Todo está listo para la celebración del 19 al 23 de mayo de la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur), que este año llega a su 41ª edición. Y lo hace en un momento crucial para el sector turístico. El descenso de casos de Covid-19, el avance de la vacunación y la consiguiente relajación en las restricciones de movilidad hacen vislumbrar a los profesionales la tan deseada reactivación de este sector tan castigado por la crisis sanitaria, mas aún por encontrarse a las puertas del verano, la temporada más importante del año y en la que todos tienen puestas sus esperanzas para salvar los muebles.
Una cita, por lo tanto, muy especial para el turismo nacional e internacional que, además, como es de esperar, estará marcada por las restricciones por la Covid. Pasillos y espacios expositivos más amplios, control de aforo y obligatoriedad de presentar una PCR o test de antígenos negativo para acceder a la feria son algunas de las cuestiones que determinarán esta edición, a la que, como es lógico, no faltará Castilla-La Mancha y, por supuesto, tampoco Cuenca. No en vano, este año el día de nuestra provincia en el stand castellanomanchego será la segunda jornada, el jueves, día 20, mientras que la jornada inaugural corresponderá a la provincia de Guadalajara, el viernes 21 a Albacete, el sábado 22 a Toledo y el domingo 23 a Ciudad Real.
Este año el Día de Cuenca en el stand de Castilla-La Mancha será el jueves, día 20
POTENCIAL TURÍSTICO
Una edición ésta que, en esta ocasión, ha cambiado de fechas y que el sector conquense recibe con los brazos abiertos consciente de que se va a desarrollar en un momento clave, cuando parece que el turismo va a emprender su particular desescalada con el levantamiento del cierre perimetral en la región después de más de seis meses y, abriéndose en consecuencia al resto de España, en especial Madrid y Comunidad Valenciana, que son, al fin y al cabo, el grueso de los turistas que acuden a tierras conquenses en busca de los muchos atractivos que atesora la provincia. Recursos turísticos que, como es de esperar, estarán muy presentes en Fitur, desde su extensa riqueza natural, paisajística y medioambiental hasta su rico patrimonio histórico-artístico a lo largo y ancho de la geografía provincial. Castillos, palacios, iglesias, antiguas ciudades romanas y yacimientos paleontológicos –auténticos testigos mudos de la vasta historia de Cuenca–, vienen siendo punto de atracción de visitantes, así como los innumerables recursos medioambientales, desde humedales a parques naturales, pasando por paisajes idílicos, donde la naturaleza se puede admirar en todo su esplendor.
Precisamente, esa impresionante riqueza medioambiental se ha convertido, con la pandemia, en una de las grandes fortalezas del turismo provincial. Basta con ver el comportamiento del visitante en el último año, en el que ha predominado esa búsqueda de espacios abiertos, poco masificados y en plena naturaleza, como contraposición a esos más de tres meses de confinamiento domiciliario.
Una tendencia que para el sector conquense supone toda una oportunidad de cara a la tan ansiada reactivación turística. De ahí que toda promoción de estas excelencias, tal y como se volverá a hacer en Fitur un año más, se vea por los profesionales como más indispensable, si cabe, sobre todo, teniendo en cuenta el actual escenario tan inusual, con el que se está poniendo fin a tantos meses de inactividad debido a las restricciones en la movilidad entre regiones.
Buenas expectativas
Confían en que las administraciones echarán el resto en esta apuesta por la promoción turística de Cuenca, bien a través del Grupo de Ciudades Patrimonio en el caso de la capital, como mediante campañas específicas desde instituciones como la Junta de Comunidades o la Diputación Provincial, que, por ejemplo, ya el año pasado puso en marcha la campaña ‘Kilómetros de calma’.
En esta nueva etapa, el sector conquense se muestra inicialmente optimisma y vislumbra un buen comportamiento del turismo durante este verano en nuestra provincia, aunque pone el acento en la indispensable necesidad de que los ciudadanos se comporten con responsabilidad en estas primeras semanas de relajación de las restricciones para que la pandemia continúe remitiendo.
Así, por ejemplo, Borja García, director general del grupo hotelero Cuenca con Carácter, del que forman parte el hotel resort Cueva del Fraile, el Convento del Giraldo y el Leonor de Aquitania, confía en que este verano resulte como el anterior, que estuvo bien. No en vano, tal y como subraya, en los últimos diez días ya se ha notado bastante la entrada de reservas, destacando especialmente los meses de julio y agosto; y eso que “hoy en día predominan las reservas de última hora, con tan solo 48 o 24 horas de antelación”.
Tiene claro que este verano habrá más competencia del turismo de sol y playa que el año anterior, pero eso considera que no restará visitantes a Cuenca ante el mayor número de personas que está previsto que viajen este año durante los meses estivales. De hecho, García estima que a partir del segundo y tercer fin de semana de mayo la reactivación del turismo va a comenzar a ser patente.
En términos similares se manifiesta el director del hotel Alfonso VIII de la capital, Eugenio Martínez, quien no duda en hablar de buenas perspectivas para el verano, ya que “la gente está deseando salir de su casa y viajar, y eso se va a notar”.
El presidente de la Federación Castellanomanchega de Asociaciones de Turismo Rural (FECAMTUR), Juan Carlos Tébar, por su parte, es de la opinión de que este año va a ser mejor verano que el pasado, que ya de por sí estuvo bien. Considera que el cambio de tendencia del turismo hacia la búsqueda de espacios en la naturaleza va a jugar a favor del turismo rural y va a quedar patente en los próximos meses. No en vano, asegura que “ya se están recibiendo reservas y muchas llamadas de fuera de Castilla-La Mancha interesándose por unas vacaciones en contacto con la naturaleza”. Y es que, a su juicio, el medio rural se ha convertido en un destino de primer orden.