Después de más de 60 días debatiéndose entre la vida y la muerte en la Unidad de Críticos del Hospital General de Albacete, Guadalupe Alarcón Girón, Guada, como cariñosamente llaman sus allegados a esta vecina de Casas de Fernando Alonso, de 48 años, regresaba este jueves a su casa. Y lo hacía entre los aplausos de sus vecinos, quienes la sorprendían con una calurosa bienvenida.
Portando una pancarta con el lema 'Bienvenida Guada ¡Campeona!' un nutrido grupo de personas se daban cita en la entrada del pueblo, donde irrumpían en aplausos a la llegada del coche en el que Guada regresaba a su domicilio acompañada de su marido y de su hijo
“Gracias a todos, os queremos", señalaba emocionada mientras desde el interior del vehículo no dejaba de saludar y lanzar besos a los vecinos que flanqueaban su paso.
Guada ingresó en el Hospital de Albacete al inicio de la pandemia por una afección gastrointestinal, con la mala suerte de que durante su proceso de recuperación resultó infectada por coronavirus.
Su condición de doble trasplantada de riñón y páncreas le complicó las cosas hasta tal punto “que los médicos nos dijeron más de una vez que nos preparáramos para lo peor”, señala a Las Noticias su hijo Manuel. Ahora, “casi que no se pueden creer que lo haya conseguido”, dice.
Después de varias entradas y salidas de la unidad de críticos, el último ingreso en la UCI la mantuvo durante más de 60 días. Las fotografías y los mensajes que su familia le hacían llegar a través de los sanitarios qeu la atendían le ayudaron a coger la fuerza para plantar cara al ‘bicho’ y ganar la batalla.
Este jueves, por fin, regresaba a su casa, a Teatinos, como también se conoce a este municipio de la Mancha conquense. Familiares, amigos y vecinos la esperaban con ganas y lo demostraban con una emotiva y calurosa bienvenida.
'Ya estás en tu pueblo, campeona', le gritaban al paso de su vehículo que la conducía a su domicilio, después de haberle hecho entrega de una hermosa cesta de flores en la que va el cariño de todo su pueblo.
“No tenemos más que palabras de agradecimiento para todos”, señala su hijo Manuel, quien relata que los vecinos hicieron una colecta para hacerle a su madre un regalo de bienvenida: flores y un emotivo libro con frases de ánimo e imágenes de sus queridos niños de la Catequesis. “Un gesto que no vamos a olvidar nunca”, señala Manuel.
Ahora, Guada se recupera de esta larga pesadilla en su casa, rodeada del amor y los mimos de su familia, de sus amigos y de sus vecinos. “La tenemos como a una reina”, dice emocionado su hijo. ¡Enhorabuena familia!