Después de casi un mes del paso de la borrasca Filomena por la provincia de Cuenca, ya se van conociendo más al detalle los daños que dejó tras de sí en el campo conquense. Fuerte temporal de nieve que, unido a la posterior ola de frío extremo con temperaturas de hasta 17 grados bajo cero, ha hecho mella especialmente en el olivar conquense.
De hecho, las últimas estimaciones de la Delegación Provincial de Agricultura en Cuenca, apuntan, según su máximo responsable, Joaquín Cuadrado, a que Filomena ha provocado daños en el 40 por ciento de la producción del olivar, que era, precisamente, lo que estaba pendiente de recolectar cuando llegó la borrasca. Eso sí, tal y como matiza, la suerte ha ido por barrios. Y es que la incidencia de Filomena ha variado bastante dependiendo de la zona en cuestión y de cómo se encontrara de avanzada la cosecha de la aceituna.
De tal manera que Agricultura estima que tanto en La Mancha como en La Manchuela se ha visto afectada entre el 10 y el 15 por ciento de la producción olivarera, mientras que en La Alcarria –la más castigada– este porcentaje se ha elevado a una media del 50 por ciento. Daños que, tal y como recalca Cuadrado, se van a traducir no solamente en una merma en la cantidad de producción, sino también en la calidad, ya que “mucha de esta aceituna se ha helado en el árbol y probablemente no va a servir para moturar ni para extraer aceite, aunque haya que esperar para corroborarlo, sin olvidar que se disparará el índice de peróxidos. Daños en el fruto que han ido acompañados de la rotura de numerosas ramas por la acumulación de nieve, por lo que habrá que esperar para determinar si también se ha visto afectado de alguna manera el olivo en sí.
Otros cultivos
Mejor suerte han corrido otros cultivos leñosos, como la almendra, el pistacho y la viña, que desde la Delegación no creen que estén dañados por la borrasca, aunque, al igual que en el caso del olivar, habrá que esperar a que llegue el momento del brote para confirmar si finalmente es así.
Al cereal, por su parte, el temporal de nieve no le ha venido mal, según Cuadrado, puesto que “quedó cubierto por la nieve y, gracias al efecto ‘iglú’, solo tuvo que soportar temperaturas de hasta 0 grados, mientras que en el exterior se registraban valores superiores a los 17 grados bajo cero.
En cuanto al ajo, el temprano parece ser el único que podría haberse visto afectado, aunque a estas alturas se desconoce el alcance de los daños, si es que finalmente los hay. De hecho, desde el sector se informa que en la actualidad la planta presenta hojas dañadas por las bajas temperaturas, si bien se aprecian rebrotes, por lo que no se puede decir de qué manera va a afectar y si se notará en el calibre final de las cabezas. Lo que sí está claro, en palabras de Cuadrado, es que en el ajo morado de Las Pedroñeras no ha tenido secuelas, gracias a que, a pesar de que ya se encontraba sembrado en torno al 50%, la planta aún no había nacido.
"También se han certificado daños en infraestructuras agrícolas y ganaderas"Pero los efectos de Filomena no se redujeron a los cultivos, sino que también ha afectado a las infraestructuras agrícolas y ganaderas. Se han derrumbado naves, tinadas de ganado y algún invernadero por la acumulación de la nieve. Incidencias éstas que, tal y como apunta el delegado de Agricultura, se intentarán cubrir con la declaración de Zona Catastrófica, mientras que los sufridos en los cultivos se pueden paliar a través de los seguros agrarios. De ahí que insista en animar a que todo el mundo se acostumbre a asegurar sus cosechas, porque “cuando no es un pedrisco es la sequía y con el cambio climático este tipo de situaciones son cada vez más frecuentes”.
En la ganadería, por último, Cuadrado apunta que se registraron algunos problemas puntuales por la nieve que impidió a algunos ganaderos llegar a sus explotaciones para dar de comer al ganado, como por ejemplo en Las Majadas, donde hubo que enviar una máquina, pero no se han registrado daños de consideración ni una mortandad importante en la provincia.