La historia de superación de Eva Villena en Mira: levantar un negocio tras la DANA
Es emprendedora por naturaleza, pero la vida no se lo ha puesto fácil. Eva María Villena Bayo, natural de Torrente (Valencia) y afincada en la localidad conquense de Mira, ha recibido esta semana una de las cinco Becas Tierra de Emprendedoras que entrega cada año la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) por Cosa Nostra, su negocio dedicado a la organización de eventos y regalos personalizos. Un reconocimiento que, además de darle un empujón económico para seguir luchando por su proyecto, reconoce su valía y espíritu emprendedor.
Eva decidió en 2019 poner en marcha Cosa Nostra, una empresa que empezó enfocada a la organización de eventos, aunque después ha evolucionado. Un proyecto ilusionante que le permitía trabajar a pesar de la agorafobia y ansiedad que padece. “Necesitaba un trabajo que se adaptara a mi discapacidad y decidí hacerlo realidad”, cuenta. El negocio empezó con muy buen pie, pero a las tres semanas de empezar la pandemia de la Covid-19 lo cambió todo. Tuvo que reinventarse y pasó de organizar fiestas a vender desayunos personalizados a domicilio. “Trabajé con una mujer que tenía un obrador, ella hacía los productos y yo me encargaba del montaje y la decoración de cada cesta”, recuerda. La propuesta tuvo éxito, pero una vez el confinamiento terminó la gente prefería salir a desayunar fuera de casa.
De nuevo tuvo que darle una vuelta de tuerca a su negocio y decidió invertir en una máquina de bordar para personalizar regalos. “Me encantan las manualidades, le pongo mucho sentimiento y eso la gente lo valora mucho porque personalizo todo al milímetro. Su producto estrella son las canastillas de bienvenida para bebés en las que incluye textiles totalmente personalizados. Los pedidos crecían, las ventas por internet y el boca a boca hicieron despegar las ventas hasta que la DANA del pasado mes de octubre se llevó todo por delante.
El desbordamiento del río en Mira inundó su almacén y el pequeño taller donde trabaja. Lo ha perdido todo, la máquina de bordar, las herramientas, los materiales, el ordenador y, por ahora, no puede volver al trabajo porque las paredes del lugar donde trabajaba todavía no están secas y no puede poner a punto el espacio. De ahí que la aportación económica de la Beca Tierra de Emprendedoras suponga para ella “un empujón para seguir adelante”. “Estoy súper agradecida a Fademur, más allá de lo económico creo que la entrega de premios ha sido una gran oportunidad para conocer a otras mujeres emprendedoras como yo y crear red entre nosotras”, explica.
Dinero que invertirá en volver a levantar Cosa Nostra, aunque todavía no sabe si esperará a poder disponer de su taller o alquilar un pequeño local para, al menos, no estar tanto tiempo sin atender a su clientela.
Además, tiene en mente poner en marcha un nuevo negocio, esta vez relacionado con la salud mental dada la agorafobia y ansiedad que tiene diagnosticadas. Su idea es reformar una casa en Mira y crear un alojamiento rural para personas con discapacidad física y psíquica donde encuentren un lugar para desconectar totalmente aunque, de momento, tendrá que esperar un poco.
A pesar de estas complicaciones, Eva no pierde el entusiasmo por seguir dedicandose a algo que la hace “feliz” y solo espera que la vida no le ponga más trabas. En este sentido, anima a otras mujeres a emprender y más si es en el medio rural. “Si yo con mi discapacidad he podido, ellas también”, dice, al tiempo que anima al resto de mujeres a contar con el apoyo de entidades como Fademur. “Tengo mucho que agradecerle a Julia, fue mi mentora, me apoyó mucho y aquí estoy, en parte, gracias a ella”, apostilla. Por ello, espera que todas esas mujeres con ideas de negocio “apuesten por lo que quieren y no dejen los sueños durmiendo en la almohada”.
