está mermando el poder de compra de las familias españolas, especialmente de la clase media y trabajadora, que afronta la situación con renuncias y sacrificios.
La Central Sindical exige al Gobierno que dé ejemplo a la empresa privada y negocie una subida en las administraciones públicas, como acaba de proponer el Ejecutivo en Francia. Los empleados públicos, además, llevan contribuyendo al pacto de rentas desde 2010 cuando por primera vez se les bajó el sueldo y arrastran una pérdida de poder adquisitivo cercana al 20 por ciento.
Para este sindicato, la ciudadanía se le está acabando la paciencia. Por este motivo, CSIF ha convocado en Madrid, el próximo 24 de septiembre, la primera gran movilización sindical contra el empobrecimiento social, por una subida salarial justa, por una jubilación digna y la calidad de los servicios públicos.
