Los tendidos eléctricos y los venenos son los que más muertes no naturales provocan en la fauna que habita en la provincia de Cuenca, según los datos del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de la Comandancia conquense.
El sargento jefe interino, José Ramón Gallego, y el cabo primero jefe del equipo de investigación, Ángel Francisco Jiménez, revelan que en los últimos años más de un centenar de aves protegidas han muerto debido a la electrocución provocada por tendidos eléctricos. Factores como un deficiente aislante y elementos específicos del tendido, como el aislador de la cadena de amarre, el puente superior, la cruceta de bóveda o los seccionadores, han sido identificados como los principales responsables de estos incidentes.
Entre las especies más afectadas se encuentran la cigüeña blanca, el busardo ratonero, el búho real y el buitre leonado, así como diversas especies de águilas, como la real, la imperial, la culebrera y la calzada.
Las zonas más afectadas por los tendidos eléctricos son la comarca de Tarancón, La Mancha y La Manchuela, aunque también se han registrado casos en La Serranía de Moya, Cardenete y parte de La Alcarria.
Cuando se descubre un cadáver de ave, los agentes del SEPRONA completan un acta de inspección de tendidos eléctricos para evaluar el cumplimiento de las normativas. Tras notificar a las distribuidoras responsables, estas actúan rápidamente para solucionar cualquier problema. Las líneas más conflictivas son las de titulares particulares, al no disponer de los mismos recursos económicos que los grandes grupos, pueden presentar más problemas, aseguran los agentes.
VENENOS
Otra de las casuísticas que más muertes no naturales provoca en la fauna de la provincia es el uso de venenos. Hay ocasiones que se suele utilizar como medio no selectivo a la hora de cazar, pero su uso puede acarrear una cadena de muertes si no se usa de una forma específica. Zorros, rapaces o linces son algunas especies que llegan a morir por el uso de elementos como el aldicarb. Cinco gramos de esta sustancia puede matar a 154 persona.
Recientemente, una operación en Villalgordo del Marquesado llevó a la detención de un individuo con más de cien gramos de este pesticida. Estaban ocultos en garrafas llenas de pipas o botas, que iba colocando en diferentes cebos.
Inicialmente, el uso de este veneno logra su objetivo al matar al animal deseado. Sin embargo, esta acción desencadena una secuencia de eventos letales: desde el zorro que sufre una muerte rápida y violenta hasta una rapaz que, al ver al zorro desde el cielo, se ve tentada a consumirlo, transportando así el veneno a otras áreas y afectando inadvertidamente a animales domésticos y especies protegidas.
En esta operación, se pudo localizar al autor gracias a las huellas de las ruedas de su vehículo en el terreno donde aparecieron los cadáveres o las pisadas de las botas del presunto autor del delito.
Otras causas que provoca la muerte de animales de forma no natural en la provincia de Cuenca son la caza y pesca ilegal de especies que están amenazadas o que no está autorizado a cazar. Los agentes del Seprona también han llevado a cabo dos operaciones significativas en Villar de la Encina, donde una persona había matado y enterrado de forma ilegal 44 rapaces en peligro de extinción en una finca de su propiedad, y usando también esas aves como alimento para hurones. Esta misma persona también ha sido investigada por otro delito de caza ilegal al utilizar unos lazos que no estaban autorizados para su uso.
Otras prácticas que ponen en peligro la vida silvestre de manera no natural son el vertido de residuos en ríos y arroyos del territorio conquense , así como los aterramientos. Hace unos años una empresa maderera enterró un cauce de un río en Poyatos que se secó, y perjudicó gravemente a especies como el cangrejo autóctono y otra fauna protegida, y acabó con una sanción económica bastante elevada.
Por último, los agentes del SEPRONA relatan que la introducción de especies exóticas en el hábitat de Cuenca ha alterado el equilibrio biológico. Un ejemplo destacado es el cangrejo rojo y el cangrejo señal, cuya presencia ha llevado prácticamente a la desaparición del cangrejo autóctono en la región.
Comprar o vender marfil sin certificado puede incurrir en delito tráfico ilegal de especies protegidasVender una pieza de márfil que se ha heredado o adquirir en el mercadillo pequeñas figuras elaboradas del mismo material parecen acciones que, a priori, no entrañan ningún delito, pero con la Ley delante se puede estar produciendo tráfico ilegal de especies protegidas.
Lo pone de manifiesto el cabo primero jefe del equipo de investigación del Seprona de la comandancia de la Guardia Civil de Cuenca, Ángel Francisco Jiménez, quien apunta que si bien esta acción no puede entrañar riesgos, en realidad la mayoría de piezas elaboradas en marfil provienen de especies que están incluidas en el CITES, el convenio internacional de especies amenazadas.
De este modo, cada vez que se quiera vender o comprar, la figura o el objeto en cuestión tiene que ir acompañado de un certificado o factura donde se especifique la procedencia legal del mismo, ya que en caso de no disponer de ella, se podría estar incurriendo en un delito de tráfico ilegal de especies.
Y de hecho, esto le ha pasado a bastante gente en la provincia de Cuenca. Por ejemplo, el agente explica que hace unos años, en el mercadillo que se pone en el recinto ferial por San Julián, un puesto tenía a la venta figuras que, aseguran, eran de marfil de rinoceronte blanco. Él desconocía que hacía falta de una serie de permisos, y por eso se le fue requisada toda la mercancía. Al mismo tiempo, es frecuente ver cómo en plataformas de venta online como Wallapop o Milanuncios hay personas que
