La borrasca Filomena, que trajo consigo un fuerte temporal de nieve que azotó durante tres días a la totalidad de la provincia de Cuenca, ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de las instituciones para garantizar la movilidad en el territorio. Una prueba de fuego que para la delegada de la Junta de Comunidades en Cuenca, Mª Ángeles Martínez, se ha superado en términos generales de manera satisfactoria y con eficacia, a pesar de que se trataba de una “nevada histórica en la provincia”, de la que, según recalca, no se había registrado otra similar en las últimas décadas, sobre todo por haber sido generalizada en toda la geografía provincial.
La estrecha coordinación y colaboración de las administraciones nacional, autonómica y provincial, a través del Comité de Análisis y Seguimiento de la Provincia de Cuenca (CASP), la puesta en marcha de un reforzado dispositivo invernal sin precedentes y el magnífico e incansable esfuerzo de todo el personal implicado están detrás, a su juicio, de esta buena respuesta, que ha permitido combatir el temporal, aunque tenga claro que “aún hay bastante trabajo por hacer” ante las bajas temperaturas que se vienen registrando desde el inicio de semana y que se prolongarán inicialmente hasta comienzos de la próxima.
DISPOSITIVO ESPECIAL
Y es que, tal y como recalca, desde el primer momento del temporal se ha puesto en marcha un dispositivo invernal, en el que se han movilizado un total de 178 medios técnicos, entre quitanieves, motoniveladoras, camiones, retroexcavadoras, todoterrenos y buldóceres, algo más de 6.000 toneladas de fundentes y en el que han participado más de 830 personas, entre operarios, agentes de la Guardia Civil y efectivos de Geacam, a los que hace unos días se sumaban los miembros de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF), con sede en Prado de los Esquiladores; sin olvidar, a los bomberos de la Diputación que se han estado encargando de intervenir en la limpieza de la nieve de cubiertas de edificios.
Un dispositivo superior a otros años que se ha reforzado, según subraya Martínez, no solo con los cerca de 200 efectivos de Geacam, sino también con los agentes medioambientales (AAMM), que han estado ayudando en la distribución de medicamentos en aquellas poblaciones más afectadas por la nieve, entre otras tareas, con el personal de Protección Civil, y con los efectivos de Tragsa. Estos últimos, además, junto al personal de la BRIF, se están encargando desde mediados de esta semana de acometer la limpieza y supervisión de 22 centros educativos de 14 localidades de la provincia.
No ha querido, asimismo, olvidar el importante papel que han jugado los agricultores, quienes “fueron los primeros en echarse a la calle con sus tractores, tanto para retirar nieve como para esparcir sal y, así, contribuir a ir recuperando la movilidad en sus respectivos municipios”.
TREMENDO ESFUERZO
Han sido días de mucha coordinación y tremendo esfuerzo para combatir las adversas condiciones meteorológicas, en los que la prioridad principal no ha sido otra que “ninguna población se quedase sin salida a una carretera y así estar conectada con otra población más grande, además de garantizar el transporte sanitario y el acceso a los centros sanitarios y sociosanitarios”, explica Martínez. Algo que, tal y como recuerda, ha conllevado que “no haya habido horarios, trabajando en muchas ocasiones día y noche para evitar que alguna población quedara incomunicada por pequeña que fuera”.
De ahí que no dude en agradecer a todos los efectivos su esfuerzo, por “haber realizado un trabajo excepcional”.
Con la magnitud de la nevada, en especial en el sur de la provincia, donde no están acostubrados a nevadas de hasta 60 centímetros, se han producido todo tipo de incidencias, como el embolsamiento de cerca de 700 camiones en aparcamientos de emergencia y áreas de servicio de la A-3 (Madrid-Valencia) durante varios días, a los que hubo que proporcionar avituallamiento, o el rescate de alguna ambulancia que había quedado atrapada en la nieve.
Pero, pese a que Filomena ya abandonó nuestro país, aún queda bastante trabajo por hacer. La llegada de una ola de frío está complicando las labores de limpieza al congelarse la nieve. Unas circunstancias que, para Martínez, conllevará que no se regresará a la normalidad en toda la provincia hasta, al menos, dentro de una semana.
JAIME JIMÉNEZ, TESTIGO DIRECTO
No duda en asegurar que estos últimos días, con el temporal de nieve como principal protagonista, han sido “bastante intensos y duros”. Y no es de extrañar, porque Jaime Jiménez Alarcón, un joven natural de Valencia afincado en Cuenca desde hace 14 años, ha estado en primera línea combatiendo el fuerte temporal con un camión quitanieves a lo largo de la A-40 dentro del dispositivo especial de vialidad invernal. Y lo ha hecho de noche, lo que, sin duda, ha venido a complicar un poco más su labor, unido a la magnitud de la nevada.
Jaime ha vivido en estos días momentos bastante complicados, aunque recuerda de manera más especial la tercera noche del temporal: “Del pasado viernes al sábado fue cuando más nevó en mi zona de actuación –la A-40–; de hecho, hubo momentos en que la nieve no nos daba tregua, no paraba de nevar y daba igual las pasadas que hiciera con la quitanieves, porque a los minutos volvía a estar cubierta la carretera, como si no hubiera hecho nada”, asegura. Era una situación “ un poco desesperante”, dice, máxime si se tiene en cuenta el cansancio acumulado después de varias noches trabajando a todo ritmo combatiendo el temporal.
Por eso afirma no entender el comportamiento de ciertas personas que “no dudaban en echarse a la carretera con la que estaba cayendo y encima saltándose el toque de queda por la pandemia”.
Relata que en alguna ocasión llegaron a colocarse detrás de su camión mientras abría camino entre la nieve. “Una temeridad, sin duda, que no debería de producirse”, finaliza.