Según datos que maneja la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha (APAM-CLM), en 2015 murieron electrocutados entre Toledo y Ciudad Real 16 ejemplares de águila imperial y 4 de perdicera, además de 64 búhos reales, 36 ratoneros comunes y 20 águilas culebreras.
“Una auténtica tragedia”, en palabras del portavoz de APAM, Alfredo Poveda, quien subraya que el impacto de estas muertes de especies protegidas es comparable a la lacra que sufre el lince ibérico con el veneno o con los atropellos en lo que a daño medioambiental se refiere. Lo que es peor, existen más casos de mortandad por electrocución que por veneno, sobre todo de águila imperial y perdicera, con el agravante de que la región es zona de dispersión de los juveniles de estas especies “por lo que supone un freno a la expansión de estas poblaciones a nivel de toda la Península”.
En las anticuadas líneas de alta tensión también encuentran su fin los ejemplares más representativos de Cuenca, como el águila perdicera y el milano real, siendo la primera causa de muerte para la avifauna local protegida. Los puntos negros se sitúan en La Manchuela y La Alcarria.
Desde la Asociación valoran positivamente la Orden de ayudas del Gobierno regional por la que se destinarán 2,3 millones de euros para financiar la adaptación de las líneas eléctricas de alta tensión y reducir el riesgo de colisión con el cableado de especies amenazadas aunque la consideran “limitada”.
En La Alcarria y La Manchuela se localizan los puntos negros para las avesACABAR CON EL PROBLEMA
El director provincial de Agricultura, Joaquín Cuadrado, ha adelantado a Las Noticias que la convocatoria se publicará después del verano. La Junta subvencionará el 80 por ciento de los costes de adaptación de estas instalaciones, que consistirá en la corrección de apoyos, adecuación y sustitución de crucetas, aislamiento de conductores y otros elementos con una funda plástica, o la colocación de ‘salvapájaros’.
Unas medidas que se realizarán sobre todo en las Zonas de Protección de la Avifauna como son la Red Natura 2000, las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), los Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) y las Zonas de Especial Conservación (ZEC).
Cuadrado ha confirmado que las empresas ya trabajan en un mapa de actuación. “Llevamos mucho tiempo haciendo un seguimiento de este grave problema y con estas ayudas no solo damos respuesta a las demandas de los colectivos conservacionistas, también nos adaptamos a la legislación autonómica y estatal sobre sector eléctrico, que ya recoge estas medidas de protección”. “Nuestro objetivo no es otro que eliminar esta mortandad tan elevada”, subrayaba.
A la nueva Orden podrán acogerse personas jurídicas, públicas o privadas, que sean titulares de estas líneas de alta tensión. Ahí es donde surge el punto de fricción con APAM. “Esta Orden nace limitada porque solo beneficia a las grandes eléctricas, pero las líneas más problemáticas son aquellas que están en edificaciones o instalaciones de particulares que no pueden solicitar estas subvenciones”, señala Poveda.
Otro aspecto en el que insisten los medioambientales es que esta convocatoria no exime a las eléctricas como responsables de producir daños medioambientales, como es el caso. “La Ley de Responsabilidad Medioambiental les obliga a prevenir esos daños independientemente de si reciben o no las ayudas y de cuando las reciban”.
Ya existe jurisprudencia al respecto. De hecho, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha ha condenado recientemente a Iberdrola por la electrocución de dos águilas imperiales y otra perdicera.
"Si la necropsia determina que la muerte ha sido causada por el tendido eléctrico los medioambientales pueden denunciar. Ya ha habido empresas condenadas por el TSJ-CLM"TRABAJO PREVIO
Poveda destaca la importancia del trabajo previo que se ha hecho antes de convocar estas ayudas. “Cuanto más esfuerzo y dedicación, más casos aparecen”, apunta.
Los agentes realizan inspecciones a los apoyos de los tendidos eléctricos en busca de los más peligrosos y hacen un seguimiento de todas las líneas. El problema, dice, ya está mapeado o cartografiado, y fruto de este trabajo han elaborado un inventario de apoyos que producen más mortandad en la región. “Ya sabemos cuáles son las localizaciones peligrosas, lo que servirá para que las ayudas se distribuyan de forma correcta. Hay postes muy reincidentes y es ahí donde hay que actuar”.
Ante un caso de muerte de una rapaz por electrocución, la Asociación considera fundamental la colaboración ciudadana. “Es importante que nadie toque el cuerpo y la gente reclame la presencia de un agente medioambiental llamando al 112”. Son estos profesionales los que proceden al levantamiento del cadáver y lo trasladan al Centro de Recuperación de Fauna donde proceden a realizar la necropsia.
“Si se determina que la muerte ha sido causada por el tendido eléctrico los agentes procedemos a denunciar los hechos. En caso de tratarse de especies protegidas se podrían depurar responsabilidades penales, como ha ocurrido con las últimas sentencias condenatorias del TSJ-CLM”, precisa Poveda.