La Covid-19 ya ha causado los primeros estragos sociales, cebándose especialmente con los que ya eran vulnerables antes de la emergencia sanitaria. Aunque desde organizaciones como Cáritas, Cruz Roja y el Banco de Alimentos, que han incrementado notablemente sus acciones desde que se inició la pandemia para apoyar a los más afectados en la provincia de Cuenca, también han visto cómo recurrían a ellas personas que nunca antes habían acudido a estas entidades en busca de ayuda.
Desde el Gobierno regional también se han puesto en marcha ayudas de emergencia excepcional para cubrir necesidades básicas, destinadas a personas que se encuentren en situación de dificultad económica y social como consecuencia de la crisis ocasionada por la Covid-19 durante 2020.
En la provincia de Cuenca, este plan de ayudas llegará a unas 2.000 familias y se contempla un presupuesto de dos millones de euros, de los cuales 500.000 los pone la Diputación. En el conjunto regional, se destinarán un total de 14 millones de euros, que se estima que alcanzarán a unos 13.000 hogares.
La pandemia ha sacado a la luz esa pobreza invisible contra la que lidian cotidianamente desde Cáritas. Desde que comenzó la crisis sanitaria, las distintas áreas de esta entidad han atendido en la provincia a un total de 975 familias, entre ellas 160 que son nuevas para la organización, según detalla Mari Paz Ramírez López, responsable de Comunicación y Economía Solidaria del colectivo en Cuenca.
En total, se han invertido algo más de 47.000 euros en ayudas para alimentación y pago de suministros y alquileres. Así, el área de Acción en el territorio de Cáritas ha dado cobertura a 602 familias con ayudas de emergencia para cubrir estas necesidades básicas.
Por su parte, el plan Cruz Roja Responde ha realizado 7.021 intervenciones que han dado respuesta a 3.698 personas en toda la provincia. Del total de intervenciones, algo menos de la mitad han sido entregas de bienes -alimentos, productos de higiene o limpieza, pañales para niños o medicamentos-.
En concreto, desde el inicio del estado de alarma el colectivo ha llevado a cabo 3.017 entregas de bienes a casi 900 personas.
Las entregas de alimentos y medicamentos se han realizado mediante la autorización de vales de compra en supermercados y farmacias o mediante la entrega de lotes de alimentos gracias a las donaciones de productos de particulares y diferentes empresas.
Por otro lado, se ha mantenido el programa de meriendas y refuerzo educativo con 43 niños de la ciudad, a los que se les ha entregado un total de 1.806 meriendas, tres por semana y niño desde el inicio de la pandemia hasta la semana que viene -14 semanas en total-.
Desde la entidad destacan que la colaboración de las personas voluntarias ha sido clave a la hora de llevar a cabo las entregas de alimentos, especialmente para la preparación y reparto de los lotes de comida o en las entregas de las meriendas a las familias. Hasta la fecha, con el plan Cruz Roja Responde colaboran 256 voluntarios en la provincia.
Por su parte, desde el Banco de Alimentos de Cuenca se ha atendido a 9.200 personas en la provincia, lo que supone un incremento cercano a un 24% con respecto a su actividad habitual, explica el presidente de la entidad, Antonio Villaseñor.
Y han tenido que hacer una excepción y atender directamente a personas, además de las entregas a las asociaciones con las que trabajan cotidianamente. “La situación es muy complicada. Viene gente que te dice con mucha vergüenza que necesita comida para sus hijos”, lamenta. En el lado positivo, dice que están recibiendo muchas donaciones de productos y de dinero: “La gente es solidaria”.
En medio de una pandemia que ha puesto en jaque a medio planeta, el Gobierno central ha sacado adelante una ambiciosa medida, el llamado ingreso mínimo vital, para reducir el nivel de pobreza y exclusión en el país, que se ha agudizado tras la irrupción de la Covid-19. El Ejecutivo de Castilla-La Mancha calcula que esta ayuda alcanzará a 40.000 personas en toda la región.
A pesar de las críticas lanzadas desde ciertos sectores a esta renta, el ingreso mínimo vital -que ya existe en numerosos países de la eurozona- era respaldado finalmente en el Congreso este miércoles por todos los grupos políticos, a excepción de Vox, que se abstuvo en la votación.
En el conjunto del país, el Gobierno central calcula que la nueva prestación podría alcanzar hasta 850.000 familias en los que viven más de 2,3 millones de personas, siendo el 30% de ellas menores. Según las estimaciones, los hogares monoparentales supondrán el 16% de los beneficiarios, de los que casi un 90% están encabezados por una mujer.
Según la consultora AIS Group, antes de la pandemia, Castilla la Mancha era la cuarta comunidad del país con un mayor porcentaje (un 29,9%) de familias en riesgo de pobreza. Por provincias, Ciudad Real era la que peor situación registraba, con un 30,9% de hogares vulnerables, seguida de Cuenca, con un 30,8%. Por detrás estarían Toledo (30,4%), Albacete (28,3%) y Guadalajara (27,3%).
¿QUÉ HAY QUE HACER PARA SOLICITAR LA AYUDA?
Aunque la cuantía de la ayuda varía en función de la tipología de la unidad familiar y del número de miembros, la medida garantiza un mínimo de 461,5 euros. La ayuda puede solicitarse a partir del 15 de junio a través de diversos canales: la Sede Electrónica de la Seguridad Social, con o sin certificado digital, y los Centros de Atención e Información de la Seguridad Social (CAISS), entre otros.
El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ha puesto en marcha una línea de teléfono gratuita (900 20 22 22) para las consultas de los ciudadanos sobre el ingreso mínimo vital. Además, los interesados también se pueden informar a través de la página web de la Seguridad Social (http://www.seg-social.es) y a través del asesor virtual.
Además, disponen de una herramienta de simulación, donde pueden comprobar si cumplen los requisitos -el primero será el de la vulnerabilidad económica- para acceder a esta prestación y cuál sería la cuantía.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, avanzó que 255.000 españoles comenzarán a percibir el ingreso mínimo vital el próximo 26 de junio.
