Las lluvias, que llegaron hace un par de semanas al campo como un rayo de esperanza, han causado grandes daños en la recta final de la vendimia. Tras el paso de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) los viticultores conquenses se han encontrado con una imagen desoladora.
A días de terminar la campaña, las previsiones de un aumento de producción de hasta el 15% en las variedades más tardías, se ven empañadas por las fuertes precipitaciones y la caída de granizo de los últimos días.
Carlos David Bonilla, presidente de la D.O La Mancha, asegura que, en este momento de la vendimia, no ha aumentado la producción según lo previsto, especialmente en la zona de La Mancha conquense.
“Es un desastre. Hay pueblos como El Provencio, San Clemente, Casas de los Pinos, Casas de Haro en los que parece ser que el daño es importante. Es cosecha perdida”. Juan Fuente, portavoz sectorial de la Cooperativa Agroalimentaria de Castilla-La Mancha, resume así la situación actual del sector en la provincia.
Las inclemencias meteorológicas no solo han provocado consecuencias negativas en la uva, también conllevan estragos de cara a la próxima campaña. Los daños en las yemas de las vides provocan, en el siguiente año, una mala o una deficiente brotación o que estas no produzcan frutos. “Incluso se han roto cepas en los cultivos”, añade.
El paso de las precipitaciones y del granizo han afectado a los viñedos de El Provencio, Iniesta, San Clemente, Casas de Guijarro, Casas de Haro, Casas de Fernando Alonso, Casas de los Pinos, Aliaguilla, Villarta, La Alberca de Záncara, Motilla del Palancar, Las Pedroñeras, Castillejo de Iniesta y Villagarcía del Llano. Fuente asegura que, de momento, no es posible conocer al completo la dimensión de los estragos causados por el temporal.
La DANA se suma así a la lista de estragos que han sufrido los viñedos en la vendimia de este año, que se ha visto perjudicada por la sequía. La falta de lluvias ya puso en jaque a los cultivos de uva en la provincia al obstaculizar una óptima maduración. Bonilla asegura que esta “ha sido la mayor afección que han sufrido en estos dos últimos años”.
“Si ya la cosecha no era buena, si no había muchas expectativas, esto que ha ocurrido ha sido para rematar el desastre”, expresa Fuente, quien ya ha tenido contacto con algunos de sus compañeros de gremio. “He hablado con viticultor de San Clemente. Dice que hay zonas que están muy mal y que las vides se han quedado sin una sola hoja, como si fuera invierno”.
“Es un desastre. Hay pueblos, como San Clemente, en los que el daño es importante. Es cosecha perdida”
Los efectos provocados por la DANA llevan a los viticultores a acelerar, en la medida de lo posible, la recogida de la uva. “Hay que darse prisa porque la situación ya se está poniendo algo complicada”, expresa.
Ya se han dado a conocer las primeras estimaciones de los estragos provocados por la DANA en los viñedos. Los cultivos de uva blanca de San Clemente, una de las poblaciones más afectadas por las precipitaciones, han sufrido una merma de un 50% a causa del granizo, tal y como señalan fuentes de Asaja Cuenca.
Las lluvias y el pedrisco han provocado daños entre el 70% y el 80% de las parcelas de Iniesta y Villagarcía del Llano. Bonilla señala que son pocos los municipios los que no han sufrido los perjuicios de las precipitaciones y el granizo. Las primeras previsiones apuntan a que la localidad de Las Mesas y Sisante son algunas de esas excepciones. “Hay zonas en las que no ha caído piedra. En ellas quizá van a tardar algo más en vendimiar porque el agua acumulada que se ha generado no permite entrar a los viticultores a las parcelas, pero en ellas no se ha producido tanto daño”, explica.
Actualmente, solo quedan por vendimiar las variedades Bobal y Airen. Fuente calcula que quedan por cosechar entre un 30% y un 40%. El sector, en general, sufre una pérdida en las cosechas entre el 20% y el 30% con respecto al año pasado, tal y como señala Fuente. Bonilla concreta más esta estimación y apunta a un perjuicio entre el 60% y el 70% en cultivos de secano y entre el 25% y el 50% en los que cuentan con un sistema de regadío. “Este año el problema está en la pérdida de rentabilidad que va a sufrir el agricultor”, destaca.
Los daños en los viñedos son solo algunos de los estragos en los campos de la provincia de Cuenca. A estos se suman los que han ocurrido con anterioridad a causa de la DANA. El pedrisco y las acumulaciones de agua han afectado negativamente a los cultivos de girasol en términos municipales como Canalejas del Arroyo, Paracuellos, Valdeganga, Valdecolmenas, Villarejo de la Peñuela y Chumillas, entre otros.
El paso de la DANA supone un duro golpe para los viticultores conquenses que ya contaban de antemano con una campaña difícil a causa de la sequía.
