El Gobierno de Castilla-La Mancha ha decidido inmovilizar las explotaciones ganaderas de ovino y caprino de cuatro provincias de la región - Cuenca, Toledo, Albacete y Ciudad Real- para tratar de frenar la expansión de la viruela ovina, después de que se haya detectado focos en los últimos meses.
Así lo ha anunciado hoy el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, en su visita a la quesería La Huz, en Villamayor de Santiago, junto al presidente regional, Emiliano García-Page.
La medida entra en vigor mañana martes y supone que los animales sólo podrán salir para ir al matadero. "No supondrá ningún problema para la salida de la leche", ha insistido el consejero.
"Es un decisión difícil, pero responsable", ha dicho Martínez Arroyo, cuyo objetivo es "controlar una enfermedad que puede complicar la rentabilidad de un sector entero, ovino caprino, que es clave para Castilla-La Mancha".
Se trata de una medida acordada tanto con las Organizaciones Profesionales Agrarias, UPA, ASAJA y COAG, como con AGRAMA, la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino Selecto de Raza Manchega; y con los Consejos Reguladores de la Denominación de Origen Protegida Queso Manchego y la Indicación Geográfica Protegida Cordero Manchego.
Los distintos focos detectados en la provincia de Cuenca de viruela ovina han obligado ya al sacrificio de más de 30.000 cabezas de ganado en localidades como Tébar, La Alberca de Záncara o Villaescusa de Haro.