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Los guardianes de la naturaleza: el Seprona detecta en Cuenca 1.270 infracciones en 2021

Se investigaron delitos contra el medio ambiente, salud pública, ordenación del territorio y tráfico de especies protegidas, entre otros
Foto: Guardia Civil Cuenca
03/02/2022 - Dolo Cambronero

Sus funciones son muy amplias. Aunque su cometido se asocia tradicionalmente en el imaginario colectivo con la vigilancia del monte, la caza y la pesca, sus misiones engloban muchos más ámbitos como son los relacionados con la lucha contra las actividades insalubres, las edificaciones ilegales, el expolio y la destrucción del patrimonio histórico, y el control de la sanidad animal y vegetal y la calidad alimentaria,  de los residuos urbanos, de los dominios públicos hidráulicos y de las emisiones contaminantes, entre muchas áreas. Se trata del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, cuya sección en Cuenca detectó durante 2021 un total de 1.270 infracciones relacionadas con el medio ambiente.         

Desde el Seprona detallan que durante el pasado ejercicio se investigaron delitos contra los recursos naturales y medio ambiente (incluyendo los de caza, entre ellos el uso de venenos con fines cinegéticos), contra la salud pública, falsedad documental, desobediencia, contra la ordenación del territorio (construcciones ilegales), tráfico-venta de especies protegidas (llama la atención el comercio ilegal con objetos elaborados con colmillos de marfil de elefante), estafa y contra la propiedad industrial, con varios detenidos o investigados por estos delitos.

 La Ley Órganica 2/86 de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado asigna a la Guardia Civil la misión de velar por el cumplimiento de las disposiciones que tiendan a la conservación de la naturaleza, de los recursos hidráulicos y de la riqueza cinegética, piscícola, forestal y de cualquier otra índole relacionada con el ámbito medioambiental. Actualmente, es la única unidad que está considerada como policía judicial específica en esta área, al tiempo que es referente mundial como policía ecológica. 

Los guardianes de la naturaleza: el Seprona detecta en Cuenca 1.270 infracciones en 2021

HISTORIA    

Aunque esta unidad de la Guardia Civil especializada en la naturaleza no se creó hasta 1988, en 1981 ya existían en Cuenca tres patrullas rurales motorizadas (en la capital, Los Hinojosos y Tragacete) con las funciones que asume ahora el Seprona y que trabajaban con motocicletas todoterreno por razones de accesibilidad.

En la actualidad, el Seprona está compuesto por 1.850 hombres y mujeres en todo el país. La Sección de Cuenca, dirigida por el capitán Carlos Javier Muñoz Castellanos, cuenta con una plantilla de 28 agentes distribuidos en una oficina técnica, un equipo de investigación (Eprona, cuyo jefe es el cabo primero Ángel Francisco Jiménez Abarca) y seis patrullas territoriales (denominadas Paprona y que se reparten por la capital, Cardenete, Villalba, Villamayor de Santiago, San Clemente y Huete). Dispone de vehículos todoterreno, motocicletas y una embarcación para actuar en pantano, además de material específico como maletines para la investigación de incendios, cámaras térmicas, equipo de respiración autónoma y lectores de microchip, entre otros objetos.

No obstante, desde la sección conquense matizan que en realidad el Seprona lo conforman en Cuenca los alrededor de 800 agentes que forman parte del Cuerpo en la provincia dado el apoyo mutuo entre ellos.

Además, el capitán hace hincapié en la colaboración con otros organismos públicos y otras entidades, como el Colegio de Veterinarios y asociaciones de corte medioambiental. “Hay muy buena coordinación con las delegaciones en Cuenca de las consejerías y se trabaja en muchas ocasiones con los agentes medioambientales”, resalta Muñoz Castellanos.        

Pero ¿se ha notado algún cambio de tendencia en el plano medioambiental en los últimos años? El jefe de la Sección de Cuenca del Seprona considera que cada vez hay mayor preocupación por este ámbito. Sobre este punto, pone en valor la importancia de la colaboración ciudadana a la hora de detectar posibles infracciones. De hecho, la Comandancia de la Guardia Civil conquense recibe a lo largo del año más de 1.500 consultas relacionadas con estas cuestiones. “Nos llama mucha gente advirtiendo sobre todo de casos de  maltrato animal”, precisa.   

En cuanto al número de infracciones, el capitán señala que suelen ser similares en los distintos ejercicios. En todo caso, apunta que no es conveniente comparar los datos de 2021 con los de 2020 dado que este último fue un año “atípico”  debido a la situación sanitaria. Con todo, hubo más incendios forestales, aunque de poca entidad o conatos. La Guardia Civil investigó 30, siendo 16 de ellos originados por causa fortuita o negligente y dos imputados por supuestos delitos. 

 

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OPERACIONES MÁS DESTACADAS

Durante 2021 se desarrollaron dos importantes operaciones por parte del Seprona de Cuenca. Una de ellas se denominó Huesoil (delitos contra la salud pública, relativo al mercado y a los consumidores, falsedad documental y estafa), con cuatro investigados por supuesta comercialización como aceite de oliva virgen lampante de una sustancia obtenida del hueso de la aceituna y de la aceituna de destrío, concreta el cabo primero.

En la segunda, bajo el nombre de Acuin (delitos contra los recursos naturales y medio ambiente y defraudación de fluido eléctrico y análogos), hubo dos investigados por la extracción ilegal de un volumen de agua de casi cuatro millones de metros cúbicos con un valor de casi medio millón de euros.

Asimismo, desde el Seprona también resaltan que se esclareció el mayor incendio del año en la provincia, ocurrido en Víllora, al tiempo que se desarrollaron servicios relevantes contra el furtivismo, destacando los efectuados por la patrulla de Villalba de la Sierra.      

La unidad especial puntualiza que cada vez es mayor el nivel de complejidad de los delitos. “Hay ciertos asuntos que requieren investigaciones muy largas. Se empieza en Cuenca y no se sabe dónde se puede acabar”, indica el capitán.

Como ejemplo, Jiménez Abarca recuerda la operación Chandal, relativa a la comercialización entre 2009 y 2013 de harinas cárnicas que suponían un riesgo potencial para la salud pública. Se detuvo a tres personas y hubo 68 imputaciones por exportar a 21 países (principalmente de Asia y África) más de 139 millones de kilos de este subproducto, una mercancía que superó los 23 millones de euros. El esclarecimiento de los incendios forestales de Poyatos y Barchín del Hoyo son otras de las operaciones importantes de los últimos años del Seprona conquense.


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