Enguídanos regresa al pasado para revivir la cultura Celtíbera
Este fin de semana, Enguídanos regresará al pasado para revivir la cultura celtibérica en todas sus facetas. Ambientación, gastronomía, rituales, juegos y batallas, junto a un amplio abanico de actividades lúdico recreativas para todos los públicos, conferencias y un atractivo mercado artesano, se darán cita en la VIII edición de Keltiber, que se celebra los días 11, 12 y 13 de octubre.
Y es que, según destaca el alcalde de la localidad, Sergio de Fez, al abultado número de visitantes que acuden a pasar el día se suman numerosos turistas de fin de semana, lo que motiva que las plazas hoteleras y los restaurantes, tanto de este municipio como de otros puntos de la zona, se llenen todos los días de Keltiber.
Además, la promoción de la fiesta celtíbera se realiza entre los establecimientos de la comarca sirve como complemento al paquete turístico que ofrecen, lo que hace que año tras año se incremente el volumen de visitantes. “Keltiber es un aliciente para elegir este destino: El turista sabe que va encontrar un evento lleno de originales actividades que no pueden disfrutar en otro sitio y eso hace que este sea un fin de semana muy atractivo y para nosotros supone un impulso para el mes de octubre tremendo”, apostilla el primer edil.
Además de atraer a miles de visitantes, Keltiber tiene un papel fundamental en la promoción turística. La fiesta celtíbera propicia el conocimiento y disfrute de un pueblo y una comarca llena de atractivos turísticos. En definitiva, Keltiber mueve el turismo “para que funcione”, sobre todo en esta época. Los vecinos lo saben y se vuelcan en mejorar año tras año esta original fiesta que no tiene parangón en nuestra comunidad autónoma.
Desde los bares y restaurantes que, ambientados para la ocasión, durante estos días ofrecen tapas y menús especiales basados en la cultura gastronómica celtíbera, hasta la Escuela de Teatro que se empeña al máximo en las recreaciones, pasando por los comercios que se vuelcan con el mercado artesano o los propios vecinos que, con gran rigor, confeccionan los banderines y resto de elementos decorativos de la fiesta, trajes y joyas, el pueblo de Enguídanos lo da todo para hacer que año tras año la fiesta de la Celtiberia sea lo más completa y atractiva posible. Si no fuese por esta implicación vecinal, Keltiber no podría seguir adelante y hacerlo, además, subiendo escalones como referencia cultural, histórica y festiva.
La crisis se ha dejado notar en la fiesta de la Celtiberia, este año el presupuesto es de tan solo 3.000 euros, de los que la única ayuda externa llega desde la Diputación Provincial con la aportación de 360 euros. Aún así, Enguídanos ha conseguido completar un amplísimo programa con numerosas actividades gratuitas para todos los públicos. “Quienes acudan a Enguídanos durante el fin de semana no van a tener tiempo para parar”, apostilla el alcalde.
Este año no hay grandes conciertos con grupos de renombre como en ediciones anteriores, pero por contra el Ayuntamiento y la Asociación “Muévete” han organizado una fiesta que dará comienzo en la medianoche del sábado.
Las Jornadas Históricas completan la programación de Keltíber y destacan por la calidad de sus ponentes. Además este año, como novedad, acogerán la presentación del libro ‘El último bastión celtíbero’ de Agustín Tejada.
En este marco, también tendrá un papel destacado el proyecto de la declaración del valle del Cabriel como Reserva de la Biosfera, un proyecto que se presentará en breve ante la ONU y cuya divulgación se ha decidido incluir en Keltiber por la importancia de que, en caso de lograrse, supondría no solo para la conservación del medio natural sino para el patrimonio y la industria turística.
Keltiber nació hace 8 años, fruto de la participación de Enguídanos en el proyecto “Territorio Iberkeltia”, cuyo objetivo es dinamizar y promocionar los paisajes de Celtiberia, en una amplia zona que se extiende por territorios de C-LM, Aragón, Castilla y León y La Rioja.
Enguídanos tiene uno de los mayores yacimientos íberos de la provincia de Cuenca: el Cerro de Cabeza Moya, por desgracia no está puesto en valor como un lugar visitable debido a que “no hemos tenido ayuda turística para eso”, apostilla Sergio de Fez. Pero este hermoso pueblo de La Manchuela ha ido mucho más allá del patrimonio, para volcarse en la puesta en valor de sus orígenes, del importante legado que 200 años de asentamiento celtíbero han dejado en la idiosincrasia de sus gentes y hacer de este pasado un referente turístico de futuro.
“Lo que queremos es divulgar cómo era la cultura celtíbera, qué comían, cómo vestían, qué rituales hacían... el hecho es que la gente conozca esa cultura trasladándoles a esa época sin necesidad de enseñarles unas ruinas que a día de hoy no están en condiciones”. El yacimiento está protegido y tiene cerrado el acceso para evitar el expolio, pero en sus cercanías, para grandeza de Keltiber, se ha recreado una vivienda celtíbera y una pira funeraria.