
Solo hay que mirar los montes conquenses para comprobar la presencia de procesionaria. Y es que, aunque la incidencia de esta plaga cíclica es baja en la provincia al igual que ocurriera el invierno pasado, según asegura el coordinador del cuerpo de Agentes Medioambientales, José Azcoitia, los característicos nidos blancos son visibles no solo en los grandes pinares, sino también en las inmediaciones de la capital.
Si bien, aunque en el conjunto provincial la afectación de procesionaria es baja, en la demarcación territorial de Villalba de la Sierra sí que la presencia de este insecto es alta. En este sentido, Azcoitia recuerda que este insecto fabrica nidos de seda blanca en estos árboles con el fin de protegerse del frío puesto que no sobrevive a temperaturas menores a diez grados bajo cero. No obstante, pocos días de este invierno ha bajado tanto el mercurio en el termómetro. A pesar de esto, la situación no es preocupante ya que, por ejemplo, las aves insectívoras como herrerillos, carboneros y mirlos controlan esta especie porque se alimentan de ella.
En el caso de la provincia de Cuenca, la procesionaria afecta sobre todo a los montes de La Serranía Media y Baja, donde predomina el pino negral, que es el que más perjudicado se ve por este insecto ya que tiene las acículas más largas. Por el contrario, la menos perjudicada por la procesionaria es La Serranía Alta, con una mayor presencia del pino albar o silvestre, con acículas más cortas y que resultan menos apetitosas para esta especie, al igual que ocurre con el pino piñonero más propio de la comarca de La Mancha.
Eso sí, en pocas ocasiones la procesionaria mata al pino. Lo normal es que lo debilite. En este punto también entra en juego la localización del árbol ya que la altitud y los niveles de sequía son importantes. “Afecta más a las especies que sufren periodos de estrés hídrico que ahora, con el cambio climático, son más frecuentes. Esto hace que determinados pinos sean especialmente sensibles a plagas como la procesionaria”, explica Azcoitia. Y no por esto hay que eliminar a este insecto ya que lo mejor es que el ser humano no interfiera en la cadena trófica animal y se favorezca la estabilización de poblaciones de aves insectívoras.
ESTADIOS
Cabe recordar que la procesionaria tiene un ciclo vital complejo. Y en el periodo de crecimiento de las orugas, éstas pasan por cinco estadios, siendo los dos últimos los más voraces que pueden, incluso, hacer perder al pino todas las hojas haciendo que parezca que se ha secado. En este sentido, Azcoitia señala que, si en los meses de invierno la oruga se encuentra en estadio cero, conforme avance el año pasará a estadio uno, mientras que si ahora la incidencia es alta en la demarcación de Villalba en los próximos meses bajará. Todo dependerá también de las temperaturas.
ZONAS URBANAS
En el monte solo se actúa en momentos puntuales ya que las aves insectívoras regulan la presencia de procesionaria. Si bien, en las zonas periurbanas y urbanas sí que el cuerpo de Agentes Medioambientales presta más atención a la procesionaria ya que es un peligro tanto para los humanos como para los animales. En casos puntuales los ayuntamientos eliminan bolsones de manera manual y se deshacen de ellos mediante productos químicos. Además, en los centros escolares, por ejemplo, recomiendan acordonar los árboles afectados y trasladar la zona de recreo a otros puntos del patio. Del mismo modo, siempre que un centro escolar planta nuevos árboles en sus instalaciones los Agentes Medioambientales recomiendan cambiar el pino por cualquier otra especie frondosa para así no tener problemas de procesionaria.
En los centros educativos, los Agentes Medioambientales recomiendan acordonar los árboles afectados y mover la zona de recreo a otro punto del patio
El cuerpo de Agentes Medioambientales seguirá controlando el desarrollo de esta plaga en las más de 600 parcelas de muestreo que hay repartidas en las trece demarcaciones territoriales que dividen la provincia de Cuenca.
En el medio natural, se recomienda no emplear fitosanitarios para atacar a la oruga dado que estos pueden provocar también daños a las aves y otras especies, mientras que, en las zonas urbanas, donde sí hay que estar más vigilantes, se apuesta por tratamientos ecológicos que no afectan a las especies ornitológicas.
Con todo, Azcoitia apela a la responsabilidad y recomienda a los ciudadanos no acercarse a zonas donde haya presencia de procesionaria. En cualquier caso, ante cualquier emergencia deben ponerse en contacto en el Servicio de Emergencias 112.