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Micología

El frío y la lluvia no frenan el turismo micológico

Las bajas temperaturas han “dormido” los miscelios de variedades otoñales como el boletus o el níscalo en la Serranía, por contra aparecen otras comestibles más típicas del invierno
Fotos: J.G.
07/11/2018 - C.I.P.

Las bajas temperaturas, la lluvia, y la nieve que nos ha dejado el paso de una masa de aire Ártico ha frenado el proceso productivo de hongos tan apreciados como el boletus edulis, el más buscado en los montes de La Serranía, o el sabroso níscalo, entre otras especies otoñales que esta temporada, gracias a las buenas condiciones climáticas que han acompañado, estaban siendo muy abundantes en cantidad y variedades.

El frío polar que desplomaba los termómetros y traía las primeras nieves, adelantando ya en octubre el invierno, ha “dormido” los micelios pero lo que no ha frenado es el turismo micológico, y lo demuestra la demanda que han tenido las actividades y jornadas programadas en el Puente de Todos los Santos, pero también las programadas durante todo el mes de noviembre en la provincia.

Así lo pone de manifiesto Sergio Abarca, de ‘Cesta y Setas’, una agencia de tours ecológicos especializada en micología. De hecho, es el primer TourOperador de viajes micológicos de España. Está implantada en La Serranía conquense, y precisamente este fin de semana realizaba una salida interpretativa por los alrededores de Valdemeca que llenó al completo las plazas ofertadas.

“Parece que si llueve o nieva un poco incluso tiene más encanto el monte. A pesar del frío la gente se sigue animando. Salir al campo es una forma de evadirse del día a día y del estrés de la ciudad”, señala Sergio, que destaca el tirón que tienen los hongos y las setas en el otoño conquense para revitalizar el turismo.

En su caso, ‘Cesta y Setas’ va más allá de la recogida en el campo. Se trata, dice Abarca, de interpretar la naturaleza. Se identifican las especies micológicas de la zona, y de paso se recogen las exquisitas variedades comestibles, para completar la experiencia con visitas guiadas a lugares de interés, comida en restaurantes de la comarca y alojamiento.

El frío y la lluvia no frenan el turismo micológico

Respecto a la temporada de setas, a pesar de esta repentina transición del otoño al invierno, este experto destaca que siempre hay setas comestibles. Eso sí, dependiendo de las condiciones meteorológicas vamos a encontrar unas especies u otras.

Y es que, destaca que además de la enorme variedad que se puede encontrar en La Serranía, en la provincia– con una cota mínima de 600 metros en el valle del Cabriel hasta máximas de casi 1.900 en la zona de Montes Universales– hay muy diferentes hábitat donde buscar setas.

“Ahora mismo con este frío podemos bajar a la zona sur de la provincia donde podemos encontrar los tan conocidos níscalos”.

Sin ir más lejos, en Motilla del Palancar están ultimando la celebración de las XVI Jornadas Micológicas, organizadas por la Asociación “La Cocorra”, que tendrán lugar del 9 al 11 de noviembre, y en las que además de salidas al campo y exposiciones para reconocer las características de las setas, se realizaran charlas en las que participaran grandes expertos en la materia.

En La Serranía, paraíso micológico que esta semana volvía a recibir la nieve a las primeras nieves, "se pueden parar un poco setas como el níscalo, el boletus y algunas otras especies como la macrolepiota, o el pie de perdiz; pero, sin embargo, aparecerán otras comestibles más típicas del invierno como Tricholoma portentosum, pie azul, negrilla o vizcaína, entre otras”, apostilla Abarca.

Con todo, si el tiempo mejora, el otoño micológico aún no se dará por cerrado. Y es que, como recuerda Abarca, incluso a finales de noviembre y principios de diciembre se puede seguir cogiendo níscalos en algunos pinares de La Sierra de Cuenca.

“Vamos a ver cómo evolucionan las temperaturas de cara a la próxima semana. Si este mal tiempo es temporal no pasa nada, hay micelios que se pueden dormir pero no paralizar. Pero si el frío se alarga y ya es la tendencia de cara al invierno, es verdad que tenemos que ir a buscar a otras alturas o pensar en otras especies de setas”.

De todos modos,el experto añade que estaríamos ya en las últimas brotaciones de las otoñales puesto que en noviembre y diciembre se dan otro tipo de setas. La palma en esta época se la lleva la trufa, y su ciclo comenzará en apenas unos quince días.

Se trata de un hongo que, según destaca Abarca, llama mucho la atención, y no solo por ser un exquisito manjar cuyo precio además es muy elevado, sino por la técnica de ‘caza’ y por que se trata de una actividad que no puede realizar cualquiera. “Hay que cumplir una serie de requisitos como por ejemplo contar con un terreno, ya sea propio, arrendado o una concesión pública. Tener un perro entrenado, el machete trufero, que es la herramienta para la recolecta... Es decir, no se puede salir a buscar trufa de manera particular y a través de este tipo de actividades procuramos cercarlos un poco más al mundo de la trufa. Al final, a la gente le suele llamar bastante la atención”, concluye.