Cautela, dudas y expectación. Con estas palabras se pueden resumir las reacciones en Cuenca a las medidas de ahorro energético aprobadas esta semana por el Gobierno central, que entran en vigor el martes, 9 de agosto, una vez publicado en el BOE el real decreto, y se prolongarán hasta noviembre de 2023.
Un plan de ahorro energético que ha despertado el recelo de sectores como el comercio, la hostelería o el turismo conquenses, que ven en estas medidas un claro ejemplo de precipitación. Y, precisamente, en esos términos se pronuncia el presidente de la Asociación Provincial de Comercio de Cuenca, José Miguel Bermejo, quien afea el hecho de que no se haya pedido opinión al sector a la hora de determinar estas medidas y que hayan metido a todo el comercio en el mismo saco, sin tener en cuenta los distintos tipos de establecimientos y sus condiciones particulares.
Y es que, por ejemplo, la obligatoriedad de limitar los termostatos a un máximo de 27 grados en verano y de 19 en invierno en comercios, bares, restaurantes, edificios administrativos, estaciones de autobús y tren, aeropuertos y edificios públicos, entre otros, no puede ser homogénea, ya que no es lo mismo tener 27 grados en una carnicería que en una tienda de ropa, donde los clientes tiene que probarse los artículos, apunta Bermejo.
Dudas ante estas medidas de ahorro energético que en el sector de la hostelería y turismo se convierten en expectación. El secretario de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo, Diego López, asegura que están estudiando detenidamente el real decreto y, por el momento, prefieren estar expectantes a la espera de cómo van a acoger los clientes las medidas de ahorro energético a aplicar en bares, restaurantes y hoteles, en especial la limitación de la temperatura ambiente, aunque en estos últimos establecimientos esta medida solo afecte a los lugares comunes y, afortunadamente, no a las habitaciones.
CONTRADICCIÓN NORMATIVA
En este sentido, el sector conquense pone el acento en la contradicción existente entre el real decreto del plan de ahorro energético y el decreto sobre seguridad y salud en los lugares de trabajo. Y es que mientras el primero fija la temperatura máxima en 27 grados, el segundo, actualmente en vigor, la establece en los 25o “por tratarse de un trabajo ligero”, detalla López. Una cuestión, por lo tanto, que, a su juicio, el Gobierno debe de aclarar, máxime, tal y como subraya, cuando en este tipo de establecimientos hay mucha maquinaria (cámaras frigoríficas, lavaplatos, cafeteras, etc) que desprenden mucho calor.
Centros sanitarios, peluquerías, centros de formación, gimnasios, medios de transporte y lavanderías están exentos de los límites de temperaturaMenos preocupación despierta para estos sectores otra de las medidas de este plan, como es la obligatoriedad de disponer antes del 30 de septiembre de este año de cierres automáticos en las puertas de acceso.
Un elemento que, tal y como coinciden en señalar tanto Bermejo como López, es ya una realidad en la gran mayoría de los establecimientos de estos sectores por razones de eficiencia energética y ahorro económico. Si bien, desde hostelería, se llama la atención sobre la necesidad de tener que gestionar, a partir de ahora, esa eficiencia energética con la recomendación sanitaria de ventilar el local por la pandemia.
No opinan lo mismo con la necesidad de instalar un display con la temperatura ambiente del local. Tanto Bermejo como López no lo consideran algo básico y lo ven, más bien, como otro gasto más para estos negocios.
La obligatoriedad de apagar las luces de los escaparates a partir de las diez de la noche es considerada por el comercio conquense como una medida poco acertada, al menos, en lo relativo al horario. Y es que el presidente de los comerciantes considera que el apagón de los escaparates resta atractivo a los comercios y ofrece una imagen “triste” de la ciudad, de ahí que se apunte desde el sector como más adecuada la medianoche como la hora límite.
Y es que, a juicio de Bermejo, no hay que olvidar que la gran mayoría de los establecimientos tienen iluminación LED y, en consecuencia, de bajo consumo, por lo que “sería más el perjuicio que los beneficios en ahorro energético”.
Lo que sí temen los comerciantes conquenses es que todas estas medidas puedan ir en detrimento de sus negocios y en favor del comercio online y las grandes plataformas, como Amazon, ya que para los clientes resultará más cómodo comprar en ellas desde su casa que ir a la tienda.
SANCIONES
Aunque el real decreto no incluye un régimen sancionador por el incumplimiento de este plan de ahorro energético, desde el Gobierno se apunta que serán las comunidades autónomas las encargadas de vigilar su cumplimiento en base al Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), que establece multas de hasta 60.000 euros por infracción leve, que, según el Ministerio, serían las que corresponderían a este plan de ahorro energético.
Al respecto, desde los sectores del comercio, hostelería y turismo conquenses confían en que las autoridades sean flexibles en la supervisión de la implementación de estas medidas de ahorro energético, entre otros motivos, según subraya Bermejo, porque la norma no está lo suficientemente perfilada y deja en el aire bastantes cuestiones.