Cultivan en su huerta de Ribatajada más de treinta variedades de hortalizas y plantas aromáticas y después las venden entre su comunidad de consumidores, un grupo fiel y comprometido con los productos sostenibles y de kilómetro cero. Este es el método de trabajo que sigue Pisto Ecológico, una asociación que surgió en 2008 y que a día de hoy abastece de hortalizas a unas 80 familias conquenses. Los consumidores que la integran pagan una cuota anual de 18 euros y eso les permite comprar o no una cesta semanal de productos variados, sin posibilidad de elegir lo que irá dentro de ella. “Tenemos que entender que el pequeño agricultor está desapareciendo por no decir que ya ha desaparecido. Solo podemos sobrevivir si tenemos una red de clientes que nos apoye siempre, sino es imposible”, asegura Antonio Blanco, agricultor de Pisto Ecológico.
Su fórmula es sencilla, en función de lo que vaya dando la huerta crean las cestas, aunque todas suelen llevar los mismos productos. “Incluimos un manojo de acelgas, cebolletas, orégano y calabacines, pero si de estos últimos no tenemos para todos habrá cajas en las que irán en su lugar berenjenas, por ejemplo. Todas las semanas son diferentes”, explica Blanco.
El precio de las cestas oscila entre 15 y 20 euros a la semana y es el propio Antonio quien las transporta hasta Cuenca capital, donde se materializa la entrega. Con el rendimiento de la huerta pueden llenar hasta 45 unidades semanales. “No todas las familias compran a la vez, se van repartiendo en función de las semanas. Eso no quita que siempre intentemos no dejar a nadie fuera y si hay 50 familias interesadas siempre intentamos que todos tengan su cesta”, señala.
Eso sí, teniendo en cuenta las condiciones climáticas de la provincia de Cuenca es obvio que no pueden mantener una producción constante durante todo el año. De ahí que hayan establecido lazos de colaboración con productores de otras comunidades. Rodolf, su productor de Valencia, les abastece de fruta y verdura de enero a julio. Y no solo eso, sino que también trabajan de la mano de La cabra tira al monte, la granja situada en Villalba de la Sierra que les proporciona quesos y yogures cien por cien naturales.
Los interesados en formar parte de esta red pueden contactar con ellos a través de su web o por redes sociales.