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Despoblación

Embutidos online para combatir la despoblación

La carnicería Alicia empezará a comercializar sus productos a través de Internet para darle futuro a un establecimiento con 42 años de historia y mucha tradición
Embutidos online para combatir la despoblación
En la imagen, David y su madre muestran sus embutidos envasados en el interior del “museo” de Amalia . Foto: Las Noticias de Cuenca
05/05/2018 - M. Jiménez

La carnicería Alicia, de Enguídanos, ha decidido dar el salto a la Red de redes para dar a conocer sus artesanales productos y, de paso, luchar contra los efectos de la despoblación, un fenómeno creciente en la provincia de Cuenca que está mermando la clientela de un establecimiento que abrió sus puertas hace 42 años.

Al frente del mismo, Amalia Luján, de 63 años, y, desde hace ocho años, también su hijo David De Fez, de 32, que trabajan con recetas que custodian la tradición de cuatro generaciones elaborando desde morcillas, la “reina de la casa” y en cuya elaboración emplean carne del matadero de Campillo de Altobuey y de Cuenca capital, que, después de incluso varios días de trabajo, transforman en morcillas y chorizos “hechos como se hacían antes”, ya que no disponen de ningún tipo de maquinaria, la máquina de atar, hasta 150 kilos esta Semana Santa, son Amalia y David.

La idea de publicitarse en Internet surgió porque, como subraya Amalia, “en los pueblos cada vez hay menos gente” y, en paralelo, porque quería darle a su hijo la oportunidad de vivir en el municipio en el que nació. “Con la carnicería tradicional no podía tirar para adelante”, lamenta, ya que en Enguídanos cada vez son menos vecinos y los que hay compran en las grandes superficies y recurren al pequeño comercio “para algo puntual”, a pesar de que este tipo de comercios “paga sus impuestos todo el año como si vendiera”, lamenta, subrayando el “sacrificio” que le supone el negocio familiar, que ella ya “veía cerrado”.

“Antes había mucha gente en el pueblo, pero se han ido muriendo y los que quedan son muy mayores y casi no pasan por la carnicería, pero luego quieren que estés para lo que les haga falta”, espeta, al tiempo que afirma que su carnicería es “como una funeraria, las 24 horas del día 365 días”.

El objetivo es vender a particulares pero también a supermercados e hipermercados, “a donde nos compren, para que ellos puedan vender nuestros productos también”, explica Amalia, quien no pide “mucho, tan solo que David se saque su jornal y se quede en el pueblo”. ”Ahora los negocios tampoco dan para hacerse millonario”, bromea, empeñada en darle un “futuro” a su hijo.

Por él se ha lanzado a este proyecto “sin saber mucho de Internet”. “Yo soy de las de antes”, admite, a pesar de que “nunca” ha precisado “una segunda prueba” frente a la cámara, con la primera ha tenido suficiente, ya que se trata de “vender” su “día a día”.

Tras confesar que la iniciativa le genera “mucha ilusión”, se muestra expectante por ver la respuesta del público, consciente, eso sí, de que los actuales son “tiempos difíciles”.

Amalia contará en esta “empresa” con el apoyo de su hijo, que también promocionará las elaboraciones de la carnicería a través de www.carniceria-alicia.com a pesar de que, dice, jamás ha tenido ordenador.

Un nuevo negocio en la red

"Me están dando unas clases para defenderme porque si esto va para adelante tienes que manejarte”, asevera David de Fez que, junto a su madre, ha empezado a comercializar los productos de su carnicería a través de una plataforma que será muy sencilla de manejar “para que sea súper fácil y súper seguro comprar”, ya que los pedidos podrán realizarse por correo electrónico con el compromiso por parte de la empresa de que llegarán a su destino en menos de 24 horas.

Se trata de poner a disposición de todo el mundo las ventajas de comprar en un comercio de proximidad productos de origen 100% nacional y avalados por una receta “de cuatro generaciones”, algo que parece complicado, aunque para David el principal reto será ponerse delante de una cámara para dar a conocer el resultado de tantas horas de esfuerzo.

Los vídeos los grabarán entre su prima y su mujer, y él ya adelanta que su madre “es mucho más natural para hablar, no tiene que repetir nunca”. “Yo soy más vergonzoso, más de una toma falsa haré”, continúa, consciente de que su progenitora “tira” de él y le ayuda, le aconseja “porque lleva toda la vida de carnicera”, por lo que tiene una “buena maestra”, detrás y delante de la cámara, puesto que ya tiene práctica en esto de las redes sociales gracias a otro vídeo que subió en su “museo”, que tiene “todo lo que le pidas de cosas antiguas”, según su vástago.

David siempre ha estado muy vinculado a su familia y a la localidad en la que nació, de la que se revela enamorado, aunque sabe de primera mano que se trata de un negocio “muy sacrificado” y en torno al cual la confianza del consumidor juega un papel fundamental.

“Yo intento seguir con esto porque me gusta muchísimo mi pueblo”, prosigue, sabedor de que este tipo de municipios “cada vez van a menos y es una lástima” porque contra la despoblación “es muy difícil luchar”. “En una calle que mide 300 metros habrá cuatro vecinos”, ejemplifica, por lo que se lo ha pensado “mucho” antes de embarcarse en este proyecto laboral y vital.

De Fez asume que es “muy difícil, muy complicado vivir en un municipio como Enguídanos” y le gustaría que su hija, el único bebé que nació en el pueblo en 2017, creciera en la localidad y acudiera a la escuela en la que él estudió. “Lo que pasa es que va a llegar un momento en que va a cerrar, porque no hay niños”, concluye.