La colza va ganando cada vez más terreno en la provincia de Cuenca frente al girasol dado que los agricultores lo van considerando crecientemente como una alternativa a este último cultivo, que se ve especialmente dañado por las especies cinegéticas en muchas zonas, según apunta Gerardo González Bello, miembro del comité ejecutivo de Asaja Cuenca y productor de colza en varios municipios de La Alcarria conquense.
De hecho, desde la organización agraria calculan que unas 50.000 hectáreas de la provincia no se pueden sembrar de girasol debido a que animales como ciervos y corzos se comen las pipas de esta planta oleaginosa, explica González Bello, que cultiva colza en pueblos como Villalba del Rey, Tinajas y Gascueña.
La superficie dedicada a la colza este año en la provincia de Cuenca rondará las 2.000 hectáreas, que se reparten por las distintas comarcas conquenses, principalmente en La Alcarria, La Mancha y La Manchuela. Este productor estima que esta campaña se ha sembrado “algo menos” debido a que septiembre, que es cuando se realiza la siembra, no fue un mes lluvioso y esta planta necesita agua en esos momentos para salir adelante.
De cara al invierno, si la colza logra desarrollarse bien antes de que lleguen los primeros hielos –“que tenga cuatro hojas verdaderas”–, aguantará perfectamente las bajas temperaturas.
“El cultivo se va implantando poco a poco. Al agricultor le da miedo al principio porque la semilla es muy pequeña. Hay que adecuar la sembradora al tamaño aunque ahora con la maquinaria moderna no hay problemas”, indica este productor.
Aunque los costes de producción de la colza son más altos que los del girasol, esta tiene un mayor rendimiento, pudiéndose alcanzar en una hectárea hasta 4.000 kilos en un año bueno. El precio de una tonelada de colza ronda los 420 euros, similar al del girasol aunque es el doble del que consigue la cebada.
PLENA FLORACIÓN
Los campos de colza de la provincia están ahora en plena floración, que se prolonga durante unos 40 días, realizándose la cosecha entre finales de junio y julio, dependiendo de la variedad.
El cultivo se utiliza para extraer aceite, aprovechándose la harina resultante para la alimentación de animales. Además, la planta también se usa para la producción de biodiesel.
Este productor lamenta que el aceite de colza arrastre en nuestro país “mala prensa” debido a la intoxicación masiva que se produjo a principio de los años ochenta. Sin embargo, es muy consumido en zonas de Europa como Alemania y Francia, donde tiene una gran aceptación.
