El fuego estaba presente en los rituales funerarios realizados en la Cueva de la Mora durante el Calcolítico hasta la Edad del Bronce. Así lo han constatado los arqueólogos Santiago David Domínguez y Miguel Osma durante las últimas excavaciones llevadas a cabo en el mes de febrero en este yacimiento de Huerta del Marquesado.
Este hallazgo pone sobre la mesa que este emplazamiento es el único de la provincia de Cuenca donde se llevaban a cabo estas prácticas en el año 2.500 a. C. o, al menos, no ha sido documentado hasta ahora.
“Hemos visto que los cadáveres se sometían al fuego, lo que no quiere decir que se incinerasen. Cuando se hace una incineración se intenta hacer desaparecer el cadáver, se intenta reducirlo a cenizas y si quedan restos de huesos es por casualidad mientras que en una exposición al fuego la intención no es hacerlo desaparecer. De hecho hemos encontrado fragmentos de huesos bastante grandes e incluso articulaciones”, cuenta Santiago David Domínguez.
Los restos hallados que pertenecen al año 2.500 a.C. vienen a confirmar también que cuando los cuerpos se sometían al fuego no estaban exentos de carne y grasa, sino que eran momias o acababan de fallecer. “Este ritual no es nuevo porque se da mucho en la zona catalana y del Cantábrico, pero en Cuenca no teníamos documentado hasta ahora algo así”, apostilla.
“Este ritual no es nuevo porque se da mucho en la zona catalana y del Cantábrico, pero en Cuenca no teníamos documentado algo así”
De momento, los arqueólogos no pueden explicar cómo se llevaba a cabo este ritual ni con qué fin, pero con futuras excavaciones e investigaciones podrían llegar a comprender si existe o no relación con alguna religión o creencia. Lo que sí está claro es que todos los restos eran sometidos al fuego en menor o mayor medida.
Algo que saben por el color de los restos óseos que han sido encontrados. Por ejemplo, si el color del hueso es blanco quiere decir que estaba recubierto de carne y grasa y se ha sometido a una quema muy intensa mientras que si tiene un color tostado quiere decir que han sido expuestos a menor temperatura.
A través de este ritual los arqueólogos han podido averiguar que el modo de vida entre el Calcolítico y la Edad del Bronce ya no era nómada, sino que los pobladores estaban asentados. “Los nómadas no utilizan cementerios”, subraya. Con esta averiguación se ha podido saber que la sedentarización en la provincia de Cuenca empezó en el año 2.500 a. C., quinientos años antes de lo que estaba constatado hasta ahora.
Durante estos trabajos que han sido financiados por el Ayuntamiento de Huerta del Marquesado, los arqueólogos han confirmado una vez más la importancia de este yacimiento de Huerta del Marquesado. Según apuntan, en próximas investigaciones no solo se va a poder conocer más sobre este ritual funerario, sino que el yacimiento será clave para entender el ecosistema de esta fase de la historia y del Paleolítico.
“Hemos recuperado restos de animales y, aunque no tenemos medios para poder afrontar la investigación sobre la flora, sí que podemos estudiar la fauna”, explica Domínguez. En total, durante los trabajos llevados a cabo el pasado mes de febrero se han recuperado 500 piezas de interés arqueológico entre los que hay restos de pequeños animales como aves salvajes, ratones, ratas, musarañas, conejos y culebras.
“La Cueva de la Mora es un yacimiento súper rico y fértil y cuando vayamos ahondado en las diferentes capas del suelo podremos conocer datos sobre la desconocidísima prehistoria de La Serranía”, apunta el arqueólogo.
Ahora en Heroica Arqueología están inmersos en la investigación de los restos que han sido recuperados. “Hay que ubicarlos en el mapa y darles consideración”, comenta.
ACTIVIDADES DE DIFUSIÓN
Este año también se han llevado a cabo actividades de difusión para dar a conocer el yacimiento entre la población. En este sentido un grupo de escolares del colegio de Huerta del Marquesado ha tenido la oportunidad de visitar la cueva. “Queremos que tomen consciencia de la importancia de esta cueva para que entiendan que dentro de ellas hay elementos patrimoniales muy importantes que tenemos que preservar y cuidar entre todos”, subraya Domínguez. Además, se ha editado el libro ‘Las grutas sepulcrales de la provincia de Cuenca’.
Desde Heroica Arqueología creen que los próximos pasos deben ser la grabación de un documental que los visitantes puedan ver escaneando un código QR que colocarían en la entrada a la cueva que, por cierto, esta cerrada para evitar la entrada de animales que dañen la zona y el expolio. Por tanto, la cueva en sí no se puede visitar de manera autónoma pero sí se puede transitar por el entorno.
En este sentido, desde el Ayuntamiento de Huerta del Marquesado están trabajando para conseguir fondos económicos que permitan seguir con los trabajos en próximas campañas porque “somos un pueblo pequeño y no tenemos mucho presupuesto, aunque siempre intentamos destinar lo que podemos”, cuenta la alcaldesa, Ana María Castillero. El yacimiento ha despertado gran interés entre los vecinos y vecinas pero quieren darlo a conocer en el resto de la provincia y de la comunidad. Por ello, han abierto un perfil en Instagram con el objetivo de dar visibilidad y promocionar el patrimonio de la localidad a través de redes sociales y en los próximos meses verá la luz la nueva web de turismo.