Llegado de Londres, Valentín Checa (Las Pedroñeras, 1987) lleva un mes en su tierra natal preparándose a fuego para una gran prueba: el miércoles 10 de abril competirá contra unas 60 personas en el Campeonato de España de Sumilleres Tierra de Sabor, en el que el año pasado logró quedar en tercera posición. En febrero, también se alzó con el primer premio del certamen de Castilla-La Mancha, título que ha revalidado en cuatro ocasiones.
Checa, de 31 años, se ha centrado en las últimas semanas exclusivamente en entrenar para el certamen pero a lo largo de este año no ha podido tener mejor preparación puesto que ha estado trabajando en Londres en el restaurante Hide, propiedad de la tienda de bebidas Hedonism Wines. “Tiene una de las mejores cartas de vinos del mundo con unas 6.000 referencias. Profesionalmente, es uno de los mejores sitios para aprender, con una metodología muy diferente”, apunta el pedroñero.
Checa ha bebido la cultura del vino desde pequeño, creciendo en el restaurante y la bodega familiares. Hace ocho años comenzó a formarse profesionalmente en este mundo y desde hace tres, vive en Londres. “En Inglaterra, ser sumiller es un oficio mientras que en España haces de todo; lo mismo sirves vinos que eres camarero, maître o friegas copas”, detalla. Pone como ejemplo que el restaurante londinense en el que ha trabajado el último año contaba con 16 sumillers.
“La cultura del vino está muy presente en Castilla-La Mancha. Somos una región vitivinícola. Nos rodea esta cultura. Pero se debería fomentar más en la hostelería. Es nuestro hándicap”, señala el joven, recordando de dónde le viene su afición. No obstante, hace hincapié en que debería fomentarse más la promoción de los caldos en los establecimientos. “Hay futuro en este oficio pero tiene que apostarse por esta figura y por la especialización en los restaurantes y hoteles”, reivindica.
"El mundo del vino es muy complejo. Debería haber profesionales en los restaurantes para aconsejar a los clientes”
El pedroñero reconoce que “el mundo del vino es muy complejo” y al ciudadano de a pie puede “asustarle”. “Cuando empiezas a aficionarte, no ves el final. Hay tantas cosas que aprender… Por eso debería haber profesionales en los restaurantes para aconsejar a los clientes y satisfacer sus necesidades”, apunta. Entre otros títulos, el Certificado de la Corte Masters Sommelier y el Curso de Sumiller de la Cámara de Comercio de Madrid avalan los conocimientos de este joven.
El próximo miércoles, se enfrentará a toda una maratón de pruebas en la que tendrá que demostrarlos. La semifinal, que será por la mañana, consta de un examen teórico y una cata escrita de vinos y/o destilados, pasando a la final las tres mejores puntuaciones.
Si logra llegar a la final, como ya hizo en la edición anterior, tendrá que pasar, esa misma tarde, por un test rápido, una cata oral de vinos, la detección de fallos en una carta errónea, la toma de una comanda, identificación de destilados, licores y bebidas, y la decantación y servicio de una botella de vino frente al jurado. Además, también podrá haber una prueba sorpresa.
EL FACTOR TIEMPO
Se valora la destreza pero lo que más complica los ejercicios es el factor tiempo puesto que se trabaja bajo presión. Los nervios deben mantenerse a rajatabla para que no echen a perder el esfuerzo de todo el año, de toda una vida dedicada al mundo del vino. “Si crees que no te ha salido muy bien la primera prueba y arrastras ese estrés todo el tiempo, te pones más nervioso”, reconoce.
“Hay que entrenar y prepararse para un campeonato así. Si no, es muy difícil en estos tiempos tan ajustados poder ejecutar las pruebas de una forma correcta”, señala. Desde la humildad, asegura que se sentiría “orgulloso” si logra llegar a la final. Pero eso ya lo consiguió el año pasado. Ahora toca soñar a lo grande.
PROMOCIONAR EL OFICIO DE SUMILLER
“En Inglaterra, ser sumiller es un oficio mientras que en España haces de todo; lo mismo sirves vinos que eres camarero, maître o friegas copas”, asegura el joven. “Hay futuro en este oficio pero debe apostarse por esta figura en los restaurantes”, añade el pedroñero.