Asesinato machista en Villanueva de la Jara
Josean Picazo ante el permiso del asesino de su hermana: “Volvemos a no dormir”
Rabia e impotencia. Son los sentimientos que vuelve a sentir José Antonio Picazo, hermano de Andrea Picazo, asesinada por su marido, A.S.S., en Villanueva de la Jara el 2 de noviembre de 2013 después de que les haya sido comunicado que éste volverá a disfrutar de un nuevo permiso penitenciario del 17 al 23 de febrero.
“Volvemos a recordar, volvemos a no dormir, volvemos a hacernos fuertes y a pensar que para nosotros este homicida no existe”, señala en un escrito remitido a esta redacción, al tiempo que hace hincapié en que lo que recuerdan a diario es que “la que no está entre nosotros es mi hermana y madre de mis sobrinos”.
Tres años después del terrible suceso, en mayo de 2016, la Audiencia Provincial Sección Número 1 de Cuenca condenó a A.S.S., acusado de estrangular a su mujer en Villanueva de la Jara a doce años y medio de cárcel por un delito de homicidio.
La sentencia también establecía la prohibición de aproximarse a sus dos hijos a una distancia inferior a 500 metros o comunicarse con ellos, así como de acudir a esta localidad conquense por un tiempo de 10 años superior al de la pena de prisión. Esto es, ambas prohibiciones, por un total de 22 años y 6 meses.
A pesar del tiempo transcurrido, Josean Picazo asegura que no ha dejado de pelear, ni dejará de hacerlo, por unas sentencias “justas” en las que todos los asesinos de sus parejas, hijos o padres sean condenados “siempre de asesinato, nunca de homicidio”, como fue el caso de su hermana.
“¿Qué mayor acto de terrorismo es más que matar porque quieres a tu pareja, a tus hijos, a tus padres?”, se pregunta, por lo que vuelve a pedir a los gobernantes “que cambien cuanto antes las leyes” para que haya “una verdadera justicia”.
Y es que, añade, “sale muy barato matar en España” porque “todos estos monstruos saben que en poco tiempo estarán libres de nuevo”.
Por el contrario, considera que son las víctimas las que “estamos privados de nuestra libertad”, pues “los que andamos con miedo cuando salen de la cárcel somos los afectados, para los reclusos todo son derechos y privilegios”.
Por todo ello insiste: “Esta lacra se ve a diario, no esperen al 25 de noviembre, ni a usarla para propaganda electoral. La violencia de género hay que atajarla como se corresponde y cambiar leyes desde ya. Vayamos todos en la misma dirección y conseguiremos reducir víctimas”.