La esperanza de vida en la provincia de Cuenca ha experimentado el mayor crecimiento de todo el país en el último año, después del duro golpe sufrido durante los inicios de la pandemia (2020), cuando registró la segunda mayor caída a nivel nacional (-2,84) que dejó la media de edad máxima de los conquenses en los 80,8 años, la cuarta más baja del país.
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican, sin embargo, que el ejercicio 2021 ha servido para que la esperanza de vida de los conquenses haya aumentado en 2,62 años hasta alcanzar una media de 83,41. La mayor subida de todo el país a la que han seguido Segovia, con 2,54 años más; Madrid, con 2,31; y Salamanca, con 2,20.
Una cifra que confirma la recuperación de la provincia en este sentido y la vuelta a prácticamente niveles de prepandemia. No en vano, la esperanza de vida de los conquenses en 2021 se ha quedado a tan solo 0,22 de los 83,63 años de 2019 y por encima de la media de 2018, cuando se llegó a los 83,30, y de 2017, cuando se quedó en los 83,26.
Todo ello, sin olvidar que se ha vuelto a situar por encima de la media nacional, estimada en los 83,06 años; y eso que ha crecido en 0,73 con respecto al ejercicio anterior.
Eso sí, la esperanza de vida de los conquenses varía, y mucho, dependiendo del sexo. Y es que las mujeres de la provincia viven bastantes más años que los hombres, rondando en torno a los 85, mientras que los hombres se quedan en los 80 o, incluso, menos.
En concreto, los últimos datos apuntan a que la media de edad máxima de las conquenses se sitúa en los 86,59 años; cifra que en 2020 bajó a los 84,04, en 2019 a los 81,25, en 2018 a los 85,64; y en 2017 a los 86,17. Nada que ver con la esperanza de vida de los conquenses, puesto que en 2021 se ha situado en los 80,55 años.
Edad media máxima que en 2020 bajó hasta los 77,92 y en 2019 subió a los 81,25, mientras que en 2018 se situó en los 81,07 y en 2017 en 80,56. Una tendencia, como se puede apreciar, al alza en los últimos años, salvo el 2020 por la pandemia, que, sin embargo, se queda muy por debajo de la esperanza de vida de las mujeres.
En el extremo opuesto y, por lo tanto, con la menor esperanza de vida del país se encuentra la ciudad autónoma de Ceuta, con 78,16 años; seguida de la otra ciudad autónoma, Melilla, con 79,41; Almería, con 80,48; y Cádiz, con 80,66.
CASTILLA-LA MANCHA
Llamar, asimismo, la atención sobre el comportamiento del resto de provincias de Castilla-La Mancha, que ha resultado muy variado, aunque, en todo caso, en tendencia ascendente. No en vano, la esperanza de vida de la población de cada una de ellas ha crecido en el último año, al igual que en Cuenca, si bien lo han hecho en proporción muy distinta.
Así, tras Cuenca, con un incremento de la esperanza de vida de 2,62 años, se ha situado Ciudad Real, con +2,06, y le han seguido Albacete, con +1,83; Guadalajara, con +1,60; y Toledo, con 1,42.
Aun así, los castellanomanchegos que más esperanza de vida tienen son los guadalajareños, con una media de 83,89 años. Le siguen los conquenses, con 83,41 años; los albaceteños, con 83,20; los toledanos, con 82,90; y, en último lugar, los ciudadrealeños, con 82,39.
Con esta evolución a lo largo del pasado ejercicio, la esperanza de vida de los castellanomanchegos es ya de 83,02 años, 1,8 más que en 2020, cuando se redujo a los 81,22 y se rompió la tendencia al alza de los últimos años. No en vano, en 2017 era de 83,01, mientras que en 2018 creció hasta los 83,42 y en 2019 hasta los 83,57.