Recordar a las víctimas de los campos de concentración nazis para honrar su memoria. Este es el objetivo del proyecto Stolpersteine, una iniciativa del artista alemán Gunter Demnig, que este sábado ha llegado a Fuentelespino de Haro para homenajear a Eulogio Martínez Zafra, uno de los 99 deportados conquenses víctimas de Holocausto nazi.
Nació en 1916 en este pequeño pueblo de la provincia y con 20 años se alistó en el ejército republicano y se vio obligado a exiliarse a Francia. Desde allí fue deportado al campo de concentración de Mauthausen aunque, finalmente, murió en el subcampo de Gusen el 22 de noviembre de 1941. Su historia se ha ido diluyendo a lo largo de los años, hasta el punto de que sus familiares ocultaron la verdad durante mucho tiempo por miedo a la represión franquista, pero por fin se le ha podido rendir un sentido y anhelado homenaje en un acto celebrado este sábado en el que también participaron la subdelegada del Gobierno en Cuenca, Mari Luz Fernández; y el alcalde de la localidad, Benjamín Prieto.
En el número 6 de la calle Argelete de Fuentelespino de Haro se ha colocado un adoquín del proyecto Stolpersteine (que en alemán significa ‘piedras de tropiezo’). Se trata de una baldosa cubierta de una lámina de latón donde van grabados los datos de la víctima. Esta se ha colocado en la citada ubicación porque ese fue el último domicilio donde residió Eulogio antes de alistarse en el ejército. “Era la casa de su tía porque sus padres, que residían en Socuellamos, lo mandaron ahí para intentar sacarle de la cabeza la idea de alistarse”, cuentan Lidia Domínguez, pariente de la víctima, y su marido, David López.
Ellos han sido los que han promovido y solicitado colocar el adoquín en el municipio y la respuesta “ha sido muy buena”, tanto a nivel institucional como familiar. “Quedan vivos algunos primos de Eulogio e incluso un sobrino y a todos les ha parecido una idea maravillosa, van a venir incluso unas primas que hace 30 años que no pisan Fuentelespino, estamos muy emocionados”, reconocen.
Y es que, no ha sido hasta ahora cuando se han atrevido a hablar de la vida de Eulogio porque, aunque parezca mentira, los familiares han permanecido años y años en silencio por miedo. “Sus padres tenían siempre una foto en casa, pero una parte de la gorra que llevaba estaba rasgada. Después encontramos una copia de esa fotografía y vimos que lo que habían borrado era la estrella de las milicias republicanas”, explican. En este periplo para descubrir la verdad, Lidia y David hablaron con los familiares que aún quedan vivos, les contaron todos los recuerdos y poco a poco fueron reconstruyendo la verdad. Además, solicitaron toda la documentación a los archivos Harolsen de Alemania y han logrado reunir la ficha de ingreso en Mauthasen y la lista del crematorio donde murió, entre otros documentos.
Ha sido un proceso tedioso pero Lidia Domínguez y David López creen que es importante “dejar constancia de lo que verdaderamente ocurrió” y creen que esta es una bonita forma de mostrar la realidad. En este sentido, esperan que su testimonio sirva de ejemplo para otras familias de la provincia de Cuenca ya que hay otros 98 deportados que todavía no han recibido el reconomiento que merecen. “Falta dar un paso adelante en este tema, todavía hay mucho desconocimiento y a la gente le cuesta contarlo, pero creemos que es muy importante hacerlo”, concluyen ambos.