El director provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Joaquín Cuadrado, ha avanzado que los estudios encargados por el Gobierno regional sobre las especies microorgánicas presentes en la Laguna de la Tortuga han confirmado que el color adquirido rosado adquirido por el agua se debe a las bacterias fotosintéticas rojas del azufre, que son del grupo de las cromatiáceas, y que no hay ningún tipo de contaminación, ya que los valores de nitratos, nitrito y nitrógeno total están dentro de la normalidad.
Según Cuadrado, que ha visitado el paraje junto al alcalde de Cañada del Hoyo, Agustín Rodríguez, este estudio se ha llevado a cabo en colaboración con la Universidad de Valencia y la Asociación para la Difusión del Conocimiento de los Humedales y su Conservación, que han tomado muestras de agua en diferentes localizaciones y a diferentes profundidades para identificar las especies de bacterias presentes en el agua.
El director provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural ha añadido que estas bacterias viven todo el año en la laguna en una zona profunda que habitualmente no se mezcla con el resto de zonas o estratos, pero esta estratificación se rompe en otoño por acción de los agentes atmosféricos y las aguas se mezclan, tiñéndose con las aguas rojas del fondo.
Este fenómeno, que es totalmente natural, ha sucedido anteriormente en la laguna, pero no se recuerda que lo haya hecho con la intensidad con la que se ha manifestado en 2017 y 2018. Del suceso de 2017 se tuvo constancia gracias a la observación de un estudiante de Cañada del Hoyo y, en 2018 se está siguiendo con mucha atención la evolución del cambio de color.
La Laguna de la Tortuga se encuentra en el Monumento Natural de las Lagunas de Cañada del Hoyo, declarado por Decreto 18/2007. Tiene un diámetro medio de 65 metros y una profundidad máxima de cuatro metros, y su nombre se debe a la presencia habitual del galápago europeo, especie vulnerable incluida en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas.