Cuando vamos estos días a cualquier establecimiento a comprar juegos y/o juguetes, por el mero hecho de verlo en las estanterías, podemos dar por hecho que eso que nos estamos llevando a casa son productos que cumplen con la Ley. Pero no siempre es así, porque aunque no lo parezca, suele ocurrir que haya locales que estén cometiendo delitos a la hora de poner a la venta ciertos productos.
El Destacamento Fiscal y Fronteras de la Comandancia de la Guardia Civil de Cuenca lleva a cabo durante todo el año diversas inspecciones a establecimientos de venta de juguetes, en colaboración con el área de Consumo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, pero es coincidiendo con estas fechas navideñas cuando ambas entidades redoblan esfuerzos en este tipo de vigilancia.
Lo pone de manifiesto el sargento jefe del destacamento, Jesús Martín, quien subraya que estas inspecciones se hacen en base a la Red de Alerta de Productos de Consumo no Alimenticios, porque a raíz de esto se pueden detectar asuntos que son ya más específicos de la Guardia Civil.
Y es que, con el trabajo que llevan a cabo desde el destacamento de Fiscal y Fronteras del Instituto Armado, a parte de comprobar los requisitos de seguridad que tienen que tener los juegos y juguetes en lo relativo a materiales, bordes, puntas y requisitos de los destinatarios para niños menores de 36 meses, también se busca posibles delitos relacionados con la propiedad industrial, el contrabando, incluso contra la salud pública.
En cuanto a la propiedad industrial, el sargento jefe destaca que, principalmente, las inspecciones se centran en ver si los juegos y juguetes que están a la venta son falsificaciones o copian productos con patentes y registros, uno de los aspectos que se dan con mayor frecuencia en las inspecciones que se hacen en el territorio conquense.
Cada una parte de un estudio previo que hacen desde el Instituto Armado con un análisis de riesgo y, en base a eso, consultan las inspecciones con Consumo, porque ellos también proponen establecimientos. A partir de ahí, agentes del destacamento de Fiscal y Fronteras ya se desplaza hasta los lugares, que en la provincia son principalmente bazares y que no forman parte de ninguna franquicia. Al hacer compras al por mayor a sus propios proveedores, y ser productos más baratos y que no pasan bien los filtros aduaneros, se suelen encontrar bien con juguetes falsificados o bien con productos que no cumplen las medidas de seguridad.
En las inspecciones acuden tanto efectivos de la Benemérita como de Consumo, se revisan los juguetes y juegos que están en las estanterías de los bazares, y luego todo lo requisado se lleva hasta las dependencias del destacamento de Fiscal y Fronteras para observarlos detenidamente y levantar el acta correspondiente.
Entre los objetos requisados se pueden observar juegos que incumplen la patente que tiene registrada a nivel mundial empresas como Lego, manuales de montaje e instrucciones que tienen propiedad intelectual o juegos que son copias de otros conocidos y que, además, se venden a un precio mucho menor y llevan menos cartas que las originales.
Cuando se comprueban todos los juegos y juguetes requisados, se judicializa cada caso y los objetos acaban destruidos para que no vuelvan a circular en el mercado.