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El 32% de los jóvenes que se han incorporado a la agricultura son mujeres

Cada vez son más las mujeres que se incorporan a la actividad agraria aunque aún queda mucho para alcanzar la igualdad real en el sector
Foto: Saúl García
08/03/2021 - C.I.P.

Avanzar hacia el cambio social y económico que requiere la revitalización de nuestros pueblos hace necesario que se visibilice la labor que desempeñan las mujeres en el medio rural. Su papel es fundamental tanto en el desarrollo económico como en la fijación de población y vertebración de territorios. De ahí que su incorporación en condiciones de igualdad a la principal actividad económica de la provincia como es la agricultura sea uno de los pilares para luchar contra la despoblación.

La explotación familiar es el modelo de agricultura más extendido en nuestra región y provincia, aunque históricamente ha sido el hombre el que ha estado al frente mientras que la mujer ha trabajado desde la invisibilidad. Una situación que, afortunadamente está cambiando. Cada vez son más las titularidades compartidas y también el número de mujeres que se incorporan a la agricultura como titular principal.

De hecho, según apunta el delegado provincial de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Joaquín Cuadrado, un 32 por ciento de los jóvenes que se han incorporado al sector agropeacuario de la provincia desde 2016 son mujeres, y la previsión es que sigan creciendo.

Aún queda mucho camino por delante para alcanzar el equilibrio pero “se están dando pasos muy importantes para promover la igualdad real en la agricultura, visibilizar el trabajo de la mujer y en general mejorar la calidad de vida en el medio rural”. Por ello destaca que desde el Gobierno regional se está haciendo una importante apuesta para fomentar la incorporación de la mujer en la agricultura, tanto a través de la titularidad compartida como con su propio proyecto.

El 32% de los jóvenes que se han incorporado a la agricultura son mujeres

RECONOCIMENTO JURÍDICO

Tener reconocimiento jurídico y económico por el trabajo que se realiza es “fundamental”, señala Encarnación Ruiz, una mujer que ha puesto en marcha su propia empresa agraria en Fuentes.

Desde que su marido decidió dejar el sector del transporte para ponerse al frente de la explotación agraria familiar, ella le ha estado ayudando hasta que decidió dar un paso más, darse de alta como agricultora y apostar por el lavandín como alternativa al cereal y el girasol, que son los cultivos mayoritario de esta zona.

"La mujer está prefectamente capacitada para llevar una explotación agraria o ganadera. Según están las cosas hoy en día el campo es una salida y no veo ningún problema en que sea una mujer la que se ponga al frente, se puede perfectamente y además es importante que se haga. La situación en los pueblos, sobre todo en los pequeños, es una pena. No hay trabajo, la gente se va y la despoblación es un problema. La agricultura es una opción", apostilla.

Hace tres años que las ayudas a la incorporación de los jóvenes agricultores le permitieron poder hacer realidad el proyecto que se propuso cuando descubrió el desarrollo de los campos de esta planta aromática en La Alcarria de Guadalajara. “Es un cultivo que se adapta muy bien a este terreno y creo que puede ser una alternativa muy interesante”, señala esta mujer de 42 años que se confiesa una “apasionada del campo”.

Aunque ha vivido en Madrid, su familia materna es de Mota del Cuervo y todos los veranos trabajaba en la campaña del ajo y también en la vendimia. “La agricultura siempre me ha gustado y ahora tengo la oportunidad de poder desarrollar mi propio proyecto”. Eso sí, señala que los comienzos no son fáciles. Poner en marcha una explotación agraria es muy costoso y eso “por mucha ilusión que tengas puede desanimar mucho”, por ello considera que es fundamental que “las administraciones nos apoyen”. Si no, dice, “esto se muere”.

El 32% de los jóvenes que se han incorporado a la agricultura son mujeres

La falta de relevo generacional es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la actividad agraria en el medio rural. Por ello, Cuadrado apunta que desde el Gobierno regional se está haciendo “una fuerte apuesta” por incentivar la incorporación de jóvenes a la agricultura en el marco de los Programa de Desarrollo Rural, donde también se incluyen los planes específicos de mejora, pero además se priorizan los proyectos de las mujeres que se quieren incorporar al sector.

En este sentido, el delegado provincial destaca que los proyectos presentados por mujeres para incorporarse al sector como titular de una explotación agraria o como titularidad compartida tiene una bonificación de 25 puntos, por lo que si se tiene en cuenta que son necesarios un mínimo de 20 para entrar en la convocatoria de ayudas “prácticamente tienen aprobada la solicitud”.

FOMENTO DE LA TITULARIDAD COMPARTIDA

Además de estas ayudas, que con un montante total en la nueva convocatoria de 50 millones de euros en el conjunto regional para la incorporación de jóvenes a la agricultura y otros 50 para los planes de mejora podrán solicitarse hasta mediados de mayo, el impulso a la incorporación de la mujer al sector agrario se contempla también en el plan de reestructuración del viñedo que se convocará en este primer trimestre del año.

Y es que según detalla el delegado provincial de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural se priorizarán las explotaciones que tengan titularidad compartida. Una línea más para impulsar la igualdad y la visibilidad de la mujer en el sector agrario.

“El campo tiene futuro pero hay que innovar y buscar alternativas”

En la provincia de Cuenca el sector primario es el principal motor de creación de empleo, tanto directa como indirectamente puesto que mueve la transformación industrial, la distribución, la comercialización agroalimentaria, entre otros.

Es la principal actividad del medio rural y aunque dependiendo de los cultivos tiene más o menos rentabilidad “el campo tiene futuro”. Al menos es la visión de jóvenes agricultores como Encarnación Ruiz.

Eso sí, esta vecina de Fuentes destaca que “hay que innovar y buscar alternativas”. En su caso la apuesta está en el lavandín, un híbrido entre lavanda y espliego, muy apreciado por su intenso aroma, que se perfila como una interesante alternativa al tradicional cultivo de cereal y pipas de esta comarca, puesto que una vez en producción puede resultar hasta cinco veces más rentable.

Encarna tiene 12 hectáreas de cultivo en Fuentes y este año quiere llegar a las 15, aunque su reto es mucho más amplio. “Al menos, necesitas 50 para poder vivir bien de esto pero hay que ir poco a poco”.

Y es que destaca que el desembolso que requiere la puesta en marcha de la plantación es muy alto. Aproximadamente son unos 3.000 euros de gasto por hectárea entre la compra de esquejes y mano de obra.

Eso sí, una vez en producción se abaratan los costes de mantenimiento. Aunque la maquinaria es otro de los handicap a los que se enfrentan los pequeños productores “Se trata de maquinaria muy específica y muy cara. Nosotros hemos fabricado nuestra propia sembradora pero en la siega contamos con un tercero, de otra forma no podríamos de momento”.

El pasado año fue el primero de cosecha, aún muy escasa puesto que no es hasta el tercer año cuando se empieza a ver los primeros resultados. El proyecto arranca ahora y Encarnación Ruiz ha puesto muchas esperanzas en una actividad que está en auge y que quiere seguir ampliando más allá de la producción “El día de mañana nos gustaría tener nuestra propia destilería”. De momento está centrada en seguir aumentando superficie pero además del cultivo, ya piensa también en otras actividades paralelas. "Es importante no parar de innovar si queremos que la actividad agraria no se estanque y pueda ser una opción para quedarse y también para volver a los pueblos”.

El 32% de los jóvenes que se han incorporado a la agricultura son mujeres