De “fantásticas y muy productivas” ha calificado el paleobiólogo de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Jesús Marugán Lobón, las excavaciones de este año en el yacimiento paleontológico de Las Hoyas, desarrolladas entre el 3 y el 14 de julio.
Y no es para menos, a tenor de la gran cantidad de fósiles hallados –cerca de doscientos en apenas unos días– y de los avances realizados en su investigación, gracias en gran parte a su apuesta por un método científico, como las matemáticas en redes o grafos, y por la paleontología virtual, con la utilización de herramientas digitales, así como la fotografía con dron.
Instrumentos éstos que les han permitido, por ejemplo, registrar por primera vez con fotografía digital una superficie de 15 metros cuadrados del yacimiento y poder constatar en una sola instantánea una mortalidad en masa de más de 500 cangrejos y, además, poder procesar la información de manera automática y no a mano, como se ha venido haciendo tradicionalmente.
Es por ello que el también codirector de las excavacaciones junto a la paleontóloga, también de la UAM, Ángela Delgado Buscalioni, se muestra contento con la campaña de este año, porque “además de ampliar la información que ya teníamos, estamos verificando que el método funciona, hasta el punto de asegurar que estamos dando pasos de gigante tanto en la obtención de datos como en el procesado de esta información para comprender la estructura del ecosistema acuático de Las Hoyas, en el Cretácico Inferior”.
Y es que, precisamente, ese es el objetivo del proyecto de investigación denominado ‘Análisis de la Red de Complejidad del Ecosistema de Las Hoyas’, que lideran Marugán y Delgado desde el año pasado y con el que buscan determinar cómo ha evolucionado este sistema de hace 125 millones de años, cómo era su estructura, cuál era su estabilidad, dinámica y debilidades, así como el papel que tenía cada una de las especies en este hábitat natural.
CAMPAÑA 2022
En las excavaciones de este año han participado una treintena de personas, entre estudiantes de grado y máster, doctorandos e investigadores nacionales e internacionales, procedentes, por ejemplo, de la Universidad de Reims y el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) –ambas de Francia– o de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Además, en esta ocasión, se han incorporado a la investigación geólogos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) con el fin de analizar aspectos nuevos sobre el rastro de terremotos en el yacimiento y ver su reflejo en las comunidades de este ecosistema; es decir, comprobar cómo afectaron estos seísmos a la fauna y a la flora de Las Hoyas.
Por el momento, según detalla Marugán, se han encontrado bastantes evidencias de este tipo de eventos; algo que no es extraño porque en esa época la actividad sísmica era relativamente fuerte al estar produciéndose en esa época un movimiento de placas tectónicas muy importante, si bien “habrá que esperar al análisis final y a los resultados”. Aun así, no duda en calificar este estudio como relevante, porque “nadie ha estudiado esto nunca”.
RASTRO DE COCODRILO
En la campaña de este año también se ha continuado con otras acciones ya iniciadas en 2021, como es el caso del rastro de cocodrilo con una de las huellas mejor preservadas que se han visto en este yacimiento. Los trabajos de este mes de julio han permitido ampliar el rastro con una nueva huella, que ha estudiado el especialista del IGME, Joaquín Moratalla, y comprender, de esta manera, la locomoción de este cocodrilo.
Algo importante, en opinión del codirector de las excavaciones, porque “empezamos a ver que en Las Hoyas, además de la gran diversidad y excepcional calidad de sus fósiles, es ya bastante normal encontrar restos indirectos de actividad de estos organismos y, de esta manera, poder conocer cómo se desplazaban y movían, sin necesidad, como es el caso, de haber encontrado el ejemplar autor del rastro, que, por cierto, era un cocodrilo muy grande”.
PEZ CELACANTO
Otro aspecto importante de las excavaciones de este año ha sido, sin duda, el hallazgo de gran cantidad de fósiles, entre ellos muchos ejemplares de ictiofauna; es decir, de peces muy diversos no solo en variedad de especies, sino también de tamaños.
En este sentido, el paleobiólogo y también profesor de la UAM destaca el descubrimiento de un pez celacanto de unos 40 centímetros. Un tamaño, según subraya, totalmente inusual en este yacimiento donde hasta ahora solo se han hallado ejemplares de entre 10 y 15 centímetros, de ahí la excepcionalidad de este fósil.
Las Hoyas, por lo tanto, no deja de sorprender a los paleontólogos excavación tras excavación, que permiten ir desgranando el ecosistema de esta zona de la provincia hace 125 millones de años.
