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Cuenca tendrá una primavera de riesgo medio-bajo para las alergias

El hospital Virgen de la Luz atendió el pasado año a 5.500 pacientes afectados por este problema que afecta al 23% de la población conquense
Cuenca tendrá una primavera de riesgo medio-bajo para las alergias
Foto: Saúl García
23/03/2021 - Dolo Cambronero

La primavera es la estación más temida para los alérgicos al polen. Sin embargo, este año, los conquenses con hipersensibilidad a estas microscópicas partículas podrán estar algo más tranquilos en los próximos meses que en ejercicios anteriores dado a que todo apunta a que la provincia de Cuenca presentará unos niveles medios-bajos de polinización, los más reducidos de Castilla-La Mancha.

Así lo explica Antonio Moreno, facultativo del Servicio de Alergología del hospital Virgen de la Luz de Cuenca, de acuerdo con la previsión que hizo pública este jueves el Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) -del que es vocal este profesional- de acuerdo con un modelo matemático que tiene en cuenta variables como las precipitaciones, la temperatura y la humedad del otoño e invierno, que tienen relación directa con los niveles de pólenes durante la primavera.

Este profesional califica este año como “atípico” dado que, tradicionalmente, Castilla-La Mancha tenía un comportamiento más homogéneo en cuanto a polinización pero, sin embargo, este año, hay diferencias entre las provincias. Así, frente al nivel leve de la provincia de Cuenca, las de Albacete y Guadalajara tendrán una primavera moderada mientras que será más intensa en las de Ciudad Real y Toledo, principalmente en esta última.

Los alérgicos a las gramíneas de la región se enfrentarán así a niveles muy variados de polen dependiendo de la provincia, oscilando entre los 2.000 granos por metro cúbico que se estima que habrá en la de Cuenca y los 7.000 de la de Toledo, según los datos de la SEAIC.

No hay mal que por bien no venga

Además de los bajos niveles de polen que se prevén en la provincia de Cuenca para esta primavera, a las personas alérgicas les ha salido otro aliado: el uso generalizado de la mascarilla como medida de protección frente a la pandemia de Covid-19 disminuirá algunos de los síntomas de los afectados, como la rinitis y el asma , lo que hará reducir el consumo de medicamentos para la alergia y supondrá también un descenso en la asistencia a servicios de urgencias. De la misma manera, el confinamiento al que nos vimos obligados el año pasado en primavera por la situación sanitaria también benefició a los alérgicos.

Precisamente el uso de mascarillas homologadas para evitar exposiciones al polen es una de las recomendaciones para las personas más sensibles a los polénes o para las que viven en zonas con niveles muy elevados de estas micropartículas, aunque esta medida producía más bien rechazo y no solían utilizarse en nuestro país antes de la irrupción de la Covid-19 en nuestras vidas.

La congestión, el picor y secreción nasal, estornudos de forma seguida, lagrimeo, enrojecimiento y picor de ojos, y sensación de falta de aire son algunos de los síntomas más frecuentes de la polinosis -las alergias al polen-, que afecta principalmente a ojos, nariz y pulmones.

Algunos de estos síntomas también son frecuentes en los resfriados pero se diferencian fundamentalmente por la estacionalidad: las alergias son más recurrentes mientras que catarros y otras infecciones respiratorias suelen ser ocasionales y pueden cursar con fiebre mientras que en las primeras esta no se produce nunca.

Cuenca tendrá una primavera de riesgo medio-bajo para las alergias

TENDENCIA AL ALZA

La incidencia de las alergias en la provincia de Cuenca es del 23%, un porcentaje parecido al del país. El Servicio de Alergología del hospital Virgen de la Luz de la capital atendió a lo largo de 2020 a alrededor de 5.500 pacientes. El número es similar al registrado en los últimos años pero el facultativo advierte de que se está observando en la mayor parte de los sitios una tendencia al alza en los últimos tiempos.

En el conjunto nacional, los pólenes provocan una reacción en más de ocho millones de personas, siete de los cuales son alérgicos a gramíneas, seguidos en orden decreciente por alergias al olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria, según la SEAIC.

Respecto a la tendencia al alza de las alergias, hay dos teorías. Una de ellas se centra en la higiene. Su ‘exceso’ en los países desarrollados hace que el sistema inmune no tenga que enfrentarse ni a parásitos ni a virus por lo que se acaba desvirtuando su función y desencadena una respuesta alérgica a partículas en principio inofensivas como, por ejemplo, los pólenes.

La segunda teoría fija su atención en la contaminación de las ciudades, en concreto en las partículas diesel que, en interacción con los polenes, hacen a estos más reactivos y agresivos para el ser humano.

NO AUTOMEDICARSE

Pero ¿qué se debe hacer si se tienen síntomas compatibles con la polinosis? Lo primero, “está prohibido automedicarse” y hay que acudir al médico de cabecera, insiste este facultativo. Si en Atención Primaria lo consideran necesario, se remitirá al paciente al especialista para que le hagan las pruebas pertinentes para determinar si hay alergias y a qué partículas.

En cuanto al tratamiento, hay dos niveles: sintomático y de inmunoterapia. El primero pone el acento en reducir los síntomas con, por ejemplo, antihistamínicos o broncodilatadores mientras que el segundo se centra en la vacuna, lo único que puede revertir este problema y curar al paciente.

Asimismo, los afectados también deben seguir una serie de recomendaciones a nivel basal, evitando salidas al campo, tender al aire libre, circular con las ventanillas cerradas y llevar gafas de sol, entre otras medidas. Este año, la obligatoriedad de las mascarillas va a beneficiar a los pacientes reduciendo los riesgos.

Cuenca tendrá una primavera de riesgo medio-bajo para las alergias
Una primavera con más pólenes de gramíneas pero menos de olivo

Los pólenes de gramíneas y olivo -los que provocan más alergias- se aparecen en los meses de mayo y junio. La previsión de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) es que esta primavera habrá mayores niveles de las primeras mientras que se reducirán los del segundo.

Antonio Moreno, facultativo del Servicio de Alergología del hospital Virgen de la Luz de Cuenca, explica que esto también es atípico dado que, por lo general, las primaveras con niveles elevados de pólenes de gramíneas también traen más micropartículas de olivo, y al contrario, cuando la actividad polinizadora es baja, lo es en los dos casos.

Los bajos niveles de pólenes de olivo tienen su explicación en la borrasca Filomena, que afectó negativamente a este cultivo. Sin embargo, las bajas temperaturas del invierno y la acumulación de agua debido a la nieve han tenido un efecto positivo en las gramíneas, favoreciendo un mayor desarrollo de las plantas, lo que ocasionará más pólenes en mayo y junio.

En abril tiene lugar la polinización del plátano de sombra, aunque las alergias son menos frecuentes. Y los alérgicos a las cupresáceas, que polinizan en invierno, han tenido menos síntomas este año.