La desescalada parece que va a llegar antes de lo previsto para los propietarios de huertos familiares. Y es que después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciara este martes, tras el Consejo de Ministros, que el próximo lunes, 4 de mayo, se levantaba la prohibición para este tipo de actividades de autoconsumo, este jueves el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha comunicado que el regreso a los huertos se adelanta al sábado, 2 de mayo.
Buena noticia para los hortelanos, entre los que ya comenzaba a reinar el pesimismo ante las casi siete semanas que llevaban sin poder cuidar sus huertos y, por consiguiente, sin poder realizar la siembra de algunos de sus cultivos, lo que está afectando negativamente a la temporada.
Mari Carmen Huerta, una hortelana de la Hoz del Huécar, muestra su satisfacción por el levantamiento de la prohibición, al tiempo que manifiesta su alivio porque “nos hacía mucha falta”. Y es que asegura que “aunque no vivimos de ello, no se puede negar que el huerto supone para la economía familiar una ayuda considerable a lo largo de todo el año”.
No es de extrañar, por lo tanto, que contara los días para poder volver al kilómetro 5 de la carretera de Palomera, en el conocido Rincón de los Cholos, donde tiene su huerto. “Creo que se tenía que haber levantado antes la prohibición, sin embargo, desde que se impuso la cuarentena, tanto mis hijos como yo, no hemos ido ni un día, a pesar de que había que sembrar las patatas y las cebollas”, apunta.
“PREOCUPACIÓN”
De su misma opinión es su hija, María José González, quien no duda en insistir en la importancia del huerto para la familia, tanto por el desahogo que supone no tener que comprar prácticamente legumbres, verduras u hortalizas a lo largo del año, como por el entretenimiento que proporciona a todos.
Es por ello que no oculta la preocupación que le estaba suponiendo esta situación, máxime “cuando veías cómo se estaba perdiendo el plantón que teníamos preparado para la siembra de este año y, además, sin poder hacer nada para remediarlo”. Asegura, por lo tanto, estar deseando que llegue el primer día para poder acometer las labores que tenían que haber hecho hace ya varias semanas.
De todas formas, María José dice no comprender por qué el Gobierno no permitió antes la actividad hortícola, porque “si algo hay difícil en esas zonas es romper la distancia social, cada hortelano está en su huerto sin necesidad de acercarse demasiado a sus vecinos; es una cuestión de responsabilidad”.
“PROHIBICIÓN INNECESARIA”
Precisamente, Julián Cantero, es uno de ellos. Está jubilado y lleva muchísimos años dedicando horas y horas a su huerto en el Rincón de los Cholos. No entiende el porqué se ha prohibido cuidarlos, porque cree que en ellos “es muy difícil que se propague el coronavirus”. “Tengo a mis vecinos a 50 metros y la gran mayoría de ellos son personas mayores, que por miedo a esta enfermedad ni han venido ni creo que lo vayan a hacer este año; y si a eso unes que somos pocos en la zona, mejor me lo pones”, declara.
Lamenta que no haya podido aún sembrar las patatas, como hubiera hecho cualquier otro año en el mes de marzo. “Ahí están, echando tallos y arrugándose, y, mientras tanto, el plantón se está perdiendo”, indica Julián quien añade que “no es que siembre mucho, pero me fastidia ver cómo las malas hierbas se están adueñando de ese huerto, que tanto me entretiene ahora que tengo mucho tiempo”.
No opina muy diferente José Berenguer, un hortelano de Palomares del Campo que, desde que recuerda, siempre ha tenido huerto en unos terrenos en Villarejo-Sobrehuerta, primero acompañando a su padre y, más tarde, tomando él el testigo.
Resalta que la cuarentena ha trastocado a los hortelanos la siembra de algunos cultivos, que, como dice, “se tiene que hacer cuando es el momento”. Y es que en cuestiones de huerto, lo tiene muy claro “cada cosa tiene su tiempo” y el refranero, fuente de sabiduría popular, así lo recuerda constantemente: “Tantos días pasan de enero, tantos ajos pierde el ajero” o “Cuando empieza a marcear, siembra la patata y el garbanzal”.
“AÚN NO ES DEMASIADO”
Un perjuicio a estos propietarios, a su juicio, sin mucho sentido y totalmente innecesario, porque piensa que “el Gobierno no tenía que haber incluido el cuidado de los huertos familiares entre las actividades prohibidas en el Real Decreto de mediados de marzo, al igual que hizo con la agricultura o la ganadería”, ya que considera que “tomando las medidas oportunas, no hubiera supuesto ningún peligro para la propagación del coronavirus”.
De todos modos, según aclara, “no todo está perdido” y aún no es demasiado tarde para sembrar tanto esos cultivos, como la patata o la cebolla, que se debían haber plantado en marzo, como los propios de estas fechas; es decir, tomates, pepinos o pimientos.
Por lo tanto, aun con cierto retraso, los hortelanos todavía pueden salvar la temporada y a buen seguro, este sábado, la Hoz del Huécar, al igual que otros lugares similares, serán el escenario elegido por muchos conquenses para pasar el día y recuperar, en la medida de lo posible, el tiempo perdido hasta ahora; eso sí, siempre con responsabilidad, puesto que la batalla contra la pandemia aún no ha terminado.