Acondicionar una cueva-bodega tradicional del siglo XVI enterrada durante décadas y redescubierta recientemente para convertirla en un nuevo recurso turístico y cultural es el objetivo de la Fundación Huete Futuro.
Para esta tarea cuenta con el apoyo económico del Ceder-Alcarria conquense, que a través de fondos europeos aporta en torno al 90 por ciento del coste de las obras, buena parte de las cuales ya se han ejecutado, como es el caso de su rehabilitación, la consolidación de las paredes y bóvedas, la construcción de un nuevo acceso, la iluminación o la limpieza de varias tinajas encontradas en su interior en buen estado.
Ahora falta por acometer los trabajos relativos a su equipamiento y musealización, que comprenden la instalación de paneles informativos en los que se contará la relación histórica de Huete con la elaboración de vino, el mobiliario, menaje, y elementos decorativos y de ambientación.
Para obtener los fondos que hagan posible este proyecto de musealización, la Fundación va a poner en marcha una campaña de crowdfounding a través de Internet dirigida a todos los ciudadanos interesados en colaborar.
A cambio de las aportaciones, los mecenas disfrutarán de “recompensas”, como visitas guiadas a la bodega, degustaciones de vinos y productos gourmet, una ruta etnográfica por Huete para las cien primeras aportaciones o entradas para el Ciclo de Conciertos de Jazz Solsticio de Verano.
El objetivo, cuentan en la Fundación, es que la cueva se incorpore a las rutas turísticas que la ciudad ofrece a sus visitantes, acogiendo visitas guiadas y degustaciones de productos de la tierra, como el vino de la Tierra de Huete, contribuyendo a la puesta en valor del patrimonio histórico y etnográfico de la comarca.
La cueva está ubicada en la parte alta de la ciudad y su origen, del siglo XVI, se deduce de la inscripción hallada en una de las tinajas halladas en su interior y que se mostrarán al público.
Entienden que la cueva es representativa de las centenares de bodegas subterráneas que antaño había ubicadas en las laderas de la localidad, varias de las cuales se quieren recuperar para, con el tiempo, crear un circuito etnográfico.
El legado subterráneo de Huete se completa con las denominadas “chozas”, viviendas trogloditas de origen bereber que ocupan la parte más alta y antigua de su núcleo urbano, y cuya recuperación se encuentra también entre los objetivos de la Fundación Huete Futuro.
